Cuarenteñeres, aisladites, distanciadites, enamoradites correspondidis o ni; hartes ya de estar hartes, hiércoles y hueves esperando que llegue el finde para, ahí sí, sentarse a esperar que empiece otre semanite, y así hasta le vacune. Mayores de 80 que se perciben jóvenes pero igual se encierran. Personas con diversidad etaria, témporoespacial y gastronómica: ¡vamos todes, juntes, a quedarnos en casite o salir con barbiju!

Seguramente estarán acostumbrados, tanto el lectoru como la lectore, a que este columnista no les dé respuestas certeras a sus interrogantes (los de ustedes). Ni siquiera respuestas verosímiles. O inverosímiles, pero divertidas. No puedo decir tampoco que les haya respondido a mis propios interrogantes, algo que –si yo tuviera las respuestas, que no tengo– los dejaría un poco atónitos si no conocen las preguntas.

Soy de los que entienden la incertidumbre, pero no de la manera bullrichosa. ¿Se acuerdan de cuando don Esteban nos pedía que disfrutásemos la incertidumbre? Paradójicamente, no dejaban resquicio a lo incierto, porque nos garcaban siempre.

Tampoco entiendo la incertidumbre meritocrática: no considero gran cosa haber heredado o haber saqueado o haber torcido la ley en beneficio propio o haber heredado a quien torció la ley en su beneficio para poder saquear. Es como acusar a otro de “gastarse el sueldo en vino” luego de cerciorarse de que el sueldo le alcanza para una sola botella.

Como no puedo darles respuestas porque no puedo darles certezas, voy a convidarles unas preguntas. Que ustedes pueden contestar. O no. Pero si mis preguntas les generan otras, mejor.

· ¿Cómo puede alguien decir que una vacuna es veneno y, acto seguido, reclamarla? ¿Se trata de un intento de suicido?

· ¿Por qué alguien puede reclamar libertad de prensa desde un medio poderoso, cuando ese mismo acto desmiente la necesidad de su reclamo?

· ¿Cómo se puede juzgar a alguien por un delito que no es tal? (por ejemplo: me denuncian por tomar café; es cierto, yo tomo café, pero eso no es delito. Igual me juzgan).

· ¿Qué empresario tomaría clases de Economía con los que manejaron la Argentina entre 2015 y 2019? ¿Un empresario que quisiera fundir sus propias empresas, tal vez?

· ¿Por qué no entendemos que “virtual” quiere decir “no real”?

· ¿Por qué muchas personas (o grupos) que sufren por una situación injusta no piensan que también hay otras personas que sufren por situaciones semejantes?

· ¿Por qué tenemos tantos mensajes (publicidades, consignas) "violencia-friendly"? ¿No es que queremos una sociedad menos violenta?

· ¿Por qué no entendemos que, para el otro, uno es el otro?

· ¿Por qué no entendemos y respetamos las singularidades del otro como eso que son: singularidades subjetivas, y a veces tratamos de volverlas generalidades imposibles?

· ¿Por qué decimos “la excepción confirma la regla” cuando en realidad la excepción destruye la regla?

· ¿Por qué llamamos “fenómenos de época” o incluso “epocales”, a cosas que nos impone el marketing, no el tiempo?

· ¿Cuándo fue que la experiencia se volvió un defecto y la prepotencia una virtud?

· ¿Hasta dónde somos capaces de reclamar sin hacer el menor cambio interno?

· ¿Por qué no nos damos cuenta de que naturalizar la violencia y reprimir el deseo son el peor camino que podemos tomar como sociedad?

· ¿Por qué no somos todos iguales ante la ley y diferentes ante nuestras singularidades?

· ¿Por qué nos resulta insultante que nos llamen “infantiles” cuando tantas veces nuestro niño interno es lo mejor de nosotros?

· ¿Cómo puede un grupo/colectivo generar su propia identidad a través del odio/fobia a otro? ¿Qué les pasa, no tienen nada más que los pueda constituir como personas?

· ¿Por qué no se entiende que, por ahora, la calle es de la covid-19 y arriesgamos la vida al cuete aunque sea por causas o reivindicaciones justas?

· ¿Qué parte de “usá barbijo” no entienden quienes creen en la impunidad biológica o les importa un corno el prójimo?

· ¿Por qué personas que fugaron 44 mil palos verdes se sienten con derecho a hablar de ética?

· Etceterexit.

Estimado lectoro, como habrá visto o leído, no le pregunté sobre el sentido de la vida, la existencia o no de Dios, la cuadratura del círculo o dónde se cobra el salariazo. No: fueron preguntas simples, que tienen una respuesta más simple todavía: "No sé".

Sugerimos acompañar esta columna con el video “No están locos” (referido a los trsutes hechos del sábado pasado en la Plaza de Mayo, de RS Positivo (Rudy-Sanz)