En busca de generar apoyo político para aprobar su proyecto de reforma electoral, el presidente Mauricio Macri y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, se reunieron ayer con un grupo de ocho gobernadores de la oposición. La moneda de cambio con los mandatarios fue el proyecto de modificación del Impuesto a las Ganancias, que finalmente el macrismo anunció que enviará al Congreso en los próximos días. “El objetivo de todos es que los argentinos puedan tener una manera más cómoda, más confiable, más rápida de votar, a partir del 2017”, dijo Frigerio en una conferencia de prensa posterior, de la que también participaron varios de los jefes provinciales. Además, el ministro adelantó que de no conseguir la sanción de la ley antes del fin de las sesiones ordinarias (el 30 de noviembre), el Ejecutivo pedirá una prórroga para comenzar con la puesta en marcha del nuevo sistema antes de fin de año. De todas maneras, habrá que ver como qué impacto tiene en el Congreso la foto de ayer junto al Presidente.
Preocupados por los tiempos parlamentarios y ante la posibilidad de que un sector de la oposición termine por interferir en los planes del macrismo para imponer la Boleta Única Electrónica, el Gobierno comenzó las negociaciones con los mandatarios provinciales. Es el mismo mecanismo que utilizó cuando necesitó el respaldo de distintos senadores del PJ en otras leyes importantes como la de pago a los fondos buitre, que implicó un fuerte endeudamiento para el Estado nacional.
Los gobernadores que ayer estuvieron en la Residencia de Olivos representan a distintos sectores de la oposición pero todos mantienen una buena sintonía con la Casa Rosada. Del PJ estuvieron Juan Manuel Urtubey (Salta), Domingo Peppo (Chaco), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), además del vicegobernador de Entre Ríos, Adán Bahl (Gustavo Bordet se encuentra en Marruecos en una cumbre de cambio climático), 
También estuvieron los peronistas disidentes Juan Schiaretti (Córdoba) y Mario Das Neves (Chubut) y los mandatarios de fuerzas provinciales como el rionegrino Alberto Weretilneck y el neuquino Omar Gutiérrez. Además de Macri y Frigerio, de la reunión también participaron el secretario de Asuntos Políticos, Adrián Pérez y el secretario de Interior, Sebastián García de Luca. 
En verdad, el impacto concreto de la reunión no será tan grande como pretende el Gobierno. A muchos de esos mandatarios sólo les responde un solo senador, cuando no ninguno, y en otros casos, como el de Salta, ya contaban con el apoyo a la iniciativa. El propio Urtubey lleva varios años utilizando el sistema de Boleta Única Electrónica en su provincia.
En la conferencia de prensa, el ministro del Interior reconoció la “urgencia” para “sacar el proyecto” y dijo que se debe a que quieren “votar distinto en el 2017”. “Más allá de la tecnología, la capacitación lleva su tiempo, y por eso el apuro de sacar la reforma cuanto antes”, completó. En su exposición, Frigerio dejó entrever que la aplicación podría no realizarse en todo el país: “Estamos discutiendo con los gobernadores para dejar la puerta abierta de que en algún lugar se vote como se vota hoy”, señaló. 
No son pocos los gobernadores peronistas que por lo bajo expresan su preocupación por las dificultades de logística y de infraestructura que implica votar con el sistema electrónico que plantea el oficialismo. 
Para tratar de neutralizar las duras críticas de la comunidad de técnicos y expertos en seguridad informática, Frigerio aclaró que “en el proyecto no se especifica la tecnología, no se está hablando del chip” sino que “se está hablando de una tecnología que permita un doble control, el electrónico y el manual”, sobre el escrutinio. “La tecnología específica para cada elección tendrá que ser aprobada y homologada por la Cámara Nacional Electoral, (por lo que) la Justicia será la que dé confianza en que el sistema que se proponga, será el más seguro”, argumentó el ministro. En paralelo, decenas de especialistas estaban ayer en el Senado alertando sobre las vulnerabilidades de la propuesta macrista (ver nota aparte).
Con la cuenta regresiva entrando en su tramo final, Frigerio anunció finalmente que prorrogarán las sesiones ordinarias, en caso de que (como es probable) se extienda el debate legislativo más allá del 30 de noviembre: “Si no llegamos con lo resta del mes (para aprobar la iniciativa), vamos a pedir una prórroga en las sesiones del Congreso, para sacarla antes de fin de año”. Más allá del formato de votación que termine aprobándose, en el Senado se descarta que se realizarán modificaciones por lo que la iniciativa volverá a Diputados antes de su sanción definitiva.
En paralelo, Frigerio informó que presentarán en el Congreso el proyecto de reforma del impuesto a las Ganancias, que había sido una promesa de campaña y que se había anunciado en septiembre. Según el macrismo las demoras se produjeron debido a que se trata de un impuesto comparticipable y su eliminación implicaba un duro golpe para las arcas provinciales. “Teníamos que ser responsables desde el punto de vista de las cuentas públicas de la Nación y las provincias, y por eso el proyecto que se elevaría en los próximos días al Congreso contempla la necesidad de reforma en el impuesto, pero también la obligación que tenemos los representantes de cada nivel de gobierno de cuidar los recursos de la gente”, concluyó Frigerio.