Cientos de personas marcharon este domingo en Copenhague contra las medidas impuestas por el gobierno danés para combatir el coronavirus. El disparador de la concentración, explicaron los asistentes, fue el "pasaporte corona" que el Ejecutivo anunció que entregará a aquellos que se vacunen y que se usará tanto para poder viajar como para asistir a actividades deportivas y culturales en el país.

Liderados por los "Men in Black Danemark", un grupo activo en Facebook de filiación indefinida --aunque con fuerte componente de grupos radicales antivacunas, negacionistas de la pandemia y sectores de la ultraderecha--, los manifestantes se reunieron frente al Parlamento para defender la "libertad de elección".

En esta oportunidad, además de denunciar la "coerción" que dicen sufrir por parte de la "dictadura" del confinamiento parcial vigente en Dinamarca, a causa de la pandemia, la protesta se organizó para manifestar su rechazo al certificado electrónico de vacunación contra la covid-19 que entregará el gobierno a aquellos que se inmunicen, llamado "pasaporte-corona".

Este documento, que aún se está desarrollando, servirá para poder viajar y, eventualmente, también para poder acceder a encuentros deportivos, eventos culturales y a restaurantes. Frente a esto, los "Men in Black" sostienen que la creación del certificado termina haciendo obligatoria la vacuna y eso representaría una limitación a sus libertades individuales.

A comienzos de mes, el ministro de Finanzas, Morten Bødskov, anunció en una conferencia de prensa la creación del certificado y explicó que "será un pasaporte adicional que se podrá tener en su teléfono móvil y que documentará que uno ha sido vacunado. Se trata de que como país aprovechemos las ventajas digitales que tenemos. Podemos ser los primeros en el mundo que lo tengan".

Cuando la solución digital esté lista, precisó Bødskov, deberá discutirse cómo usar el pasaporte, lo que dependerá también de la situación epidemiológica en el país. "Usando los adelantos digitales disponibles podemos permitir los viajes y la participación en la vida cultural en Dinamarca. Disfrutaremos muchos años del pasaporte", dijo en el mismo sentido otro funcionario, Lars Sandahl Sørensen.

Hasta el momento, la concentración de este domingo se despliega sin disturbios. Hace dos semanas, en cambio, en una protesta similar los manifestantes quemaron un muñeco con los rasgos de la primera ministra, Mette Frederiksen, episodio que terminó con dos detenidos que fueron acusados de amenazar a la premier.

En Dinamarca, al menos hasta el 28 de febrero, se encuentran cerrados los negocios no esenciales, los bares y restaurantes.