Con calma, paciencia y sin apuro. Así camina Wos con su música. A simple vista, pareciera que el pibe no hace nunca una jugada de más. Cada movimiento parece certero y premeditado. No cuenta con demasiado material editado -14 canciones/videos, tal vez- ni abusa de la presencia en redes sociales, pero cada vez que aparece en la escena pública con algo nuevo genera una explosión inmediata.

Hace unos días, Wos (Valentín Oliva) subió a su canal de YouTube un live set grabado este verano en la Patagonia y en 24 horas superó el millón de visualizaciones. En un estudio de grabación -un domo con techo vivo- ubicado en algún rincón de la inmensidad del sur, el músico de 23 años logró en 11 minutos una pieza audiovisual compacta y cohesiva de alto vuelo musical, con momentos de melancolía, trance y vértigo.

Se lo ve muy conectado con su música y con el entorno –abundante en vegetación... Y con ganas de cantar y decir. Pero no está solo. Lo acompaña en todo momento el músico y productor Evlay, un parcero que se torna ideal para este plan austero. Son tres piezas. Arranca Wos con una versión de "Alma dinamita" -del EP Tres puntos suspensivos, 2020-. "Cuando el destino se pone austero, sale al rescate lo verdadero", canta con dulzura visceral y se le anima a la batería electrónica, mientras Evlay suma un toque sutil de guitarras y programaciones.

El segundo momento es un freestyle vertiginoso y oscuro. Una improvisación interpretada aquí y ahora --o así parece-- que reflexiona sobre la libertad artística, los procesos internos, lo banal y lo importante, y tanto más. El set culmina con un pulso más bailable y electro-pop, con una versión de "Fresco", de su celebrado disco debut, Caravana (2019).

Para entender el fenómeno, hay que detenerse en un dato: Wos es más que un freestyler o un rapero. Si bien su escuela principal son las "batallas de gallo" (competencias de freestyle) callejeras, su consolidación como artista popular y masivo radica en su decisión de encarar un proyecto como creador de canciones y lanzarse como solista.

De hecho, se abrió del nicho del freestyle cuando decidió bajarse de las competencias, en 2019. Ese giro simbólico le abrió un mundo nuevo y lo puso en diálogo con artistas y bandas de otros géneros, como Andrés Ciro Martínez, Lisandro Aristimuño, Zoe Gotusso o Conociendo Rusia, más cercanos a la canción.

Si bien el talento, la musicalidad y la fluidez (y lucidez) de su palabra son innegables, Wos no hubiera sido posible sin toda una generación de raperos y freestylers que refrescó la escena del hip hop argentino en la última década. Porque Wos también es producto de un movimiento fortísimo que tiene como semillero central las competencias de El Quinto Escalón, en Parque Rivadavia. De ahí salieron nombres como Duki, Ysy A, Ecko, Lit Killah, Acru, Trueno o Paulo Londra; que hoy ocupan un lugar importante el mainstream de la escena urbana.

Sin embargo, este músico criado en el barrio de Chacarita en una casa de artistas --es hijo del percusionista Alejandro Oliva de La Bomba de Tiempo, y la actriz, cantante y bailarina Maia Mónaco-- logró trascender públicos y generaciones. En varias de sus canciones dialoga con la cultura rock y la poética de referentes como Indio Solari -"Canguro" y "Luz delito", por ejemplo-. Es, en todo caso, un continuador de la cultura rock.

Además, en el mensaje de sus canciones supo capitalizar un clima de época: el fin del macrismo en el gobierno y el advenimiento de nuevos aires políticos, culturales y sociales. "Miedo tienen los que no caminan", canta en "Fresco". Y en eso anda Wos: caminando con identidad y claridad.