Un bebé integrante de la Comunidad Tierras Indígenas, del Pueblo Wichí y ubicada en jurisdicción del municipio de General Ballivián en el norte salteño, falleció en los primeros minutos de ayer sábado cuando era trasladado de urgencia a la ciudad de Salta. Según se informó, el niño estaba por debajo del peso que corresponde a su edad, 7 meses y medio, y estaba muy deshidratado cuando por fin se dio el alerta para tratar de salvarle la vida. 

Es el segundo niño del Pueblo Wichí que fallece esta semana por causas asociadas a la malnutrición. El miércoles último murió un nene de 1 año y 10 meses de Pozo La China por un grave cuadro de deshidratación. Con el bebé de Ballivián son tres los niños del Pueblo Wichí que pierden la vida este año por causas evitables.

La criatura era de la comunidad wichí de Pozo La China, ubicada a 45 minutos de Santa Victoria Este (SVE), en el departamento Rivadavia. El gerente del Hospital de ese pueblo, Ariel Sosa, confirmó a Salta/12 que el nene falleció tras haber sufrido el segundo paro cardíaco, ya en la ciudad de Tartagal (cabecera del departamento San Martín), cuando bajaba de la ambulancia que lo había trasladado con el propósito de darle un tratamiento de mayor complejidad. El médico indicó que no se trata de un cuadro de desnutrición, dado que la causa de muerte fue la deshidratación.

El cacique Domingo Robal lamentó que los operadores de la Atención Primaria de Salud (APS) no dieron el alerta, a pesar de que la madre había llevado al niño al Centro de Salud de General Ballivián, donde fue atendida por un enfermero o enfermera, y de que "hace 10 o 15 días" había recibido en su casita la visita del agente sanitario, quien  lo pesó y comprobó que tenía 3,800 kilos, casi dos kilos menos que hace 90 días, en el anterior control, cuando pesó 5,600, dijo el referente originario. 

Robal fue quien dio el alerta sobre el afligente estado de salud en que se encontraba el niño. El referente contó a Salta/12 que cuando lo vió, el jueves último, en su recorrida habitual por las casas de las familias de la Comunidad, "ya estaba bajo de peso". "Cuando yo llego a la casa de ellos el bebé ya estaba ya bien deshidratado". "Ya el bebé estaba mal, ya se quejaba. Y bueno, yo llamé al Centro de Salud", relató.

Dijo que avisó que necesitaban atención urgente, entonces fue un enfermero, quien llamó a la médica Carmen Sinchón, "la única doctora que atiende en Ballivián, la única". El estado del nene era tal que la médica dispuso su traslado al Hospital Juan Domingo Perón, de Tartagal, lo que se hizo el viernes a la mañana. Robal destacó que el pequeño estaba muy desmejorado, "ya se descomponía cada 30, cada 40 minutos". Ese mismo día fue derivado desde Tartagal a Capital, pero en el trayecto aparentemente tuvo una nueva descompostura que motivó que lo llevaran al Hospital de San Pedro, en Jujuy, localidad que queda en el camino a la ciudad de Salta. Y en los primeros minutos de ayer, "como a las 12 y cuarto más o menos, me llaman del Hospital de San Pedro, me avisan que el bebé ha fallecido", contó el cacique.

Robal agradeció en este punto la ayuda de Sinchón. Contó que la llamó a esas horas y la médica los ayudó con la gestión para autorizar el traslado del cuerpo del niñito a Ballivián, "si no fuera por esa doctora, íbamos a estar sin saber qué hacer", explicó dando cuenta de las dificultades adicionales que deben afrontar los miembros de estas comunidades en casos como éste. El cuerpito del niño, acompañado por su madre, era esperado anoche en su comunidad. 

El fallecido era el sexto hijo de una mujer de 38 años, madre sola que vive en una pequeñísima casilla de tablas, trabaja como artesana tejedora y cobra asignación universal por tres de sus hijos, porque por la pandemia no pudo hacer el trámite para cobrar la ayuda por los otros dos, contó el cacique. 

Robal destacó en la conversación con Salta/12 que la mujer llevó al nene fallecido al Centro de Salud de Ballivián, contó que en los primeros días de esta semana le pusieron una vacuna, "pero ella no sabe qué vacuna es", esto pasa, explicó, "porque uno pregunta a la guardia y ellos no te dan información tampoco". 

El cacique puso énfasis en que es muy difícil para los habitantes indígenas informarse adecuadamente en el Centro de Salud, sobre todo por la barrera cultural. Dijo que la mujer llevaba a su hijo, pero el enfermero lo veía "y no ha dado parte a la doctora". "Como todos, de la etnia wichí originarios, ellos no saben interpretar", la enfermera o el enfermero "dice una cosa pero ellos no saben responder", las mujeres wichí "son tímidas" además, detalló. 

Robal dijo que ya sospechaba que pasaba algo con el niño porque había visto a la madre ir y venir al Centro de Salud, pero como ella decía que la estaban atendiendo, "todos pensábamos que le hacían un tratamiento, pero resulta que el enfermero, la enfermera, no daban parte a la doctora", y la gente que va a atenderse "no puede pasar más allá" de la guardia, insistió. 

El cacique también señaló que aparentemente tampoco dio el alerta el agente sanitario que la visitó en su casa y pesó al niño. "Ellos son los que tenían que hacer la derivación", lamentó el referente originario. 

Robal ensayó una explicación para el deterioro de la alimentación del niño. Contó que la provisión de leche para los niños de la comunidad no es suficiente, porque se les entrega cada vez que reciben la visita del agente sanitario, cada 90 días. Dijo que pidieron que esos controles sean más frecuentes, "pero no"

Nada por aquí, ni por allá 

Los hermanos del nene fallecido quedaron en estos días al cuidado del cacique, quien aseguró que se encuentran en buen estado de salud, aunque uno de ellos, de 12 años, es no vidente y en su opinión necesita asistencia estatal. El 12 de marzo pasado Robal y la presidenta de la Comunidad, Milagro Selina, presentaron una nota al área de Acción Social de la Municipalidad de Ballivián informando "la situación de vulnerabilidad económica y social que atraviesan" este chico y una mujer de 45 años que tiene una deficiencia mental. Pero no recibieron respuesta. 

Robal añadió que está "tratando de ver" si en su Comunidad hay otros niños con bajo peso. Y recordó con precisión que el 30 de marzo de 2014 un niño "ha fallecido también así de la misma forma, pero se le complicó porque él tenía tubercolosis". Dijo que entonces pidieron al Hospital de General Mosconi, en cuya jurisdicción está comprendida la Comunidad, que se hiciera "un control o un seguimiento" para descartar que no hubiera otros contagiados. Pero no tuvieron respuestas. 

Para el cacique, en la salud de los niños también incide la mala calidad del agua que consumen. Contó que tienen agua "de grifo", pero "sale con hojas de árboles" y otras impurezas, o "muchas veces la lavandina pasada de medida", aunque "no queda otra y los chicos igual toman". Y no tienen red de energía eléctrica, solo conexiones caseras, sin seguridad.  

En la Comunidad Tierras Indígenas viven 23 familias del Pueblo Wichí, y mezcladas hay 18 familias criollas. Los indígenas viven sobre todo de la carpintería, van compradores de Orán y Tartagal, "pero nos pagan una miseria, una mesita nos pagan 250 y bueno, no queda otra que darle, por los chicos". Con esos precios, apenas reúnen los fondos para subsistir. "Acudimos a la acción social pero no tenemos respuesta", lamentó. 

El cacique quiso cerrar la conversación con un pedido: "Solamente pedimos al gobierno provincial que se ponga la mano en el corazón y vea un poquito más por el tema de las comunidades indígenas". "Que (el gobernador Gustavo Sáenz) vea la situación que viven las comunidades indígenas de la provincia". 

Asimismo, agradeció la difusión de esta información para que llegue a conocimiento de "las autoridades nacionales y provinciales" y vean cómo viven "no solo los indígenas, sino la parte criolla también" en las tierras del Chaco salteño. 

Puesto a recordar los no que recibió su Comunidad, contó que en 2017 presentaron a la Nación un proyecto de trabajo para el que solicitaban la provisión de cinco máquinas de coser con el propósito de que fueran usadas por mujeres jóvenes que hacen ropas y bordados. Dijo que se organizaron en diez grupos de cinco costureras. El cacique destacó que pedían estas máquinas "para demostrar que las comunidades tienen capacidad de trabajar, tienen intención de trabajar". En ese mismo sentido, el cacique pidió al gobernador que les autoricen guías para vender carbón y leña.

Tierras Indígenas tiene realizado el relevamiento territorial por parte del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), que relevó su ocupación en 23 hectáreas donde están sus viviendas precarias, sobre la ruta nacional 34, cerca del pueblo. Y también relevó el uso ancestral sobre otras 8 mil hectáreas ubicadas a 5 kilómetros, en el paraje conocido como Cincuenta. Por la comunidad pasan tres gasoductos, el cacique dijo que no se paga canon por ello.