Los dos aspirantes a la presidencia de Francia, el centrista liberal Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen, participaron ayer en un homenaje nacional al policía muerto la semana pasada en un atentado en la avenida Champs-Élysées de París.

El presidente socialista, François Hollande, los invitó a una ceremonia en la prefectura de policía de París para rendir un último homenaje a Xavier Jugel‚ que el jueves se convirtió en la víctima número 239 de la ola de atentados jihadistas que han sucedido en Francia desde el 2015. El atacante, Karim Cheurfi, que se reivindicó como parte del grupo Estado Islámico, lo mató de dos balazos en la cabeza en la famosa avenida parisina, en el corazón de la capital, e hirió a otros dos agentes así como a una turista alemana, antes de ser abatido.

“De nuevo Francia perdió a uno de sus hijos más valientes, la República perdió a uno de sus guardianes más valerosos”, afirmó Hollande en un discurso solemne retransmitido por televisión. La pareja del agente fallecido tomó también la palabra durante la ceremonia en un emotivo discurso, en el que afirmó que sufre sin odio e instó a los franceses a luchar por la paz. Jugel‚ recibió la Legión de Honor, uno de los mayores honores en Francia, y también se le otorgará a título póstumo el rango de capitán.

El presidente solicitó a los dos candidatos presidenciales que mantengan los recursos necesarios en seguridad como en la contratación de agentes y en su dotación de medidas para que actúen con más eficiencia. “Ese ha sido mi objetivo”, señaló Hollande, que pidió que este asunto no se convierta en un punto de disputa electoral y habló de un combate contra el terrorismo que será largo, duro y difícil, pero victorioso.

El acto fue la primera ocasión que reunió a Macron y Le Pen en público desde que ambos pasaron al ballotage presidencial del 7 de mayo, luego de salir primero y segunda, respectivamente, en la primera vuelta del domingo pasado. 

El atentado sacudió la recta final de la campaña presidencial y los dos finalistas difieren radicalmente en cómo proteger Francia, un país bajo amenaza terrorista. La candidata de extrema derecha Marine Le Pen exige un restablecimiento de las fronteras nacionales y la expulsión de todos los extranjeros que figuran en la lista de vigilancia terrorista. Por su parte Emmanuel Macron, que a sus 39 años se perfila como el favorito para convertirse en el presidente más joven de la historia de Francia, instó a los votantes a no ceder al miedo y promete intensificar la cooperación en materia de seguridad con los países de la Unión Europea (UE).

Las encuestas pronostican que Macron, que encabezó la primera vuelta del domingo con 24 por ciento de los sufragios, se impondrá con un amplia mayoría en la segunda ronda. Pero después del voto a favor de la salida de Reino Unido de la UE y el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, que ningún sondeo pudo predecir, los analistas son prudentes. Prácticamente toda la clase política francesa de izquierda y derecha, incluyendo el presidente Hollande, expresaron su apoyo a Macron, un ex banquero que se somete por primera vez al veredicto del sufragio universal, para cerrar filas frente a la extrema derecha. Hollande advirtió que la derrota de la extrema derecha no está  garantizada. “No hay nada hecho, un voto es algo que se conquista”, declaró el presidente llamando a los franceses a mantenerse movilizados.

La candidata ultraderechista, que el lunes anunció que se aparta temporalmente de la presidencia del Frente Nacional, para dedicarse de lleno a la campaña, continuaba ayer con su cargada agenda, decidida a contradecir los sondeos que vaticinan su derrota. “Podemos ganar, y es más, vamos a ganar”, aseveró Le Pen. Después de una visita el lunes al departamento norteño de Pas-de-Calais, su feudo electoral, Le Pen acudió ayer al mercado de alimentos de Rungis, en los suburbios de París, donde se presentó como la candidata de la regularización contra su adversario, según ella, partidario de la apertura total. 

Le Pen espera recuperar votos de los electores del conservador François Fillon y del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, derrotados en la primera vuelta. El vicepresidente del Frente Nacional, Florian Philippot, aseguró que muchos electores de Mélenchon, que aún no ha dado ninguna consigna para el ballottage, podrían votar por Le Pen, subrayando las coincidencias entre ambos programas. 

Esta estrategia de fuerte presencia en el terreno y en los medios contrasta con la de Macron, quien retomará su campaña hoy en dos localidades del norte de Francia, donde Le Pen llegó primera el domingo. El candidato de ¡En Marcha! consagró el inicio de esta semana con negociaciones políticas para conseguir una mayoría parlamentaria en las legislativas de junio, indispensable para gobernar.

“Estoy muy orgulloso de una cosa: estar por delante de Marine Le Pen”, dijo ayer el candidato durante una visita a un hospital en Hauts-de-Seine, al oeste de París, en su primer acto de campaña desde su discurso. “Nunca nada está ganado de antemano. Nunca consideré que algo se gana de antemano. Hay que luchar, querer, explicar, llevar adelante. Eso es lo que voy a hacer”, prosiguió el candidato. “Durante quince días, voy a continuar luchando, y defenderé el campo de los progresistas hasta el final”, agregó.