Un jurado de doce miembros declaró culpable al expolicía Derek Chauvin por el homicidio del afroamericano George Floyd en Minneapolis, un caso de brutalidad y racismo policial que desató una ola de protestas en Estados Unidos y el mundo. En concreto, Chauvin fue hallado culpable por los cargos de asesinato en segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio involuntario, que juntos acumulan una pena máxima de 75 años de cárcel. Pero al no contar con antecedentes penales, Chauvin podría ser condenado como máximo a 20 años de prisión. Luego de la lectura del veredicto, Chauvin fue trasladado con esposas a una celda para esperar allí la lectura de la sentencia que, según el juez encargado de leer el veredicto, se dará a conocer en ocho semanas.

La recta final del juicio llegó en un contexto de creciente tensión en el país tras la muerte a manos de la policía de Daunte Wright, de 20 años, en Minnesota y de Adam Toledo, de 13 años, en Chicago. La incertidumbre ante el resultado del juicio se vivió en las calles de Minneapolis, donde al menos tres mil miembros de la Guardia Nacional fueron desplegados para evitar disturbios. El presidente Joe Biden se comunicó rápidamente con la familia de Floyd y dijo que le hubiera encantado "estar allí para abrazarlos". Más tarde, en un mensaje dirigido a la nación, calificó el veredicto como "un paso gigante en la marcha hacia la justicia en Estados Unidos".

El 25 de mayo del año pasado, George Floyd fue detenido en la ciudad de Minneapolis luego que el dueño de una tienda lo acusara de haber pagado con un billete falso de 20 dólares. La policía respondió al llamado del dueño del local e inmediatamente lo redujo en el piso. Con varios policías alrededor, Chauvin se arrodilló sobre el cuello de Floyd durante más de nueve minutos pese a la reiterada súplica del joven afroamericano: "No puedo respirar". Su muerte quedó registrada por una persona que se encontraba en el lugar e inmediatamente se viralizó.

"Fue un asesinato a plena luz del día y arrancó las anteojeras para que todo el mundo viera el racismo sistémico, una mancha en el alma de nuestra nación, la rodilla en el cuello de la justicia para los afroamericanos", aseguró el mandatario demócrata. "Nada puede traer de vuelta a su hermano, a su padre", dijo Biden sobre la muerte de George Floyd, aunque el veredicto de culpabilidad de Derek Chauvin "puede ser un gran paso adelante en la marcha hacia la justicia en Estados Unidos".

Durante una conversación telefónica con el hermano de George Floyd, Philonise, el presidente estadounidense se comprometió a impulsar más reformas sobre las prácticas policiales para estar "a la altura del legado" del joven afroamericano. Por su parte la vicepresidenta Kamala Harris dijo que queda "mucho por hacer" para combatir la "injusticia racial", que es "un problema de cada estadounidense y evita que el país cumpla su promesa de libertad y justicia para todos".

Las más de 600 personas congregadas frente a la sede del juzgado de Minneapolis, que siguieron la retransmisión en directo desde sus celulares, se abrazaron y saltaron ante cada cargo anunciado durante la lectura del veredicto. "Esto no es una celebración, es solo el primer paso. ¡Esto es una revolución!", gritó uno de los manifestantes con un megáfono y el puño levantado.

El abogado defensor de la familia Floyd, Ben Crump, elogió la condena al expolicía blanco como "un punto de inflexión en la historia" de Estados Unidos. "La justicia obtenida con dolor finalmente ha llegado para la familia de George Floyd", destacó Crump. "Este es un gran día para el mundo", dijo por su parte la novia de Floyd, Courteney Ross. "Finalmente estamos empezando a ver. 

El hermano de George, Philonise Floyd, aseguró en conferencia de prensa: "Ya no sólo estoy luchando por George. Estoy luchando por todos en este mundo. Hoy, podemos respirar de nuevo". Joanna Phillip, una joven de 25 años que lloró de felicidad al escuchar el veredicto en las inmediaciones del juzgado, dijo por su parte: "Vamos a cambiar este sistema podrido, ya lo estamos haciendo. Esto es solo el comienzo". 

Los cargos contra Chauvin

Derek Chauvin, expolicía de 45 años, está acusado de asesinato en segundo grado, punible con hasta 40 años de prisión. Este cargo asume que mató a alguien en el marco de un crimen peligroso a pesar de que no tenía la intención de causarle la muerte. El ejemplo típico es el de un robo que desemboca en un mayor grado de violencia.

Chauvin también fue inculpado de homicidio involuntario en segundo grado, con una pena máxima de diez años de prisión. Este cargo implica negligencia culposa: haber asumido conscientemente poner en riesgo la vida de otros.

Por último el expolicía fue acusado de asesinato en tercer grado, que conlleva hasta 25 años de prisión. Este cargo se aplica a personas que causaron una muerte sin intención de provocarla, al cometer un acto peligroso para otros con un "espíritu depravado" que denota desprecio por la vida humana.

Los fiscales, en sus alegatos finales del lunes, mostraron extractos del desgarrador video de la muerte de Floyd. "Pueden creer lo que vieron", dijo el fiscal Steve Schleicher. "No se trató de vigilancia policial, se trató de asesinato", insistió. "Nueve minutos y 29 segundos de abuso de autoridad impactante. El acusado es culpable de los tres cargos, no hay excusa", afirmó.

El abogado defensor Eric Nelson aseguró por su parte al jurado que Chauvin "no usó fuerza ilegal a propósito" y justificó las acciones de Chauvin y los otros policías que mantuvieron a Floyd en el suelo. Según Nelson, la enfermedad cardíaca de Floyd y su consumo de drogas fueron factores decisivos.

Gran parte de la fase de presentación de pruebas del juicio giró en torno a si Chauvin había realizado un uso razonable o excesivo de la fuerza. Expertos médicos de la fiscalía dijeron que Floyd murió por falta de oxígeno por tener la rodilla de Chauvin en su cuello durante más de nueve minutos, y que las drogas no incidieron en absoluto.