Fue un desayuno entre dos adversarios internos, que compiten por el liderazgo de su espacio político. Ocurrió en un country muy exclusivo del sur argentino, al que uno de ellos eligió como su lugar en el mundo para vacacionar durante su presidencia. Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta -de ellos se trata- tuvieron un encuentro reservado en el cual analizaron las encuestas, las candidaturas y otras minucias del año electoral. Según trascendió, Macri terminó de confirmarle a Larreta que no será candidato, pero procura tener injerencia en el armado de las listas en todo el país. La mayor diferencia es por la boleta porteña, donde Macri quisiera ver a Patricia Bullrich. Larreta preferiría allí alguien de su riñón, como el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, o -llegado el caso- la exgobernadora María Eugenia Vidal. Si no hay acuerdo, tendrán que ir a internas.

La reunión ocurrió el 23 de enero, pero se conoció recién ahora. Hubo un esfuerzo considerable por que no se supiera que se habían encontrado los dos dirigentes que compiten por el liderazgo del PRO y de Juntos por el Cambio. Una vez que la reunión se filtró, la estrategia fue minimizarla: "La inflaron. Los dos coincidieron allá y se juntaron a conversar como lo hacen habitualmente. No hubo nada especial", señalaron en el entorno del expresidente. Cerca del jefe de Gobierno fueron igualmente herméticos sobre lo conversado. No obstante, algunas cosas que se dijeron en ese desayuno trascendieron las cuatro paredes de la casa que alquila todos los años Macri en el country Cumelén.

Se trata del exclusivo paraje en el sur al que se hizo habitué el expresidente durante sus cuatro años de gobierno, en los que debió abandonar Punta del Este como destino habitual (lo era cuando fungía como jefe de Gobierno, pero ahí sus escapadas pasaban mucho más desapercibidas). Luego de sus extensas vacaciones en Europa en plena pandemia global, Macri eligió nuevamente este sitio para pasar fin de año con su familia (viajaron hacia allá el 20 de diciembre) y luego prolongó su estadía por prácticamente todo enero. Estuvo allí con su esposa Juliana Awada y su hija Antonia y, según comentan, además del ocio, se mantuvo en contacto con dirigentes de distintas partes del país a través de encuentros virtuales.

Larreta, por su parte, hizo una escapada mucho más corta: viajó el 22 de enero con sus hijas para pasar unos días con ellas. Se quedaron en la casa del exministro de Finanzas Luis Caputo. Al día siguiente se reunió con Macri para un desayuno de trabajo. Según se comentaba en la sede de Parque Patricios, parte del encuentro fue para repasar encuestas y ver cuánto miden potenciales candidatos en distintos distritos. "Macri había dicho en algún momento que podría ser el candidato a vice de Larreta en 2021, emulando a CFK, pero se va a terminar bajando porque no mide bien", comentaban, no sin maldad, en los pasillos del Gobierno porteño.

La principal duda era si Macri finalmente se bajaba de una candidatura este año, como sugirió en distintos reportajes que dio el año pasado. Según confirmaron fuentes cercanas a ambos, esto quedó claro en ese encuentro. Cerca de Macri advirtieron que esto no es una novedad: que el expresidente tiene descartado hace tiempo ser candidato a diputado, algo que ya fue en su momento y no pretende volver a ser. Sostiene que no necesita fueros, de momento. Y, llegado el caso, lo seduce más a futuro ocupar una banca de senador. ¿Posible escenario para 2023?

Lo otro que se conversó en ese desayuno fue cuál será la estrategia en las elecciones de este año y cómo encarar la campaña contra el gobierno de Alberto Fernández. Se sabe que Macri y Larreta tienen enfoques distintos sobre el tipo de discurso que usar y a qué sectores interpelar (Macri sigue peleando el voto duro a los liberales; Larreta apunta a sumar más una franja centrista). 

También quedó claro que el expresidente tiene previsto intentar ubicar candidatos propios en distintos distritos y acompañarlos en la campaña. Esto significa que no se quedará al margen este año, algo que resultó evidente cuando presentó la fundación que lleva su nombre. Por el contrario, no es difícil imaginar a un Macri interviniendo en la campaña, incluso con recorridas por el territorio, les guste a sus aliados o no.

Lo más difícil entre las postulaciones que busca instalar Macri es la de Patricia Bullrich como cabeza de la lista de diputados porteños. En el larretismo esa posibilidad genera mucha resistencia, por varios motivos: el primero es que la campaña estaría centrada en el discurso ultraopositor de la lugarteniente de Macri y presidenta del PRO, y Larreta quisiera otra estrategia, lo que requiere otra candidatura distinta. 

También porque, ya en términos más pragmáticos, sería regalarle a Bullrich la posibilidad de instalarse como posible sucesora de Larreta, si hace una elección buena en la Ciudad de Buenos Aires. Incluso, si lograra los números que en su momento tuvo en ese distrito Elisa Carrió (a la que votó la mitad de la población), sería hasta difícil discutirle su derecho a pelear por la jefatura de Gobierno.  

Por todo esto, Larreta no se mostró muy efusivo hacia la posibilidad de que ella sea la que encabece, algo que Macri está dispuesto a pelear. El jefe de Gobierno todavía no mostró todas sus cartas: viene midiendo al ministro de Salud, Fernán Quirós, para que sea él quien encabece la lista o, si no hay acuerdo posible con el ala dura del PRO, para que vaya a una interna con Bullrich. 

La otra posibilidad sería ya lanzar a Vidal como candidata en esta elección. Eso tiene varios problemas: uno es que la exgobernador aún no dijo que sí a ser candidata este año. El otro, que si se lanza, Martín Lousteau deduciría que le están armando otra candidata para 2023. Pero, además de todo eso, el jefe de Gobierno parecería preferir que Vidal apuntale la provincia de Buenos Aires. Por el momento, el desayuno entre Larreta y Macri concluyó sin que ninguno se atragantara con el café. Ya es bastante.