La gráfica, que además del tradicional grabado en madera o en metal abarca diversas técnicas de estampado como la serigrafía, el esténcil, la monocopia, el xilocollage, la impresión y hasta la proyección (el cine en celuloide puede considerarse una forma efímera de la gráfica expandida) multiplica las imágenes y las hace accesibles al público, desbordando los límites de la sala de exposiciones, que no obstante sigue legitimándola. Ese poder multiplicador hace de la gráfica expandida (o "en desborde") la técnica más apta para difundir mensajes urgentes sobre la realidad.

Hasta el 13 de junio, una exposición nacional sitúa a la gráfica rosarina en el destacado lugar que siempre le correspondió dentro del arte argentino. Y amplía el campo de sus expresiones, abarcando además un tema literalmente candente. Transformación: la gráfica en desborde es una muestra del Museo Nacional del Grabado. Fue producida en articulación con la Casa Nacional del Bicentenario de Buenos Aires (Riobamba y Marcelo T. de Alvear), en planta baja y pisos 1º, 2º y 4º En el tercer piso, hay una muestra del Centro de Arte Sonoro (CASO), también vinculada a la gráfica.Transformación se inauguró el 26 de febrero. Toda visita ha quedado suspendida por las restricciones dispuestas por el gobierno nacional.

La proyección en el espacio público es una intervención gráfica.

Con Silvia Dolinko como curadora externa invitada por Cristina Blanco (directora del Museo Nacional del Grabado y cocuradora) y con más de 40 artistas y grupos exponiendo, la exhibición pone en relación piezas gráficas de la colección del MNG y de autores contemporáneos, cuya participación la institución pagó de acuerdo al tarifario de la AAVA (Artistas Visuales Autoconvocades) y otras agrupaciones. Grabados y estampas de Juan Grela, Mele Bruniard, Noemí Escandell, Claudia del Río y otres artistas de Rosario, junto a obras de los colectivos locales Capitana y Comisión Humedales de la AAR (Agrupación de Artistas de Rosario), se lucen entre referentes consagrados, como León Ferrari o Liliana Porter, en un panorama federal de muy alta calidad artística.

Las acciones colectivas Proyectorazo y Agitazo x los Humedales, de la Comisión Humedales de la AAR, consistieron en una serie semanal de proyecciones desde domicilios particulares sobre el espacio público en forma casera, independiente y anónima (o directamente en el espacio público, como cuando integraron la Marcha viboreante convocada por la Multisectorial por los Humedales en agosto). Aquellas proyecciones amplificaban imágenes y consignas en reclamo por la Ley de Humedales que sus autores compartían con quien quisiera participar, a través de una carpeta de material protegido bajo una licencia Creative Commons tipo 4. Cada proyección se difundió en vivo en tiempo real, "agitando" por la red Instagram. Las acciones se reiteraron miércoles tras miércoles de la cuarentena 2020, en plena quema de las islas del delta del Paraná. 

Las dos curadoras consideran que la proyección en el espacio público es una intervención gráfica dentro de la gráfica expandida, y dan prioridad a mostrar "diversas inscripciones locales en relación con problemáticas ambientales o sociales", como escribió Silvia Dolinko en su invitación al grupo rosarino: "Nos interesaba incluir, dentro las propuestas que consideramos de una gráfica expandida o de una gráfica en desborde, las intervenciones de los diversos proyectos de Proyectorazo, que se enmarca en dos ejes de la exposición". Estos dos ejes serían: iconografías de transformación e intervenciones en el espacio público. Dolinko les propuso a los autores participar a través de "una edición de registros fotográficos de esos proyectorazos, proyectados en loop", en lo que iba a ser un espacio con las paredes oscurecidas, pero mantuvo su visibilidad en una sala donde entra en diálogo con otras obras gráficas y políticas. 

"Hablamos entre les compas, acordamos participar y delimitamos qué de todo lo que se hizo en Agitazo x los Humedales queríamos llevar a la muestra", relató Virginia, artista e integrante. "Y recortamos sólo las proyecciones de la convocatoria abierta y la participación en la Marcha víboreante, mostrando las proyecciones de los miércoles. El video fue realizado especialmente para la muestra, y no está colgado on line".

"Lo que nosotres presentamos es un proyecto que resolvimos en forma grupal", cuenta Maru, grabadora que integra el grupo autoral. "Para esta instancia de institución y sala, diferente a la natural al proyecto, que es la calle, decidimos presentar un video que se repite en loop, y que dura 4 ó 5 minutos, en el cual se presentaron registros de las proyecciones. No presentamos el material que tenemos en el feed de Instagram, el de la convocatoria a armar el banco de imágenes, sino registros de la acción. El proyectorazo puede ser leído en el campo de la gráfica expandida como una impresión efímera. Esa proyección sobre el espacio, que implica el pasaje de las imágenes a proyecciones por medio de la luz, transforma el espacio de modo efímero mediante una acción. Esa acción irrumpe en la cotidianeidad y genera un impacto sobre otro tipo de público, la persona que está en su casa y se asoma, o que sale a hacer un mandado y mira para arriba y ve una intervención plástica en torno a un problema que es histórico pero que nos atraviesa en este momento. La última vez que nos reunimos para proyectar, nos gritaban cosas alentándonos desde los balcones. El proyecto surge y urge de lo necesario, así que empleamos medios contemporáneos: proyecciones, computadoras. Nos apropiamos de recursos técnicos del momento para presentar una causa urgente". 

El video pone en obra una ominosa simultaneidad. Mientras las fotos revelan cómo las imágenes, a la vez bellas y dantescas, salían al espacio público desde terrazas y ventanas para ser vistas desde el encierro por la gente aislada en sus casas, el sonido reúne registros en audio de la lucha contra el fuego del 23 de agosto de 2020 en Boca de la milonga, un paraje en las islas del Paraná a la altura de Granadero Baigorria. Entre la víspera y la mañana de ese día, ante la falta de reacción estatal, más de 30 personas convocadas y coordinadas por la Multisectorial por los Humedales respondieron valerosa y voluntariamente al llamado de habitantes de viviendas que se quemaban (una emergencia en el contexto de los recurrentes incendios) y cruzaron el río con una bomba de agua y otras herramientas, improvisando pasamanos de baldes, cortafuegos de tierra y talas de árboles en llamas junto a 20 isleñes. Metálicos hachazos y unos gritos, solidarios pero angustiados, se superponen al piar de los pájaros. Es el paisaje sonoro del trauma.

Advierte también Maru que "la gráfica como medio de transmisión de contenido en imágenes ha tenido en su historia un desarrollo de las formas mas variadas" y que "las formas no tradicionales siempre estuvieron presentes en el transcurso de la gráfica, aunque no siempre hayan tenido aceptación institucional. Gráfica son los esténciles para poner el nombre de las calles. La gráfica nos envuelve en todos los aspectos. La gráfica siempre estuvo en desborde, pero esta muestra da cuenta de ella desde esa perspectiva. La muestra tiene que ver con esos límites que la gráfica en un sentido contemporáneo permite desafiar".