De la huerta a la mesa

Estos tiempos pandémicos son la mejor excusa para revisitar La Pebeta, un restaurante de campo en Cardales con huerta y granja propias, ofreciendo una propuesta orgánica y casera. Todo comenzó en el año 2000 sobre diez hectáreas de tierra fértil donde se fueron plantando más de tres mil árboles. Con el tiempo sumaron más hectáreas, armando distintos espacios hasta contar hoy con un restaurante, una proveeduría, la huerta, un invernadero, una granja con vacas, corderos, cerdos, cabritos, pavos y pollos. En La Pebeta se produce prácticamente todo lo que se consume y lo que no se hace allí se compra a proveedores de la zona que comparten la misma ideología de trabajo. Una mirada sobre conceptos fuertes en el mundo gastronómico, como la búsqueda del kilómetro 0 y “de la huerta a la mesa”. 

Previa reserva, lo ideal es llegar de mediodía y disfrutar del sol al aire libre. Todas las semanas hay un menú distinto, según lo que dicte la tierra. Siempre hay opciones de platos sin tacc y también vegetarianos. Las entradas (rondan los $650) van de un escabeche de corral con focaccia de masa madre a una provoleta hilada con tomates tardíos o un hummus de calabaza orgánica y pan de pita recién salido del horno de leña. Entre los principales, un costillar de pastura que puede salir con criolla de la huerta y papas rústicas ($1050), un pollo de campo estofado con arroz yamaní ($950) o una pasta de trigo candeal al wok con consomé de vegetales y especias ($850). De postre, flan, tiramisú o degustación de quesos con mermelada de caki. 

En la proveeduría suelen tener unos alfajores fabulosos que, si queda espacio, pueden funcionar como merienda perfecta. La carta de vinos está curada especialmente por el dueño de todo esto, el empresario gastronómico Estebal Nofal, con diversidad y varias joyas ocultas. 

Hay pocos lugares como La Pebeta en el país; este momento de encierros varios es una de esas escapatorias que vale la pena tener en cuenta.

La Pebeta queda en Ruta 6 KM 184, Cardales (Bs. As.). Abierto de jueves a domingos de 12.30 a 16; sábado se suma cena a las 19.30. Solo con reserva: 11-3324-5086.

Picnic en el parque

Definida como una rotisería de picnic, la propuesta de Cesta está diseñada especialmente para estos tiempos de distanciamiento social y la imperiosa necesidad de aprovechar los espacios abiertos. Si bien cuenta con un local donde sentarse y probar los platos de la carta, todo en Cesta está pensado para transformarse en una versión óptima para un picnic que, con solo llevar un mantel, se pueda disfrutar en el Parque Saavedra que está enfrente. El menú fue pensado por Takehiro Ohno, el reconocido chef japonés y amante de la cocina vasca que tiene un local propio con delicias niponas en el Mercado de Belgrano. 

En Cesta la comida es sencilla: muchos platos son para comer con la mano, sin demasiada ceremonia, aunque parte del kit apto picnic incluye cubiertos biodegradables. Entre las distintas opciones ofrecen por ejemplo una Lunch Box de campo, que trae cerdo a la barbacoa, pollo al curry, vegetales árabes y pan de pizza ($970) y otra que incluye falafel de garbanzos, vegetales, mozzarella, tomates secos y pan de pizza ($870). En modo rotisería, muchas de estas preparaciones pueden pedirse por peso (desde $520) o en sándwich (desde $580). Para los amantes del pescado hay una versión a la española con alioli en pan de manteca que vale la pena probar.

Cesta ocupa una gran esquina con un amplio mostrador donde pedir la comida y varias mesas afuera para los que prefieren comer sentados en una silla. Para acompañar las comidas, hay aguas, gaseosas y cerveza. Se suman ensaladas como la Caesar con pollo; otra de remolacha, pera y queso azul (desde $180) y acompañamientos como zapallo anco al horno o verduras al grill. También hay dulces como el budín de zanahoria especiado y crema de queso o el fondant de chocolate (desde $280) y algunas cosas de panadería para la tarde, como los scons y las croissants. 

En un momento donde estar al aire libre se valoriza como nunca antes, opciones como ésta son más que bienvenidas. Para aprovechar los días más lindos del otoño, entre árboles y rica comida.

Cesta queda en Melián 4002. Horario de atención: martes a domingo de 10:30 a 19.

Oasis isleño

A 20 minutos de la estación fluvial de Tigre se encuentra un lugar único en Argentina: El Descanso, un oasis tallado en medio de la exuberante naturaleza de la zona. Al lugar se accede solo con reserva previa en lanchas privadas y en dos horarios fijos. El lugar propone una experiencia en tres tiempos: naturaleza, arte y gastronomía, todo a precios mucho más accesibles de lo que se podría imaginar a priori. 

Lo primero es recorrer el lugar a pie, acompañados por Claudio Stamato o su pareja Felipe Durán, los anfitriones de la casa. El lugar es sorpresivo: hay puentes, santuarios, infinidad de flores, pájaros y una imponente colección de obras de distintos artistas como Julio Le Parc, Pablo Reinoso y Marie Orensanz (los traslados, la caminata y la recepción tienen una tarifa única de $2000). Luego está la opción de quedarse a almorzar con menú a la carta diseñado por el chef Daniel Hansen (el mismo que hasta el año pasado tuvo el restaurante La Pecora Nera en Recoleta). Las mesas están al aire libre, bajo grandes sombrillas, con vista al lago y el único sonido de los pájaros que habitan la isla. La carta es estacional y cambia según los productos que haya cada día. Y más allá de las opciones vegetarianas, la carne suele ser protagonista. 

Entre las entradas podrá haber morcilla y chorizo de cerdo; también provoleta con tomate, albahaca y olivas o unas mollejas crocantes (desde $495). Entre los principales, aparecen distintos cortes como el ojo de bife, la entraña o la tira de asado (desde $1900); se suma siempre alguna pesca, un risotto o canelones de ricota de búfala con crema de hongos y espumante (desde $1050). Para el final, cheescake de guayaba, panqueques y el postre de la casa que lleva duraznos asados, dulce de leche, crema y merengue (desde $490). Vino, cevezas y aguas completan la carta. Previo a las últimas restricciones, tenían un programa de arte bautizado XReal que incluía instalaciones virtuales, hologramas gigantes y luces proyectadas en la naturaleza: dicen que volverá pronto. 

Un lujo oculto para mirar el Tigre con ojos de turistas.

Isla El Descanso queda en Tigre (Bs.As,). Horario de atención: miércoles a domingos de 12 a 17, solo con reserva: [email protected] / 11-5954-6295.