Trabajadores vitivinícolas consiguieron un aumento del 62,21%, que incluye los ítems no remunerativos que les pagarán en cuatro cuotas hasta febrero. Lxs trabajadorxs autoconvocadxs de Cafayate explicaron que la suba en el salario de bolsillo sería del 47% y consideraron que pese a que lograron una de las paritarias más altas, esto tiene poco impacto en sus sueldos, que son los más bajos y no cubren el costo de la canasta básica de alimentos.  

"Estamos conformes, esperamos que este país pare de una vez con la inflación porque afecta lo obtenido en el ámbito salarial. El incremento es importante pero no satisface  porque todo sube", manifestó por su lado el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines de Cafayate (SOEVA), Nelson López.

De acuerdo a la escala que se acordó, un operario común de bodega percibirá de marzo a julio, $32.624,65; de agosto a diciembre, $36.666,64; en enero de 2022, $39.553,78 y en febrero, $42.440,92.

Mientras que lxs trabajadorxs de las viñas cobrarán de marzo a julio $31.139,44; de agosto a diciembre de 2021, $34.997,43; en enero de 2022 percibirán $37.753,13 y en febrero, $40.508,83. 

En Cafayate, como en otras provincias, hubo un grupo de autoconvocados que salieron a marchar para reclamar una paritaria justa. Desde el Sindicato, López indicó que ellos tenían el lineamiento de no marchar para evitar el riesgo del contagio con la covid-19. El autoconvocado Samuel Huerta atribuyó el logro del acuerdo salarial a las movilizaciones que realizaron para evitar que se firme una partitaria que implicara un acuerdo por menos dinero. 

"Fue muy discutida la paritaria, tuvimos 15 audiencias", detalló López.  Por su parte, Huerta indicó que hay una clausula de revisión para noviembre, y la posibilidad de que hagan otro planteo salarial si el sueldo se deteriora por la inflación. En Cafayate, los trabajadores afirman que ya se dispararon los precios y temen que esto siga ante la segunda ola de covid-19.

Si bien destacó que item no remunerativos no entran en la jubilación ni aguinaldo, Huerta valoró que "se logró bastante". 

Otros reclamos

Huerta indicó que los cosecheros que cobran por gamela "son los menos protegidos" ya que se negocia por los sueldos en planta permanente y no por los contratados. Además, este sector tiene que luchar para cobrar cuando terminan la cosecha en marzo. El autoconvocado señaló que en la empresa Lavaque todavía no les pagaron a los cosecheros, y que el año pasado llegaron a retrasarse hasta junio. 

Por eso, López informó que lesta semana tendrán una audiencia en la Secretaría de Trabajo con Félix Lavaque, porque tampoco paga los sueldos en tiempo y forma a sus trabajadores: "Quiero ratificar que el pago de sueldos debe hacerse hasta el 10 de cada mes", indicó.

Además, el sindicalista indicó que ya denunció en la Secretaría de Trabajo que la mayoría de las empresas incumple con la entrega de ropa de trabajo. "Ya vi porque fui por un montón de lados, hay gente que no tiene ni calzado para ponerse", dijo. Añadió que las empresas tampoco entregan barbijos ni alcohol en gel, y advirtió de los riesgos, porque hay aglomeración de cosecheros.

Huerta por su parte dijo que esperan que se revea la situación de trabajadorxs vitivinícolas en cuanto a que se jubilan a los 65 años, a diferencia de los trabajadores rurales que pueden jubilarse a los 57. "Es un trabajo pesado pasamos frío, calor. Tenemos una de las jubilaciones más bajas, llegamos con la salud deteriorada y necesitamos comprar remedios", expresó. 

En cuanto a salud, también hay una queja respecto a la obra social, Huerta aseguró que no pueden conseguir las atenciones que necesitan. 

El autoconvocado además resaltó que los empresarios vitivinícolas lograron incrementar sus exportaciones durante la pandemia y que hasta los empresarios más chicos tuvieron ese aliciente, convirtiéndolo en un sector de la economía que creció en la emergencia sanitaria por el coronavirus.