El Manchester City no tuvo problemas para regresar a Inglaterra con una ventaja que lo deja tranquilo para definir la vuelta de los octavos de final de la Champions League: aunque el marcador no fue abultado y el 2-0 puede ser engañoso, los dirigidos por Pep Guardiola anularon completamente al Borussia Mönchengladbach en Budapest y sellaron el primer juego de la serie con una merecida victoria.

Desde el minuto cero, los pupilos de Guardiola dejaron en claro porque son líderes absolutos de la liga Premier inglesa y uno de los mejores equipos del momento: a los 29, luego de un centro del portugués João Cancelo, su compatriota Bernardo definió de cabeza para marcar el 1 a 0 y materializar también en el marcador la supremacía que ya era notoria desde el comienzo en el estadio Puskás Aréna.

El portugués Cancelo, de una precisión quirúrgica en Budapest, fue quien enhebró también el segundo gol del conjunto de Manchester. A los 64 minutos, cuando el City aún dominaba el juego pero los alemanes se animaban tímidamente a llegar al arco de Ederson, el lateral volvió a inventar un centro exquisito, nuevamente para Bernardo, sólo que esta vez su coterráneo recibió y bajó para la llegada de Gabriel Jesús. El brasileño liquidó a Sommer y marcó su segundo gol en lo que va de la Champions.

Con esta victoria, el elenco de Guardiola sigue escribiendo sus números intratables: estiró ni más ni menos que a 26 partidos su invicto, con el récord incluido de haber ganado los últimos 19 encuentros de ese acumulado. ¿Su última derrota? El 21 de noviembre del año pasado, cuando por la novena fecha de la Premier League cayó por 2 a 0 ante el Tottenham del portugués Mourinho.

Una victoria también cosechó el Real Madrid tras su visita al Atalanta en Italia, por la misma instancia de la competencia, aunque en su caso el 1 a 0 les costó más de lo esperado luego de que se quedaran con un futbolista más desde los 17 minutos tras lo que pareció una expulsión exagerada de Remo Freuler.

El equipo del francés Zinedine Zidane tardó 86 minutos en sacarle provecho a la ventaja numérica, luego de que el árbitro alemán Tobias Stieler le mostrara la roja directa al suizo comprendiendo que había derribado a Mendy en una ocasión manifiesta de gol. A cuatro minutos del final, el francés tuvo su revancha: sacó un exquisito derechazo que aseguró, sobre la hora, una victoria merengue que ya parecía que no llegaba.