"Este es el resultado correcto para los hinchas de fútbol, los clubes y las comunidades de todo el país." La revuelta de los hinchas ingleses contra la Superliga provocó que el premier conservador Boris Johnson celebrara la salida de los seis clubes más poderosos de la Premier League del intento de una docena de clubes europeos, al mando del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez,  de formar una liga paralela a los estatutos de UEFA y FIFA. La respuesta de los hinchas fue tal que el gobierno británico planteó revisar el marco jurídico de los clubes para volver a darle el control a los socios.  

El mensaje de Johnson cerró con un convocatoria a "proteger nuestro querido deporte nacional", mientras que el ministro británico de Cultura y Deportes, Oliver Dowden, fue más allá y sostuvo en la Cámara de los Comunes que  se pondría en marcha una revisión de la propiedad de los clubes ingleses para acercarlo al modelo alemán de la Bundesliga, donde el 51 por ciento de las acciones de los clubes deben pertenecer a los socios.

Tottenham, Chelsea, Manchester United, Manchester City, Arsenal y Liverpool habían sido los seis clubes ingleses que el domingo por la noche anunciaron que iniciarían un nuevo torneo junto al Atlético de Madrid, Juventus, Milán, Inter, Barcelona y Real Madrid. La reacción de los hinchas ingleses provocó una marcha atrás en cadena que, para este miércoles, solo mantenía en pie al Barcelona y el Real Madrid, cuyo presidente es Florentino Pérez, proclamado presidente de la liga fallida que insiste en defenderla en nombre de mayores beneficios económicos.  

"Estamos del lado de los aficionados y sus voces tienen que ser oídas cuando se trata del futuro del deporte de este país. Esto empieza en los aficionados y acaba con ellos", aseguró Dowden, empapado de la revuelta popular de los hinchas ingleses. 

El ministro de Cultura y Deportes inglés sostuvo que la idea de avanzar en la "regla 50+1" de los clubes alemanes --justamente el Bayer Munich fue uno de los convocados a la Superliga que desistió desde un primer momento-- mantendrá para la liga inglesa "la sostenibilidad del fútbol masculino y femenino, el flujo financiero en la pirámide y la regulación la meritocracia, evaluada por un regulador independiente". 

"Debido a la propuesta de este fin de semana, también se considerará cómo los aficionados pueden tener más voz y los modelos que mejor se adecúan a ello", dijo Dowden en la Cámara de los Comunes y explicó que, durante los últimos meses, mantuvo reuniones con los aficionados y con las asociaciones que los representan para desarrollar propuestas sobre la revisión del sistema.

Sin embargo, la revisión de la Premier League no parece tener un horizonte sin tensiones debido a que el modelo actual permite que empresas privadas y externas poseer el 100 por ciento de los clubes ingleses y existen grandes intereses económicos detrás, como ocurre en el caso del Liverpool y Manchester United, con grupos estadounidenses; o Manchester City, Arsenal y Chelsea, este último propiedad del multimillonario ruso Roman Abramovich.

"Siempre he tenido claro que no quería ponerlo en marcha hasta que el fútbol volviera a la normalidad tras la pandemia. Tristemente, estos clubes han dejado claro que no tenía opción. Han decidido anteponer el dinero a los aficionados", aseguró Dowden sobre la decisión del gobierno de Boris Johnson en avanzar en la reforma.