"Nosotros queremos justicia, no un arreglo por debajo de la mesa. Nunca lo aceptamos ni lo vamos a aceptar, venga de donde venga", tuvo que salir a aclarar Juan Grabois ante los rumores que allegados a la familia Etchevehere comenzaron a correr entre funcionarios políticos y judiciales. En un video que difundieron por redes sociales, Dolores Etchevehere y Grabois denunciaron que Leonor Barbero, madre de Dolores, llamó a uno de los abogados para "negociar" en un intento de evitar el proceso judicial que reactivó causas en su contra cajoneadas desde hace años gracias a la visibilidad que le dio el Proyecto Artigas. 

El arreglo que intentó realizar por izquierda la familia Etchevehere acusada de falsificación de firmas, administración fraudulenta, evasión fiscal por cuentas en el exterior no declaradas, lavado de dinero, explotación laboral, acceso a tierras fiscales a precios viles, fraude a la administración pública y violencia económica; llega en un momento clave de la causa.  Con la el término de la feria judicial, desde el Proyecto Artigas retomaron fuertemente el pedido de nulidad de los acuerdos fraudulentos y la revocatoria de la administración por parte de los "Etchevehere corruptos". 

"Por primera vez en once años hemos logrado que nos entreguen en su totalidad la rendiciones de cuentas de toda la administración del acervo hereditario de mi padre Luis Félix Etchevehere", explica Dolores. Con esta documentación, su equipo de abogados peticionaron al juez que defina de manera urgente cuáles son los bienes que corresponden a Dolores y al Proyecto Artigas, entendiendo que la única heredera mujer manifestó la intención de donar el 40 por ciento de sus tierras heredadas para llevar adelante este proyecto que pregona un modelo de producción agraria sostenible, libre de agrotóxicos y explotación; en las antípodas de lo que su familia representa.

A cajón abierto

"En Luis Etchevehere vemos la representación de una casta de estancieros del agronegocio que se llevan puesto con total impunidad los derechos de los demás y las instituciones democráticas, por eso esta causa es una causa de todos y debe ser ejemplificadora", reafirma Juan Grabois en el video. 

Es que luego del intento fallido de recuperar la Estancia Casa Nueva, una de las propiedades de la familia Etchevehere, hubo varios movimientos judiciales a favor de Dolores Etchevehere y el Proyecto Artigas. 

El juez penal Carlos Ríos citó a indagatoria a los hermanos varones en el marco de la causa por vaciamiento de Sociedad Anónima Entre Ríos (El Diario) y estafa. Una causa en la que Dolores Etchevehere es querellante tras haber presentado una denuncia en 2013 que desde entonces fue cajoneada en los tribunales de Paraná. 

El fiscal federal Federico Delgado pidió la intervención de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia de Género (UFEM) en el marco de la causa por violencia económica y extorsión que tramita en el fuero federal. La UFEM desarrolló una argumentación jurídica que sitúa el caso de Dolores en la órbita de la violencia de género.

Dolores Etchevehere presentó un escrito en el juzgado civil donde tramita la causa por la sucesión y solicitó al juez Furman hacer uso de un bien inmueble de la sucesión para vivir junto a sus hijos en Paraná. El escrito fue acompañado por el informe de la UFEM que desarrolla argumentos jurídicos con perspectiva de género. El juez Furman resolvió otorgarle a Dolores una casa perteneciente a la sucesión pero cuando la Justicia ya había hecho entrega del inmueble, toda la familia Etchevehere se hizo presente en el lugar y durante más de ocho horas ejercieron violencia contra Dolores y contra el propio juez Furman. 

Ante la inacción de la Policía de Entre Ríos, el juez Furman tuvo que echar para atrás su resolución original y redactar una nueva donde denuncia la violencia que él mismo sufrió, reconoce a Dolores como una víctima de violencia de género y obliga a la familia Etchevehere a pagarle a Dolores una indemnización por el uso y goce que hacen de todos los bienes de la sucesión. Ese día, el 26 de diciembre de 2020, Juan Grabois había denunciado en una carta pública que “los Etchevehere son demasiado fuertes para un Estado que no puede poner en caja al poder real”.