El operador del oleducto víctima de un ciberataque el fin de semana pasado en Estados Unidos retomó este jueves la entrega de combustible en la mayoría de sus terminales. Se trata de la empresa Colonial Pipeline. La situación en las estaciones de servicio mejora de manera lenta.

"Colonial Pipeline hizo progresos sustanciales en la vuelta a operaciones de la red de oleoductos y podemos decir que la entrega de productos comenzó en la mayoría de los mercados que atendemos", indicó la compañía en un comunicado, después del incidente del pasado fin de semana, que dejó a la red sin abastecer a las estaciones de servicio.

La red de oleoductos de Colonial Pipeline es la más grande de Estados Unidos, con 8800 kilómetros. Sirve a toda la costa este estadounidense a partir de refinerías instaladas en el Golfo de México y por tanto transporta el 45 por ciento del combustible que se consume en el este de Estados Unidos. El hackeo dificultó la provisión de combustible en las estaciones de servicio. La situación derivó en conductores que hicieron largas filas para cargar combustible y hubo casos de desabastecimiento. 

Colonial Pipeline debió pagar cinco millones de dólares para poder normalizar el servicio. Al parecer, el rescate se pagó en criptomonedas para evitar que se pueda seguir la ruta del dinero. El pago se hizo de inmediato, reveló la agencia Bloomberg, dada la presión de la compañía para evitar el colapso en la provisión de combustible.

De acuerdo a Patrick De Hann, analista del sitio GasBuddy, la provisión podría normalizarse recién dentro de "varias semanas". Mientras, el precio subió por encima de los 3 dólares por galón (3,8 litros", en su primer repunte desde 2014. 

Por su parte, el presidente Joe Biden apuntó a Rusia por el ciberataque, si bien desligó al gobierno de Vladimir Putin. El mandatario dijo que hay "fuertes razones" para pensar en Rusia como país donde se originó el hackeo, y que han habido "comunicaciones directas" con Moscú para que tome cartas en el asunto.