Por ahora los días de aislamiento estricto llegan a su fin y, desde el 31, comienza la segunda etapa de restricciones planteadas en el último Decreto de Necesidad y Urgencia emitido por el Poder Ejecutivo. Si bien los números de casos aún no bajan --el impacto de las medidas debería comenzar a verse la próxima semana--, desde el Gobierno nacional están conformes con la respuesta de la sociedad, y el lunes comenzará una semana de restricciones más laxas, en un escenario similar al que rigió hasta el pasado viernes 21, y tal y como se anunció oficialmente. En tanto el fin de semana del 5 y 6 de junio se volvería a cerrar de manera estricta para contener la circulación. En la Ciudad de Buenos Aires, se regresaría también a un esquema de clases presenciales.

Distinto a lo que sucedió el año pasado las restricciones actuales tienen fecha clara de caducidad: el domingo 30. Es difícil pensar que no sería así: por un lado, el nivel de aceptación social, así como la realidad económica, hacen poco probable la sostenibilidad de una medida estricta y extensa; por otro lado, el DNU ya planteó el esquema de acción hasta el 11 de junio. Así, se acerca una semana de menores restricciones y mayor apertura de las actividades sociales y económicas, pero en la que continuará la limitación horaria de circulación entre las 20 y las 6. El fin de semana, se endurecen las restricciones.

A nivel nacional, el gobierno estudia la posibilidad de realizar “cuarentenas intermitentes”, de nueve días de aislamiento y doce de medidas más leves, por ejemplo, para no agotar a la sociedad y controlar los casos. Mientras tanto, el plan es continuar con la campaña de vacunación de manera intensa y lograr la aprobación de la Ley de “Emergencia Covid” en el Congreso para estandarizar las medidas sanitarias.

En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la adhesión al DNU presidencial implicaría también la apertura correspondiente a partir del lunes. En la provincia de Buenos Aires, el jefe de Gabinete Carlos Bianco confirmó que el confinamiento terminará el domingo, tal y como está previsto. “A partir del 31 y el 11 del 6, salvo el 5 y 6 de junio, lo que va estar vigente es una vuelta a la normativa anterior del sistema de fases”, explicó en la conferencia que ofreció junto al ministro de Salud Daniel Gollan para dar cuenta de la situación epidemiológica en la provincia, en la que todavía no se ven reflejados los resultados de las medidas actuales.

Asimismo, el gobernador de la provincia, Axel Kicillof, evalúa la posibilidad de anticipar el receso de invierno escolar --medida contemplada también por su par porteño--, con el objetivo de lograr la mayor cantidad de docentes vacunados antes del regreso a las aulas. Y también presentó un tren sanitario que recorrerá varias localidades, para que sus habitantes se hisopen, vacunen y controlen. Una “diferencia inmensa que hay entre una sociedad que quiere avanzar equitativamente y la que piensa en el sálvese quien pueda”, expresó Kicillof.

Un poco diferente es la realidad en la Ciudad de Buenos Aires que, si bien adhirió al DNU, el lunes abrirá no solo las actividades sociales y comerciales, sino también los jardines de infantes y las primarias, para que las y los chicos regresen a las aulas. Si bien en el AMBA debe continuar el esquema de no presencialidad, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta volverá a incumplir este punto con el argumento de que “la escuela es lo último que se cierra y lo primero que se abre". Cabe destacar que, a diferencia de lo que ocurrió en el resto del país, en los tres días hábiles abarcados por las restricciones fuertes no hubo clases en la Ciudad. 

Paralelamente, desde el gobierno porteño apuntan a seguir desincentivando las reuniones sociales, aunque sin mayores que las vigentes previo a los nueve días de aislamiento y apelando fundamentalmente a la responsabilidad individual. Y buscan avanzar también con el plan de vacunación. Sobre medidas de apoyo económico para los sectores más afectados por la pandemia, continúan sin emitir palabra.