El viernes pasado, jóvenes de Juntos por el Cambio realizaron un acto político en la plaza frente al Monumento a la Bandera, con la ex ministra de seguridad Patricia Bullrich. Es importantísimo que recuperemos la participación ciudadana, menguada por los efectos de la pandemia. En ese momento, yo estaba en el Concejo Municipal, con dos integrantes de una fundación que promueve valores contra la violencia. Hasta ahí, todo bien.

Alrededor de las 17 horas, unos seis vehículos y cerca de veinte uniformados de Gendarmería Nacional llegaron a la actividad. Pero no lo hicieron como parte de un operativo de seguridad, que implica el ordenamiento del espacio. Estacionaron donde están los cañones del Monumento (no es un error) y luego dieron vueltas hasta estacionar los móviles uno a la par del otro sobre Córdoba antes de la intersección con 1° de Mayo. Al término del acto: saludaron a la presidenta del mayor partido de la oposición al gobierno, en una acción absolutamente prolija y organizada para que, quienes estuvieran por allí, sacaran fotos y subieran videos de la Gendarmería coqueteando con su ex jefa.

Esta situación se torna aún más irregular porque sucedió en Rosario, tan golpeada por la violencia; donde necesitamos efectivos que patrullen las calles y protejan a vecinas y vecinos. ¿Quién autorizó el traslado de móviles y gendarmes? La forma de actuar de la ex ministra ¿no atenta contra los principios básicos de las fuerzas? No se puede pasar por alto en un Estado Democrático que integrantes de las fuerzas de seguridad federales participen en un acto político y menos aún, en el de la presidenta del partido de la oposición.

El concejal de la ciudad por el PRO, Carlos Cardozo, en un claro uso electoral de la presencia de la Gendarmería, posteó en redes sociales: “El respeto se gana. Bullrich con jóvenes en el Monumento a la Bandera y quienes fueron sus subordinados mostrando su gratitud”. A confesión de partes, relevo de pruebas.

No podemos permitir que parte de las fuerzas de seguridad de la Nación articulen acciones desafiantes hacia el gobierno nacional con el partido político opositor. Quien administra el Estado es el gobierno del Frente de Todos. No podemos permitir que la seguridad y sus efectivos sean partícipes de actividades de espacios políticos que hostigan y erosionan la conducción del país en manos de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Son las mismas voces “republicanas” que tienen gran responsabilidad en el lawfare, las fake news y la antivacunas.

*Concejala. Vice Presidenta del Partido Justicialista de Santa Fe