“Rara vez en una serie te muestran el comienzo y el final de la historia: eso fue lo que me capturó del guión de El legado de Jupiter”, cuenta Leslie Bibb, quien interpreta a Grace/Lady Liberty, esposa y compañera de armas de Utopian, pero también la mujer que intenta por todos los medios mantener a su familia unida –sin mucho éxito, dicho sea de paso-. “En la serie ves una línea temporal que transcurre durante la Gran Depresión en, en la que se cuenta cómo ellos consiguen sus poderes, y la línea actual, el final, en la que ya tienen casi un siglo”, plantea la actriz desde Los Angeles, desde donde dialoga con Página/12.

“No es una serie de ‘derrotemos al malo de turno’ sino un relato donde ves qué moviliza a los personajes, cómo se portan”, adelanta. Aunque hay piñas y vuelan rayos (y ella reparte lo suyo enfundada en un traje blanco y azul), no se trata estrictamente de una serie sobre derrotar a un villano. Incluso se podría argumentar que es una serie sin villano aparente. “¿Viste? Creo que si le preguntaras a los hijos de Utopian y Lady Liberty, te dirían que quizás ellos son los malos”.

Bibb no tiene ningún problema en reconocer que, hasta esta serie, los superhéroes no le movían un pelo. “La verdad es que no me identificaba con ellos, por eso cuando me preguntan en qué héroe basé a Grace, la verdad es que no lo hice; mi inspiración para componer el personaje vino de otro lado”, señala. “A la Grace joven la basé en una mezcla de Amelia Eartheart e Indiana Jones en Cazadores del arca perdida”, confiesa. “Era una leona ya entonces, así que tener poderes es la frutilla del postre”, observa.

Pero, por otro lado, en alguna entrevista Bibb señaló que parte del personaje estaba basado en su madre. “Dije eso, sí, pero no fue exactamente así”, comienza. “Mi madre murió en octubre de 2018 y eso me agarró entre un trabajo y otro, luego comencé a entrenar para esta serie y nunca tuve tiempo de sentarme a absorber el golpe, así que estaba dando una entrevista y me surgió decir eso”, cuenta. “La verdad es que una de las cosas que me encantan de mi personaje, sobre todo la Grace de los años '20, es que me recordaba a mi madre, quien dirigió una campaña política, era brillante, divertida, buscaba la verdad... Y cuando mi padre falleció, cuando yo era muy joven, tuvo que criar a tres hijas. ¡Era tan fuerte! Seguía siempre adelante, no aceptaba un ‘no’ por respuesta, pero a medida que envejeció se volvió más miedosa. Hacia el final de su vida yo pensaba ‘no quiero terminar así, con miedo’".

“Creo que en el arco emocional y argumental de Grace vemos eso: todavía tiene el poder de su juventud, pero está más grande; le pasó la vida, y en el camino tomó algunas decisiones de las que quizás ni fue consciente- continúa la actriz-. Pero en cierto punto piensa: '¿quién soy?' En eso reconocí el camino de mi madre. Pero, honestamente, ni me di cuenta en el momento; recién después, meditando sobre el asunto, descubrí qué me había pasado con el personaje”.

“La Grace centenaria es una mujer rota, en cierto punto, pero todavía es curiosa, todavía hace las preguntas correctas, y es la argamasa que une a su familia: se mantiene cerca de los jóvenes y trata de conectar a Utopian con su hermano, con sus hijos, pero está agotada”, describe la actriz. No es una sensación que escape a la experiencia de decenas de miles de mujeres, saturadas por las exigencias de la vida diaria. “Ella está agotada y en su personaje ves a alguien que con el tiempo se dio cuenta de que no puede tenerlo todo: no puede ser una gran madre, una gran esposa, ser genial en su trabajo, una gran persona y encima tener tiempo para sus hobbies. Es mentira que podemos hacer todo... ¡y encima preparar la cena! A las mujeres nos dicen ‘podés tenerlo todo’ y lo cierto es que tenés que aceptar que algo no va a salir todo bien. Aún así, lo que me gusta de ella es que cuando nadie más en todo el mundo le discute nada a su marido, ella lo enfrenta y le dice que no está de acuerdo, y puede recordar la jovencita intensa que fue”.