El River de Marcelo Gallardo tuvo una noche soñada en el flamante estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero, donde goleó por 5-0 al Racing de Juan Antonio Pizzi para quedarse con la Supercopa Argentina, la segunda obtenida en el ciclo del Muñeco, quien estiró su cosecha de títulos con el Millo a 12.

River arrancó mejor que Racing, porque salió a presionarlo bien arriba con un planteo sencillo: avanzar por los laterales y jugar la pelota rápida por encima de los volantes hacia sus delanteros. Con eso le alcanzó para acorralar a los dirigidos por Juan Antonio Pizzi y sumar varias situaciones de peligro sobre el arco de Gabriel Arias.

Suárez, De la Cruz, con un ramate en un palo, y Carrascal habían dado señales de alarma a la defensa académica. Pero la apertura del marcador llegó en el momento justo en el que Racing comenzaba a afianzarse en el campo de juego. Tras un tiro de esquina de De la Cruz, a los 30 minutos, Borré metió un tremendo cabezazo para el 1-0.

Entonces Racing decidió cambiar la fórmula, se retrasó y buscó replicar lo que le venía saliendo bien a su rival: un juego de ataque más directo y tuvo, a los 38, su chance más clara para igualar el marcador, tras un pase profundo desde el fondo de Sigali, una peinada de Miranda y un remate de Chancalay que se estrelló contra el palo derecho de Armani.

Con ese mismo ímpetu salió la Academia a jugar la segunda parte. River, en cambio, parecía sentir el desgaste de la primera mitad y se retrasó unos metros en el terreno de juego. Necesitaba que se activara un poco más Carrascal y se asociara nuevamente con Enzo Pérez y De la Cruz.

Gallardo advirtió el problema que tenía y, a los 60 minutos, sacó a Carrascal y mandó a la cancha a Palavecino y luego a Julián Alvares (por Borré, que acusaba un dolor muscular). Pizzi, en cambio, apostó por la experiencia y los ingresos de Piatti y Cvitanich.

El que acertó fue el Muñeco, porque a dos minutos de su ingreso, habilitado por Pérez, el chico Alvarez anotó el 2-0, con una hermosa definición cruzada tras sacarse de encima a Sigali. Y en la misma ráfaga, De la Cruz estiró la ventaja, a los 70, ante un Arias solo y sin respuesta.

En el desconcierto de Racing, ante un avance claro de Suárez, Miranda quiso rechazar la pelota y la terminó metiendo en su propio para el 4-0. El quinto fue Suárez, a los 81, tras una buena intervención de Alvarez, que le cedió la pelota para que la empujara sobre el arco académico.