El 20 de mayo se celebra el "Día Mundial de las Abejas", declarado por la ONU en 2017 a instancias de la República de Eslovenia, un país de fuerte tradición apicultora. El objetivo es crear conciencia sobre el riesgo que corren los polinizadores, con lo que eso implica para la existencia de los ecosistemas. En ese marco, la embajada eslovena en Buenos Aires convocó a los porteños a crear espacios seguros para las abejas en los balcones de la ciudad. Para eso regalará semillas de plantas melíferas y macetas, junto con las instrucciones para plantarlas y así contribuir a la protección de estos insectos.

También, entre otras actividades, montará este jueves un típico colmenar esloveno en el parque de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, como una herramienta de aprendizaje y capacitación.

"En Eslovenia somos muy conscientes de la excepcional labor que llevan a cabo las abejas y es por eso que la apicultura está fuertemente arraigada a nuestras tradiciones --destacó la embajada--. Tenemos varios museos de apicultura y la Academia de Apicultura de Eslovenia. Nuestro país vive al ritmo de las abejas, tenemos casi 5 apicultores por cada 1000 habitantes y comemos mucha miel, por lo que no es de extrañar que aquí naciera la idea del Día Mundial de las Abejas".

Este año, con motivo del Día Mundial de las Abejas, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hizo un llamamiento bajo el lema "Comprometerse: construyendo nuevas bases para las abejas".

"Los eventos del último año nos recuerdan que la seguridad alimentaria no es algo que se pueda dar por sentado. Los polinizadores desempeñarán un papel clave en el proceso de recuperación de la epidemia de covid-19 y durante la transición hacia una producción agrícola sostenible o sistemas alimentarios más resistentes a las crisis y demás desafíos", señaló la representación diplomática eslovena.

El 20 de mayo fue elegido como el día para ayudar a proteger a las abejas por conmemorarse el nacimiento en 1734 del gran apicultor Anton Janša, quien a su vez fuera el primer apicultor en la corte de María Teresa, emperatriz de Habsburgo.

Sin abejas no hay vida, es la idea que se busca en la fecha creada para crear conciencia sobre ellas. Estos insectos, uno de los polinizadores más importantes, garantizan la producción alimentaria, la agricultura sostenible, la biodiversidad, y contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático y preservar el medio ambiente. 

"Es decir que, a largo plazo, la protección de las abejas y el sector apícola ayudan a reducir la pobreza, el hambre y a mantener un medio ambiente y una biodiversidad saludables. Los estudios científicos demuestran que, en los últimos tiempos, las abejas se ven cada vez más amenazadas. Es por eso que solo a través del esfuerzo en conjunto podremos mantener la protección de estas incansables trabajadoras y su hábitat", advirtió la embajada.