La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, y su homóloga británica, Theresa May, intercambiaron advertencias ayer sobre las negociaciones del Brexit, en vísperas de una cumbre de la Unión Euroepa (UE) sobre el tema.

“Un país tercero no gozará de los mismos derechos, o de derechos más ventajosos, que un país miembro de la Unión Europea”, declaró la canciller alemana ante la cámara de diputados en Berlín. “Quizás piensen ustedes que todo esto es evidente, pero, por desgracia, quiero decirlo tan claramente porque tengo la sensación de que algunos en Reino Unido siguen haciéndose ilusiones al respecto”, añadió la canciller. Merkel se expresó ante el Parlamento para dejar clara la posición alemana, a dos días de una cumbre europea en la que se fijarán las “líneas rojas” de la UE en las negociaciones sobre el Brexit, y un día después de que la primera ministra británica Theresa May se reuniera con responsables europeos.

May, que convocó elecciones generales para junio en Gran Bretaña, respondió rápidamente al aviso alemán. “Los otros 27 países europeos [de la UE] están uniéndose en nuestra contra”, dijo May en un discurso en Leeds (norte). “Las negociaciones serán difíciles”, recordó la primera ministra.

“Estamos unidos, tenemos una línea clara y estamos listos”, ratificó el negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, al término de una reunión de los ministros de Asuntos Europeos de la UE en Luxemburgo, sin su homólogo británico. Según un proyecto de texto para la cumbre europea, Bruselas quiere centrarse en la defensa de los derechos de los ciudadanos (de la UE que residen en Reino Unido y de los británicos instalados en la UE), en los compromisos financieros de Londres con la UE y en su futura relación común.

Alemania y los demás países europeos no tienen intención de darle a Londres un acceso completo al mercado interior de la UE sin mantener a cambio una libre circulación de los ciudadanos europeos en Reino Unido, una condición rechazada por el gobierno británico. La cuestión del estatuto del sector financiero británico, con la poderosa ciudad de Londres, también es uno de los temas claves de las negociaciones. “Lo que no puede funcionar es un acceso al mercado interior sin libre circulación (de los ciudadanos) o un acceso de las instituciones financieras británicas al mercado financiero europeo, mientras Londres lleva a cabo una desregulación masiva para atraer a los inversores”, indicó uno de los secretarios de Estado de Finanzas alemanes.

Otro tema de discordia es la factura que Londres deberá pagar antes de salir de la UE. Sobre este asunto, la canciller alemana opinó que las negociaciones deberán incluir desde el comienzo la cuestión de las obligaciones financieras de Reino Unido, incluso después del Brexit. Bruselas calcula que esa factura alcanzará unos 60 mil millones de euros, pero varios responsables británicos ya dieron a entender que no tenían intención de abonar tal cantidad. Merkel recalcó, asimismo, que las conversaciones sobre las condiciones de salida de la UE deberán resolverse de forma satisfactoria, antes de abordar el marco de las relaciones futuras entre Reino Unido y Bruselas, aunque Londres quiere negociar ambas cosas en paralelo. “Esta cronología es irreversible”, dijo la canciller alemana.