El Contador Publico Horacio Salaverri, presidente. de la poderosa Carbap, la organización gremial ruralista que representa a los estancieros ( dije estancieros, no chacareros) de la provincia de Buenos Aires y La Pampa, acaba de denunciar que las transnacionales exportadoras de granos realizan una doble e indebida retención al precio final de los granos que deberían pagar a los productores. ”Se están observando diferencias sustanciales entre los valores de los granos publicados por el Ministerio de Agricultura de la Nación y los que figuran en pizarra. Pasa que, en soja, girasol, y trigo siempre es menor el precio que pagan a los productores del que dice el Ministerio que debe valer la mercadería. ¿Es una cuestión comercial ?"

Lo cual significa, en buen romance, que los productores agropecuarios no reciben el precio internacional menos retenciones como les correspondería. Estos cobran precio internacional menos una primera retención que es de ley, y una segunda que practican por su cuenta los monopolios exportadores para su entero beneficio. Esto lo pueden realizar por el carácter cartelizado que tiene la exportación de granos y la ausencia de una correcta regulación estatal. De esta retención indebida la Mesa de Enlace no se queja, a excepción de Salaverri. Solo le parece mal la que cobra legalmente el Estado.

El Estado Nacional, merced a la ley 21.453, fija e informa diariamente los precios de una lista preestablecida de granos exportables a los que hay que aplicarle los derechos de exportación. Este precio es orientativo y está tomado, descontando fletes, sobre la base de la información suministrada por diversos agentes económicos y traiders del sector. Son precios lógicos, razonables y fundados, publicados a los efectos fiscales y con el objetivo de evitar las triangulaciones a la que son tan afectos estos pulpos multinacionales. 

Es a la diferencia entre este precio que publica el Ministerio y lo que efectivamente pagan las exportadoras a lo que se refiere la denuncia del contador Salaverri. La acusación es muy importante porque es mucha plata, que en vez de ir al bolsillo de los productores y a la cuenta fiscal del Estado va a las cuentas de Cargill y demás exportadoras. Esta segunda retención es una presión adicional sobre el dólar billete y casi seguro que su destino final es algún paraíso fiscal. Estas empresas son las mismas que usan el rio Paraná (hidrovía) para despachar sus exportaciones. ¿Se dan cuenta porque no quieren ningún tipo de control ni regulaciones?

El contador Salaverri estuvo muy bien en hacer pùblico este tipo de abuso de posición dominante, pero se abstiene de pedir la intervención del Estado, que es lo que amerita la situación, porque es un liberal a ultranza. Pero nobleza obliga, hay que reconocer que es el único gremialista agrario que denuncia esta situación, mientras el resto duerme plácido la siesta a la sombra de la comodidad neoliberal.

Ahora ¿Por qué nunca son hostigadas gremialmente estas compañías o no son tapa de diarios estas denuncias? Muy sencillo, tienen un sólido maridaje con los medios hegemónicos a través de sus voluminosas cuentas publicitarías, así como una mancomunidad de intereses con la dirigencia agraria en general a través del exponsoreo de exposiciones, eventos técnicos y regalías interesadas a las organizaciones rurales que condicionan todo el accionar gremial. De allí que sea tan valioso lo que denunció Salaverri. 

 Salud y cosechas

Maximo Paz-otoño 2021-