Pasado y presente conviven en In Spirit, laureada serie -en curso- de la fotógrafa estadounidense Alison Luntz, que en pleno confinamiento encontró simpática manera de revivir algunos recuerdos felices, de épocas más simples. Sobre la génesis del proyecto, cuenta la artista: “En mi dormitorio, tengo colgada una impresión en gran formato de un paisaje que capturé en un viaje a Escocia. En los primeros días de pandemia, solía mirarla intensamente, intentando volver a sentir esa falta de preocupaciones, ese buen humor, esa libertad. Parecía algo tan remoto que, en un rapto de humor negro, me hice un autorretrato con la impresión de fondo: aunque con el pelo al viento, era evidente que estaba encerrada en casa. Me di cuenta que el recurso tenía potencial para expresar el aislamiento, la alienación y la melancolía”. Con un puntito de ironía, vale recalcar, muy celebrado por los prestigiosos LensCulture Art Photography Awards, que recientemente colgaran una medalla a la propuesta de Luntz.

Propuesta que, como está dicho, la tiene autorretratándose frente a imágenes que ella misma sacó en años anteriores. Así, dentro de la bañera de su hogar, posa frente a la pic ampliada que gatillase nadando en las aguas de Coney Island. En el sofá de su living, bebe un trago en “compañía” de sus amigos, eternizados en plena danza en una fiesta de antaño. También pone la mesa para cenar con sentida imagen como telón de fondo: su mamá preparando un banquete de Acción de Gracias que, en cierto modo, a la distancia, la acompaña…

“Estoy pensando cómo trabajar con una instantánea en el techo, todavía no descifré la logística”, adelanta la muchacha que, a pesar de vivir “en un apartamento bastante pequeño de Brooklyn”, ha sacado provecho a cada rincón, atendiendo con mimo tanto a la perspectiva como a la iluminación. “Más allá de que busqué viejas fotos que generaran una suerte de tensión entre el hoy y el ayer, tenían que funcionar a nivel técnico”, aclara quien pretende “dar realidad fotográfica a situaciones imposibles para, al menos, estar allí en espíritu”. “Donde quiera que viaje mi mente, el mundo se afirma”, remacha esta fotógrafa freelance, y pronto agrega: “Aunque la pandemia haya sido el catalizador de In Spirit, creo que la serie refleja ciertas características propias del ser humano, independientemente de este contexto tan peculiar: el contraste entre la vida interior y exterior de las personas, la sensación de anhelo y de desconexión, la capacidad de fantasear a pesar de todo”.