Una mezcla de dolor y decepción se adivina en los ojos azules de Liliana Baricola. Lleva tres años y dos meses transcurridos sin justicia. Tampoco tiene expectativas de encontrar a los máximos responsables de la tragedia de Iron Mountain. Ni siquiera ahora, cuando se avecina una ronda de indagatorias a ex funcionarios del gobierno porteño y representantes de la multinacional incendiaria. El 5 de febrero de 2014 perdió a su hermano Pedro, un trabajador precarizado de Defensa Civil. Lo aplastó la vieja pared del depósito de Barracas bajo la cual murieron otros nueve servidores públicos. Ella lucha en desventaja contra la burocracia política y judicial pero no se desalienta. Porque comparte con sus hermanas, Sandra y Patricia –y más familiares de las víctimas– un deseo irrefrenable: que se esclarezca este caso sometido a una suma de olvidos y encubrimientos.

–El próximo 2 de mayo empezarán las indagatorias por el incendio intencional de Iron Mountain. ¿Supone eso un avance en la causa que lleva adelante el juzgado Criminal y Correccional N° 18 de Pablo Ormaechea?

–Tuvimos sensaciones muy dispares entre mis hermanas y yo. No creíamos que esto iba a pasar porque después de dos años de dormida la causa, desconfiamos mucho. Cuando nos citaron para la inspección que se iba a realizar en el depósito de Iron Mountain, nos llevamos la sorpresa de que estaban el juez, la fiscal y los secretarios y caímos en la cuenta de que la investigación parecía avanzar. Pero cuando se llamó a indagatorias y vimos la lista de personas afectadas, volvimos a descreer otra vez. A los principales culpables, cuando hay pruebas y grabaciones de todo, no los llamaron a declarar.

–¿Quiénes serían para usted los responsables que no fueron citados por la Justicia?

–El jefe principal o director en ese momento de Defensa Civil que mandó a mi hermano y a José Luis Méndez, los dos trabajadores del área que acudieron al llamado de emergencia aquel día. Me refiero a Daniel Russo. El ministro de Seguridad Guillermo Montenegro estuvo en el velatorio de mi hermano diciendo que iba a entablar contacto directo con nuestra familia dando todo su apoyo, pero jamás cumplió. Nunca se comunicó con mi madre. El máximo funcionario de la AGC, Gómez Centurión es responsable y debería ser citado a indagatoria. El ministro Francisco Cabrera también.

–Según usted, ¿si se sigue en escala ascendente hasta dónde debería llegarse?

–Hasta Macri y Rodríguez Larreta. El ahora presidente de la Nación recién apareció a la siete de la tarde cuando la tragedia había sido a la mañana. Él era el jefe de gobierno porteño en ese momento. Está bien que la Justicia citó a un montón de personas, pero no están todos los que tienen que estar.

–Suele escucharse que el incendio en Iron Mountain fue el Cromañon del macrismo. ¿Usted coincide con esa comparación?

–La comparto totalmente. Cuando se hizo la apertura de las legislativas el 1°de marzo, el presidente habló, como lo hizo el año pasado sobre Cromañon, de la tragedia de Once. Pero nunca recuerda para nada el caso de Iron Mountain. Siempre tiene amnesia. ¡Qué casualidad! Nunca habla de la tragedia de Barracas donde tiene diez muertos. Y no avanza la investigación porque el gobierno nacional actual está implicado en esta causa. No le conviene que esto salga a la luz, no le conviene para nada.

–¿Cuál es su pensamiento sobre la responsabilidad de la compañía estadounidense en la tragedia?

–Desconozco a las principales autoridades de la empresa porque no sé quiénes la representan en el país. Sabemos que Iron Mountain está eximida de pagar impuestos y tiene todos los beneficios impositivos en la ciudad. Deben responder porque no solo acá se les incendiaron depósitos.

–En ninguno tuvo diez muertos y todos servidores públicos.

–Es cierto, en el único lugar que tienen muertos es en la Argentina y la empresa no se hace responsable de esas diez víctimas fatales.

–Hay un agravante que la justicia investiga por separado, el presunto lavado de dinero que habría disparado el incendio que afectó a la empresa. ¿Qué piensa de eso?

–Sí, claro, hay muchos agravantes. Nosotros sabíamos desde el principio que este era un galpón que tenía papeles guardados y después, con el tiempo, cuando empezamos a investigar, resulta que entre los principales interesados en este tema estaban las empresas del grupo Macri. Todo cierra. ¡Qué casualidad que en ningún lugar el gobierno se hace mención a este tema!

–¿Qué opina sobre el papel de la Justicia en estos tres años?

–Nosotras estamos muy descreídas, a tal punto de que para la Justicia no tenemos ni voz ni voto. Mis hermanas y yo nos sentimos parias de la sociedad porque el tema parece haberse terminado con la muerte de mi hermano. Se murió y no existe más. No nos corresponde ser querellantes, nos dicen. Cómo puede ser. Tuvimos que ir a reconocer a nuestro hermano en la morgue. Pedro había salido a trabajar y a las tres horas nos avisaron de que estaba muerto. Sin embargo no podemos tener justicia para él. Esta causa deja mucho que desear, estuvo dos años durmiendo. Y ahora se movió un poquito.

–Se dice que la causa no avanzó porque varias familias recibieron una indemnización de la empresa. Son muy pocos los que se mantienen activos y denuncian lo que pasa. A Rolando Monticelli, el padre de un bombero de la Policía Federal fallecido en el depósito lo amenazaron por Facebook…

–Sí, es gravísimo. El denunciado es Gómez Centurión.

–¿La familia Baricola recibió la indemnización?

–La empresa le hizo un resarcimiento a mi madre que fueron dos pesos con veinte. Y ella me dijo que iba a seguir la querella igual. Cuando murió mi mamá, no pudimos seguirla porque su abogado Miguel Arce Ageonos informó que no teníamos derecho a continuarla. Nosotros lo intimamos a Miguel con una carta documento y me llamó él enojado. Le dije: limitate a leer la carta y cuando puedas contestar lo hacés. Ahí se terminó. ‘Las cosas son así, hasta acá llegamos’ me respondió.

–En todo este tiempo, ¿los recibió Macri como jefe de Gobierno porteño o presidente de la Nación?

–No, olvídese. Es más, a ninguna familia. Sé que el Papa nos mandó, pero a nosotras no nos llegó, un rosario que tienen los bomberos de policía. Pero Macri nunca. Tampoco la contuvieron psicológicamente a mi madre. Conmigo habló una chica cuando volví a trabajar después de que falleció Pedro. Me dijo, yo soy fulanita, podemos hablar. Y le respondí: más que nada me gustaría si le podés dar ayuda psicológica a mi madre. ¿Sabe quién la ayudó en todo a mi mamá? Cristina Kirchner. Nos recibió, le consiguió la internación en el PAMI, le mandó a hacer la cocina cero kilómetro que la tenía mal. Pero a los dos meses y doce días de la muerte de Pedro mi mamá falleció. Se llamaba Florencia.

–¿Cómo recuerda a su hermano y qué espera de la Justicia?

–Siempre lo voy a recordar como un tipo muy divertido, muy solidario, que amaba terriblemente a sus perritos. Un gran padre con todas las letras, porque lo que hizo por su hija en los cinco años que la tuvo, no cualquier papá lo hace. Y me gustaría poder decir que descansa en paz porque hubo justicia y los culpables van apareciendo. Yo no quiero un peso de nadie. Nací pobre y me moriré pobre. Solo espero que mi hermano tenga justicia. Murió cuando tenía 45 años. Amaba su trabajo y dio su vida por seis mil y pico de pesos que cobraba de sueldo.

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