The Girlfriend Experience pertenece a ese subgénero dedicado a rastrear y exponer el submundo de las escorts (Secret Diary of a Call Girl, El negocio, Llámame Bruna) y todo lo que conlleva la prostitución “de lujo” para las que ofician dicho trabajo. Esta antología, reboot de una película de Steven Soderbergh, sigue a una acompañante distinta en cada temporada. El nexo es una misteriosa agencia que vincula a sus protagonistas con clientes ricos y poderosos. En este caso pone el foco en Iris (Julia Goldani Telles), una estudiante de neurociencia que tiene el objetivo de sacar el máximo provecho de su situación.

La chica ingresa a The V, la agencia que crea la “experiencia de la novia”, para ganar dinero pero también para llevar a cabo un plan algo más enmarañado. Aquí deseos, manipulaciones, engaños y Big Data están destinados a vivir juntos. La chica es una dominatriz del sexo virtual quien cree que el deseo es cuantificable. De modo que usará su expertise para acumular datos sobre los usuarios y crear su propio emprendimiento. La entrega refuerza una pátina visual gélida e impecable que remite al estilo de David Cronenberg y también al propio Soderbergh. Parafraseando el debut del canadiense, esta temporada de The Girlfriend Experience ofrece “sexo, neurociencia y dinero”.