Alrededor del litio está ocurriendo una nueva revolución industrial que ha ubicado a este mineral en la agenda de los países centrales desde hace ya por lo menos una década. 

Su utilización se capilariza y tracciona numerosas industrias asociadas, desde la electrónica (laptops, celulares) y la electromovilidad (el montaje de automóviles, camiones, motocicletas, bicicletas), hasta grandes bancos de baterías que posibilitan el aprovechamiento más eficiente de generadores eólicos y paneles solares.

Los minerales, durante siglos, protagonizaron el desarrollo industrial de los países. Sin dudas el hierro y sus aleaciones permitieron en su momento el impulso de la industria pesada. 

El silicio (uno de los minerales más abundantes de la tierra) aseguró la fabricación de transistores y chips de computadoras, iniciando la industria electrónica a gran escala. 

Otra de las claves para sostener ese desarrollo fue la energía, cuyo principal desafío consistió en descubrir formas cada vez más eficientes de almacenaje. El almacenamiento de leña fue más voluminoso y complicado que el de carbón, que a su vez lo fue más que el del petróleo.

Potencias

Montados sobre el litio los países centrales están apostando a la llamada “movilidad sustentable” pero, sobre todo, están apostando al desarrollo de una nueva industria de base. El desarrollo industrial de las baterías de Ion-Litio tendrá una dimensión de mercado de 250 mil millones de dólares a nivel mundial en 2025, de acuerdo con el organismo gubernamental European Battery Alliance

Sin embargo, hoy solamente China, Japón y Corea las están fabricando y tienen el dominio total de la cadena de valor

Europa tiene un gran dinamismo con importantes desarrollos incipientes: entre proyectos y factibilidad presenta 26 Gigafactorias en distinto grado de avance

Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el marco de su mega plan de ayuda para estimular la economía con 2,3 billones de dólares, y tras darse cuenta de que su share de mercado de autos eléctricos era un tercio del de China, le asignó al sector “movilidad sustentable” 174.000 millones de dólares para el desarrollo de toda la cadena de valor del Litio.

Cuando se habla del nivel de actividad de un país se convoca valores como el volumen de cemento despachado, la cantidad de unidades automotrices producidas o las toneladas de acero crudo fabricado. En un futuro no muy lejano, la cantidad de gigawatts por hora generados (unidad de energía que mide la capacidad de una batería) será un indicador clave del nivel de actividad de los países.

Ventana

Argentina tiene hoy una infrecuente ventana de oportunidad para generar desarrollo en lo concerniente al importante mercado de baterías de Ion-Litio, lo que contribuiría a escapar a la excesiva primarización de su economía. 

En la actualidad, cuenta con 1/7 de las reservas del mineral, lo que la ubica en la cuarta posición global, y es el tercer exportador de carbonato de Litio (materia prima de las baterías). Estos porcentajes podrían aumentar considerablemente si los proyectos en curso se concretan. 

Sin embargo, el desafío no es solamente aumentar la extracción sino, sobre todo, implementar políticas públicas que permitan agregar valor. El Gobierno ya está dando los primeros pasos en este sentido, siendo uno de sus principales objetivos incentivar al sector automotriz para que no quede relegado en esta nueva ola tecnológica que recién comienza.  

* Ingeniero Industrial (UBA). Especialista en Gas Natural y Energía.

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