A 14 años de la desaparición de la niña británica Madeleine McCann, la esperanza de encontrar a la niña con vida comienza a desdibujarse. En plena pandemia de coronavirus, una nueva pista hizo girar el curso de la investigación, que ahora apuntan a un pedófilo alemán quien la habría secuestrado y asesinado.

Este año Maddie, como la llamaban sus padres, cumpliría 18. Se encuentra desaparecida desde 2007, cuando la niña tenía 3 y pasaba unas vacaciones en un complejo turístico de Praia da Luz, en la región portuguesa de El Algarve.

La noche en que Madeleine desapareció, sus padres, Kate y Gerry, cenaron con dos amigos mientras la niña y los otros dos hijos de la pareja dormían en el departamento. Esa fue la última vez que la vieron.

El año pasado, el fiscal alemán que investiga la desaparición de la niña envió una dura carta a los padres de Madeleine. Allí les confirmó que Madeleine había sido asesinada, aunque aclaró que no podía revelar las causas del fallecimiento porque implicaría entorpecer la investigación.

“Sabemos lo difícil que será para la familia asumir esto. Tenemos evidencia concreta, pero no puedo decir por qué está muerta. Ya no se trata de una desaparición, sino de un asesinato”, informó Hans Christian Wolters, el fiscal a cargo del caso, al diario británico Mirror.

Giro en la investigación

La Fiscalía de la ciudad de Braunschweig (Alemania) inició el año pasado una investigación contra un ciudadano alemán de 43 años con múltiples condenas. El sospechoso, quien cumple actualmente condena por otro delito, es "un delincuente con múltiples condenas, entre ellas por abuso sexual de niños", informaron desde la Oficina Federal de la Policía Criminal (BKA).

De acuerdo a datos proporcionados por la Fiscalía el hombre vivió regularmente en la zona portuguesa de Algarve entre 1995 y 2007, año de la desaparición de la pequeña Madeleine.

En esa etapa, vivió unos años en una casa ubicada entre Lagos y Praia da Luz, en la zona donde desapareció Maddie, y, según la investigación, realizó varios trabajos en el área de Lagos, incluso en el sector de la restauración. Los investigadores apuntan a que el hombre se ganaba la vida cometiendo delitos, incluido el robo en complejos hoteleros y casas de vacaciones, y con el tráfico de drogas.

Pistas en una red de pedofilia

La hipótesis de la justicia alemana, que trabaja en cooperación con la justicia británica y la de Portugal, sostiene que la niña fue asesinada poco después de ser secuestrada, y que el presunto asesino habló en una red de pedofilia sobre "capturar algo pequeño" y "destruir la evidencia".

Según declaró el fiscal Hans Christian Wolters, la policía descubrió que el sospechoso, a quien los medios identifican como Christian Brueckner, habló de secuestrar, violar y matar a una niña en una conversación con otro pedófilo en foros de internet.

El fiscal a cargo de la investigación detalló que el sospechoso describió gráficamente en esa conversación su deseo de "capturar algo pequeño y usarlo durante días" y que cuando el otro pedófilo le preguntó si no temía ser atrapado, respondió que "la evidencia se destruye".

De acuerdo a las pruebas, Wolters dijo que el sospechoso pensaba grabar muchos videos y documentar en detalle cómo estaba siendo torturada, pero no quiso decir si Madeleine fue filmada como lo hizo con otras víctimas.

La conversación fue descubierta por la policía alemana mientras investigaba la desaparición de Inga Gehricke, una niña de cinco años de edad, en 2015 en Alemania.

El sospechoso

Brueckner, de 43 años, cumple una condena por tráfico de drogas mientras aguarda otra sentencia por violar a una mujer estadounidense cerca de Praia da Luz, en la región de el Algarve portugués, la misma zona donde desapareció Madeleine.

"Cuanto antes obtengamos pruebas, podremos evitar el riesgo de que sea puesto en libertad. Si no encontramos nada nuevo contra él, podría ser que en siete años como máximo salga en libertad y abandone Alemania para ir a un país donde no haya extradición", afirmó Wolters.