Suburbana, desde el pie, hambrienta. De la sombra a la exposición brutal, la historia de Klan es también parte de la historia del hip hop en Argentina. Su voz herrumbrosa e imperativa le dio un marco estético a la poética callejera, inspirada en algunos de los grandes actores del rap mundial. "Fue todo tenerle fe a la movida", explica el MC de Glew. "Pasó en Estados Unidos, tuvo su proceso; llegó a Europa, tuvo su proceso; ahora nos toca. Tuvimos que salir del under nosotros para llegar a la escalinata; y bueno, terminamos acá, se fueron dando las cosas."

Primero en trenes, después en aviones, pudo extender su dominio. Ahora volvió de España, concentrado para participar de la segunda fecha de una nueva edición de Combate Freestyle, otra entrega televisiva en el esquema 7-to-punch. A Klan se lo podrá ver competir el miércoles 2 de junio a las 21 por el canal Space y por YouTube, con DJ Stuart en bandejas y MKS como host. Pero la primera fecha saldrá al aire mañana mismo (19/5, a igual horario, y en este link) con participantes como Stuart (último campeón de FMS), Tink y el regreso a las competencias de Replik, su histórico coequiper en El Quinto Escalón.

"No sé si el formato televisivo quedará para siempre", duda Klan. "Tengo la fe de que en algún momento todo esto mejore, vuelva el público, la gente ande tranquila por la calle y mis hijos puedan volver a la escuela. A niveles técnicos, competir bajo este formato pudo cambiar un montón a los competidores."

El Rey de las Plazas

Klan se llama Lucas Santo, y está pronto a cumplir 27. Primero se vinculó a la cultura hip hop a través del grafitti. Después, como MC, compitió y ganó en Halabalusa, hasta convertirse en un protagonista necesario de El Quinto Escalón. Ahí, su impronta verbal, rítmica y física –incluido el objetivo recurrente de punchlines contrarios: su dentadura– lo convirtió en un personaje hiperreal, casi mitológico. Así, se ganó el título de "rey de las plazas".

"Una búsqueda de identidad me llevó a aferrarme al hip hop. Una búsqueda introspectiva. Busqué mi propio camino, mi motivo existencial", concede. "Aparte, el hip hop me brindó respeto. Un respeto y una seguridad que yo no conocía en el barrio de donde venía, y de la manera en la que me crié. Me abrazó y me transformó en una persona segura de sí."

Hoy acumula una buena pila de discos solistas, mientras prepara dos nuevos lanzamientos. A fin de año sacará un larga duración de 18 temas: El Extraño Mundo de Klan, hecho mitad y mitad con Wanted, su productor, y enriquecido con feats de Wos, YSY A y Ángela Torres. Pero antes resulta inminente la salida de un EP llamado Robin Hood: "Robarles a los ricos para darles a los pobres, básicamente ése es el dije representativo de lo que fue para mí el rap".

"Va a ser una música que no diría que es rap, sino world music", anticipa. "Otros dirían que es pop world music, y otros que es drum & bass. Yo diría que no es nada, porque no se lo puede definir. Por más que yo quiera decirte que no es rap, es imposible, porque soy rapero, y nadie puede decir que yo no sea rapero. Si es un rapero el que lo está interpretando, algo de rap tiene."

"Quise ver la música desde otro lado. Con el rap pude llegar a esta cantidad de personas, quiero ver qué puedo hacer rapeando sobre estos otros estilos, para llegar a más gente y seguir creciendo, formar nuestro propio imperio musical."


--Parte de tu generación y la siguiente parecen tener una ambición particular. ¿Cuál es?

--Nosotros queremos hacer historia, hermano. Porque nos tocó, sabemos que lo estuvimos haciendo, que lo estamos haciendo, y nuestra ambición es seguir haciéndolo. Queremos llenar estadios, bro. Que vean que esto es de verdad y es capaz de un montón de cosas. Ya suena en todas las esquinas, en todos los coches. Ya lo conocen todos, es cuestión de tiempo. La pandemia nos arrebató el auge de lo que nos esperaba, pero en un porvenir seremos merecedores de eso. La idea es que el día que no estemos más acá, los nietos de nuestros nietos se acuerden de nosotros. Conozco mucha gente que tiene la ambición de ser empresaria por la movida del hip hop, y también lo respeto. Mi sueño es un poco más ambicioso. Yo busco algo que trascienda al tiempo en el que yo viva, que quede para siempre.

--¿Ese crecimiento incluye aprender a ser "empresarios de ustedes mismos"?

--Totalmente. Tenés que divisarlo como hobby y trabajo al mismo tiempo. Pasión y obligación. Entender que, si bien muchas personas apostaron a la movida en sus principios, muchas otras empezaron a llenarse los bolsillos solas, ya que los raperos estaban contentos sólo con el hecho de tener un evento. Iban todos a trabajar por dos pesos. Eso cambió: nos dimos cuenta de que la movida éramos nosotros, y que sin nosotros no había movida. Entonces formamos nuestro propio imperio.

--¿Y hoy cómo es?

--Hoy cada uno de los MCs conocidos en el panorama somos nuestra propia marca. Cada uno podría tener un emprendimiento con su nombre, para donde quisiera dispararlo, y le saldría. YSY A, Alejo de El Quinto Escalón, es el claro ejemplo de la generación que siguió a la mía. Yo tengo la suerte de poder juntarme con él y con los chicos, hablar y nutrirme de ese hambre que traen ellos. Lo mío era más recital, más estación, y los locos vieron otra cosa: vieron el negocio. Eso es parte de crecer como artistas, también.

--El año pasado se reanudaron las competencias, en pandemia y sin público, y mostraste un nivel distinto en FMS y Red Bull. ¿Qué pasó en el medio?

--Una combinación de sensaciones. Me sentía mucho más cómodo con el espacio en el que estábamos compitiendo, más dueño del sitio, más conocedor que los demás de un lugar así. Me brindaba confianza estar en un cypher, sin público, entre nosotros, cara a cara, donde las papas queman, porque no tenés al público del lado de nadie, y todo depende de lo que hagas en el momento. Más allá de eso, usar in ears me cambió mucho la manera de rapear, me di cuenta de que gastaba un montón de energía al pedo. Mirá lo que te digo: el día que vuelva el público, me llevaría los in ears.

--¿Cuán importante es esa exaltación del "rap real" en este momento explosivo del freestyle?

--Sin nosotros, esto no sería nada. Sin los raperos, los que de verdad conocen la cultura hip hop, los eventos de freestyle estarían vacíos. Podés tener un montón de personas que jueguen bien a la pelota, pero si ninguno suda la casaca de verdad, sabiendo cómo arrancó todo, lo que es salir del potrero y llegar a jugar en primera, si no tenés esa vivencia, falta algo esencial. Hay freestylers a los que no les gusta el hip hop, que no escuchan rap, que si les preguntás, te dicen que los elementos del hip hop son cuatro, que no conocen los nueve elementos, ni saben que existe la biblia que escribió KRS-One (The Gospel of Hip-Hop). No está mal ser deportista del freestyle, pero también hay que tener fundamentos. Hay un hilo conductor que llevó las cosas adonde están.