La actividad económica creció 1,4 por ciento en noviembre respecto del mes anterior y acumuló siete meses consecutivos de crecimiento, según el Indec. En términos interanuales, en cambio, se registró una caída del 3,7 por ciento, que igualmente fue el menor retroceso desde el inicio de la pandemia. “A partir de estos resultados, el nivel de actividad económica superó a marzo y se ubica solamente 3,3 por ciento debajo del de febrero (pre covid)”, destacó el Ministerio de Economía. En los primeros 11 meses del año, la actividad acumula un declive del 10,6 por ciento interanual. La cifra ya es menor que el 10,9 por ciento de caída del PIB en 2002, que seguiría conservando el record de ser el peor año de la economía nacional.

Por sectores de actividad hubo un crecimiento en 4 de los 15 rubros del índice, cuando en octubre sólo había crecido uno. “Intermediación financiera lideró la expansión seguido por comercio, industria y electricidad, gas y agua”, destacó el Palacio de Hacienda. Para agregar que estos últimos tres sectores se recuperaron de la caída de octubre y que la rama manufacturera tuvo el mayor crecimiento desde abril de 2018.

En detalle, el informe del Indec precisó que intermediación financiera aumentó 11,7 por ciento interanual en noviembre, al tiempo que comercio subió 3,9 por ciento, la industria lo hizo al 3,7 por ciento y servicios básicos, al 1,0 por ciento.

El incremento en comercio marca un cambio de tendencia para el mercado interno. Esta actividad había sido una de las más afectadas a partir de la pandemia, la necesidad de frenar actividades no esenciales y los comportamientos preventivos que limitaron la demanda.

En cuanto a los sectores que cayeron, todos desaceleraron su disminución con excepción del agro, con un retroceso del 0,6 por ciento, una cifra idéntica respecto de la de octubre. A su vez, las caídas de hoteles y restaurantes pasaron der 54,3 a 53,2 por ciento, mientras que otras actividades de servicios lo hicieron de 26,7 a 21,5 por ciento, transporte y comunicaciones, de 19,7 a 18,2 por ciento, y minas y canteras, de 12,3 a 11,7 por ciento.

Las menores caídas se dieron en administración pública, en donde el retroceso pasó de 7,8 a 7,5 por ciento, al tiempo que en pesca se pasó de -25,8 a -7,2 por ciento, en enseñanza, de -4,5 a -4,3 por ciento; en construcción, de -9,1 a -3,4 por ciento; en salud, de -1,9 a -1,5, y en actividades inmobiliarias, de -3,3 a -1,4.

Para 2021 las perspectivas de crecimiento para la Argentina se ubican entre el 5 y el 6,8 por ciento, según la consultora FocusEconomics. Además de la recuperación para este año se espera un nuevo crecimiento de al menos 2,6 por ciento para 2022. La recomposición del mercado interno estaría impulsada por el repunte de distintos sectores estratégicos que van desde la rama manufacturera hasta la construcción.

A pesar de las expectativas de crecimiento para este año, la incertidumbre respecto de la crisis sanitaria sigue siendo un factor de riesgo para la recuperación. Por el momento, a nivel mundial se siguen retrasando los programas masivos de vacunación y no se descartan nuevas olas de contagios en la región con la llegada del otoño y el invierno. En este escenario podría haber nuevamente una necesidad de reforzar los controles sanitarios, frenar la circulación y por tanto un proceso de moderación en la actividad económica.

Los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional por el momento se muestran optimistas respecto de la recuperación para este año a nivel global. Consideran que a nivel mundial la economía luego de bajar al 3,5 por ciento en 2020 conseguirá crecer un 5,5 por ciento en 2021 y un 4,2 por ciento en 2022.

Las economías avanzadas en promedio habrían registrado un retroceso del 4,9 por ciento en 2020 y conseguirán, según el FMI, una recuperación del 4,3 por ciento este año y 3,1 por ciento el año siguiente. Las economías emergentes, mientras tanto, habrían bajado 2,4 por ciento en 2020 y crecerían al 6,3 por ciento en 2021 y al 5,0 por ciento en 2022.