Tras la aprobación lograda para la presentación vaginal del misoprostol, la droga que se utiliza para interrumpir embarazos de manera segura hasta la semana 13, el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) –sociedad del estado de la provincia de Santa Fe con sede en la capital provincial–, se apresta a producir el 22 de febrero próximo un lote de 100.000 comprimidos para terminar los últimos pasos pendientes para que la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica autorice su tránsito federal, es decir, que permita la venta al Estado nacional y a otras jurisdicciones. Está descartada su venta en farmacias. Élida Formente es una de las directoras del LIF, está exultante por lo logrado en poco tiempo, subraya el respaldo de los gobiernos nacional y provincial y considera que se trata de "producción pública, política pública. Es asegurar la accesibilidad, es ir en el camino de la soberanía sanitaria".

Formente enfatiza que "el objetivo principal es contribuir a la salud pública, en principio provincial, y por supuesto que la nacional también. Para nosotros, es un gran paso para seguir contribuyendo a que las desigualdades se vayan disminuyendo, al brindar al resto del país el acceso a este producto en calidad, seguridad, de mejor accesibilidad y mucho más económico. Nosotros creemos que con este hecho concreto vamos a contribuir a que el sistema público nacional sanitario pueda brindar este producto de mejor manera y aún más al resto de las provincias que tienen realidades muy distintas a las nuestras". 

Antes que todo, si bien el LIF comenzó a proyectar la producción en 2013, Formente aclara que recién en julio de 2020 se produjo el misoprostol íntegramente en las instalaciones del LIF. "Hicimos el salto de escala, porque que antes no se hacía acá. Hicimos la transferencia durante el primer semestre e hicimos el salto de escala recién en junio", cuenta sobre el proceso y dice que el objetivo es dejar en claro "la decisión de decir lo queremos hacer acá y lo hacemos acá con todo el esfuerzo, el compromiso de la gente y el conocimiento que necesitó". 

La producción será sólo para su distribución en el sistema público de salud. Formente descarta "rotundamente" que se vaya a vender en farmacias, aunque deja entreabierta la puerta para proveer a las obras sociales, una posibilidad que aún estudian si está permitida en el estatuto del LIF Sociedad del Estado.  

"Hace más de un año que venimos trabajando de forma silenciosa", sostiene la funcionaria pública y cuenta lo logrado con la disposición DI 2021 1030. "Este paso es el más importante, que es la certificación de producto. ¿Ahora qué tenemos que hacer? El 22 de febrero hacemos el lote bajo certificación, estamos presentando documentación, que es validación de proceso. En octubre del año pasado tuvimos que hacer dos lotes del vaginal, para hacer todo el análisis del proceso, que son infinitos requerimientos de Anmat, que ahora tenemos que empezar a seguir para pedir el certificado de comercialización. Esto demorará un mes o un mes y medio, lo que demore Nación o alguna otra provincia en abrir una compra", detalla Formente y asegura: "Lo que venimos previendo desde el momento uno que pedimos la certificación es la capacidad productiva para poder dar respuesta a la demanda nacional".

La interrupción del embarazo hasta la semana 13 requiere doce comprimidos de misoprostol. En la venta que LIF hizo a la provincia de Buenos Aires en 2020, el precio fue de 220 pesos por comprimido, lo que da un valor de 2640 pesos por tratamiento. Esto es menos de la mitad que el precio de venta de Laboratorio Domínguez, que en enero se ubicó en 6265 pesos. 

--¿Qué capacidad de producción tiene el LIF, está en condiciones de abastecer la demanda?

--El registro de la demanda a nivel provincial y nacional no es muy fiable por todas las trabas que hemos venido teniendo a lo largo de la historia en esta práctica. No tenemos datos muy claros. En este último tiempo, que se intentó registrarlo lo mejor posible, tenemos demanda mensual de 3000 comprimidos orales y 1000 vaginales, o sea 12.000 comprimidos por año, y nuestro lote es de 100 mil comprimidos. Tenemos capacidad para abastecer a todo el país.

--¿Podrían hacer 100 mil por año?

--Mucho más. Ahora vamos a hacer el cuarto lote, desde el primero que hicimos en julio hasta febrero, que vamos a hacer el cuarto, ya hemos hecho 400.000 comprimidos. Tenemos capacidad de sobra para abastecer a todo el país. El tamaño del lote se hace a transferencia, no podemos elegir el tamaño del lote. Con lo que tenemos, ya tenemos para dar respuesta inmediata, y después, en función de la primera demanda que haya, vamos a seguir planificando las futuras demandas. Tenemos la capacidad de producción y abastecimiento. Sí tenemos que contemplar la materia prima, que la importamos. Desde que empezamos con el proceso de fabricación ya fuimos preparándonos para lo que hoy vamos a enfrentar.

--La autorización es para presentación vaginal ¿están a la espera de la habilitación de la oral? 

--Estamos en proceso. Nosotros tenemos los dos e hicimos el pedido de certificación al mismo tiempo. ¿Por qué salió más rápido el vaginal? Porque tiene un producto de referencia local, hay un laboratorio privado que lo produce. Nosotros tomamos ese producto de referencia y todo lo que son la evidencia científica y lo que acompaña al producto lo pudimos presentar. En cambio con el oral, nuestro producto de referencia no es de acá, es Cytotec. El oral no se produce aquí en la Argentina, lo hacemos únicamente nosotros y se distribuye en la provincia. Los únicos fabricantes de oral somos nosotros. Seguimos en proceso de certificación.

--¿Qué cambió para este proyecto con la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo?

--Para la salud pública es genial porque todos conocemos que muchas de estas prácticas se hacen en la clandestinidad. No contar con información fehaciente es parte de que siempre hubo una realidad paralela, por afuera de los sistemas formales y de seguridad. Hoy la ley lo que hace es fortalecer el sistema público de salud, garantizar el derecho de las mujeres y que se haga de manera segura y en un lugar controlado.

Formente subraya que la producción pública de medicamentos tiene "mucho respaldo político nacional y provincial. Es una decisión del gobierno nacional y provincial". Durante 2020, el LIF produjo 35 especialidades medicinales diferentes, con un total de más de 100 millones de unidades, en diferentes formas, como son ampollas, comprimidos, frascos, goteros y pomos.