El médico ecógrafo Luis Alberto Villalobos está en prisión preventiva desde diciembre de 2019 en el Penal de Catamarca. Fue denunciado por 4 mujeres en 2017 e imputado por 7 hechos de abuso sexual, casi dos años después. Una de las sobrevivientes, Andrea V. (33), contó el trauma sufrido y pidió a los jueces de la Cámara en lo Penal de Segunda nominación, quienes tienen la causa para juzgar, que fijen una fecha para el debate.

“Fue el 16 de marzo de 2017 cuando sucedió”, inicia su relato Andrea. Le cuesta hablar, pero se obliga a poner palabras a lo que, confiesa, sigue atormentándola cada día. Aquel día concurrió a la Maternidad 25 de Mayo porque sentía un fuerte dolor que ella asociaba con el dispositivo intrauterino (DIU) que le habían colocado. La obstetra que la atendió en la guardia no pudo detectar el DIU, es por eso que la derivóa Villalobos para que le realice una ecografía intrauterina.

Andrea iba acompañada por su marido, pero Villalobos le impidió ingresar a él. El ultraje comenzó casi al instante, cuando le dijo que se quite la ropa y no le dio una bata. Incómoda en la camilla y sabiendo que se trataba de un procedimiento invasivo, ella no imaginó cuánto más podría serlo.

Villalobos no miraba el monitor, la miraba a ella mientras introducía el aparato con movimientos que nada tenían de profesionales. Andrea estaba paralizada sin saber qué hacer. Tenía miedo, estaba confundida, y el médico se aprovechó de eso para seguir con el abuso. La tocó con sus manos sin guantes y se mostraba agitado. Ella le gritó que le diera el diagnóstico y se incorporó. “No sabía qué hacer. Tenía miedo y no entendía”, contó. Luego de ese momento y viendo que no podría continuar, el médico le dijo: “Linda. Tenés que hacértelo sacar porque te está perforando el útero”.

Andrea sólo atinó a vestirse y se fue. Demoró horas en contarle a su esposo. Al otro día, y porque los dolores continuaban, volvió a la Maternidad. Les contó lo vivido a las médicas que la atendieron y ellas le dijeron que ese procedimiento no era normal y que lo denuncie.

“Lo llamé a mi papá, que también es médico y me animé a contarle lo que pasaba. Con él fuimos a hablar con el director del lugar, pero nos pidió que sólo lo denunciemos al médico y no a la institución”, señaló.

“Esa misma tarde fui a denunciar. Relaté lo que te estoy contando y ahí empezó mi calvario. Me hicieron protocolo de abuso y para eso debí volver a la Maternidad. Después de eso empecé a estar mal, bajar de peso, llegue a tener anorexia nerviosa y al mes tuve mi primer intento de suicidio”, la voz se le corta y se queda en silencio un tiempo.

Explicó que al poco tiempo se fue a vivir a Buenos Aires pensando que así iba a olvidarse de lo sucedido. “Soñaba todo el tiempo. Luego, gracias a que hice pública mi denuncia, me enteré que ya estaban cajoneadas tres denuncias más de chicas del interior que habían ido a atenderse con él en el Hospital de Valle Viejo”, dijo.

La medicación y el psicólogo no podían ayudarla. Volvió a Catamarca con el objetivo de dedicarse a su hijo, quien había sido diagnosticado con epilepsia. “Pero me sentía mal todo el tiempo, estaba muy depresiva. Así batallé, hasta que un día decidí levantarme e ir a averiguar por el expediente”.

Había pasado un año y Villalobos, pese a las cuatro denuncias que tenía por hechos similares, no había sido imputado aún por el fiscal instructor. Andrea cambió de abogado y comenzó a sentirse más contenida y con nuevas fuerzas para pelear por la causa. Sólo quería justicia.

En medio y ante la falta de imputación del médico, Andrea contó que fue asediada y revictimizada por sus propios compañeros de trabajo, del Hospital San Juan Bautista, quienes le reclamaban que había mentido y “ensuciado” a un médico. Esa situación la volvía más vulnerable hasta que decidió pedir y esperar un pase a otra área.

Mientras tanto, los meses pasaban y el médico seguía libre. Un día lo vio junto a sus hijos en una marcha denominada “Por las dos vidas”, en la que él militaba como médico objetor de conciencia contra el aborto. Ella pasaba por el lugar y fue el detonante para otro intento de suicidio por el que, esta vez, debió ser internada.

La imputación y posterior ingreso preventivo en el Penal fue un alivio para Andrea. “Ahí empezaron a creerme, recién cuando la Justicia hizo algo”. Sin embargo, el juez de Garantías Porfirio Acuña, le otorgó la libertad bajo caución tras un pago de 150.000 pesos.

El trauma que Andrea estaba viviendo, sumado a este nuevo embate de la Justicia, derivaron en desesperación y dolor y en que tomara nuevamente la decisión de quitarse la vida. “Me destruyó psicológicamente. Es terrible pasar por esto cuando una denuncia, por suerte, tras la apelación lo dejaron preso otra vez”, dijo.

La causa fue finalmente elevada a juicio en diciembre del año pasado. Villalobos fue imputado por dos hechos de "abuso sexual gravemente ultrajante"; dos hechos de "abuso sexual gravemente ultrajante en grado de tentativa", y tres hechos de "abuso sexual simple" en concurso real. Hace una semana se hizo la presentación de pruebas y testigos ante la Cámara Penal que lo deberá Juzgar.

“Es a esos jueces que les pido por favor que no demoren. Pero estoy confiada en que los jueces por todos los fallos que están pasando en Catamarca, como el del sacerdote Gutiérrez, el intendente Aybar y el femicida Vera, que me hacen creer que se va a hacer justicia. Espero la pena máxima, porque a mí me destruyó la vida”, dijo.

Andrea reflexionó antes de cerrar la nota: “Me ayudó unirme a otras mujeres en la lucha. Mujeres que debemos pasar por lo mismo que es exigir justicia. Eso te hace más fuerte”, concluyó.