“Luego de 23 años de vivir en Brasil, motivada por el deseo ardiente de aprender a cantar folklore, el espíritu me dictó volver a Argentina”, cuenta en sus redes en uno de los tantos posteos en los que desnuda gran parte de su vida personal y de su carrera.

Es hija de un físico de Ledesma, Jujuy, que murió en un accidente en una ruta de Sao Paulo, y de madre monteriza. “Mi viejo fue quien me presentó la música. Amante de BB King, Chuck Berry, Eric Clapton, y del folklore argentino, me educó el oído, y sin ser cantor, me propuso diferentes formas de hacer sonar la voz”, recuerda. Sin dudas este elemento no pasó desapercibido para María.

Su estilo tiene el alma de una cantora criada entre sambas, que mamó desde la raíz la Música Popular Brasilera (MPB). Sus ganas de ponerle el alma también a su música natal, la llevó a una búsqueda que hoy marca un perfil folklórico argentino con sello propio.

Cuando llegué a Argentina iba a las peñas de Buenos Aires de martes a domingo. La del Colo, El Empujón del Diablo, La Paila. Yo solo observaba. Eso, sí, disfrutaba mucho la guitarreada post. Un día lo conocí a Juanma (el guitarrista Juan Martín Angera), que con todo el amor comprendió el deseo y me acompañó por los laberintos rítmicos. Me subí al tren con la emoción de lo nuevo, pero también con una certeza profunda y antigua depositada en mi alma desde la infancia”.

Las ganas de adentrarse en el folklore iban en serio.

"Una noche lo sacudí a Juanma a las 4 am, era una madrugada de octubre: - Despertate: ¡Quiero cantar en Cosquín! Tenemos que ir para allá -. Con los ojos semi abiertos me dijo: -Meta, vamos".

-¿Con cuál te sentís más vos, con MPB o con el Folklore argentino?

-Por destino estoy atravesada por dos culturas, la brasilera y la argentina. Me fuí con 5 años a Brasil, volví con 28, y hace 12 años que vivo acá. En mi caso confluyen de manera natural las dos, siento que puedo conectarme con sentimientos de pertenencia y tradición en ambas.

En territorio brasilero, se destacó como cantante frente al grupo "O Bando de Maria" y se hizo popular interpretando músicas del folklore nordestino de Brasil. En ocho años de trayectoria, grabó dos discos autorales, compartió escenario con grandes artistas como Elba Ramalho, Alceu Valenca, Dominguinhos y Lenine. Realizó giras por Brasil, Uruguay y Europa. Maria Paula Godoy se destaca por su color de voz y calidad interpretativa, por su fuerza y magnetismos especiales.

-¿Quiénes son tus referentes del folklore y del MPB?

-Del folklore Mercedes Sosa, Liliana Herrero, Melania Perez, Margarita Palacios, Los Charchaleros, Raúl Carnota, Atahualpa Yupanqui, Chango Nieto, Horacio Guarany, Chango Farias Gómez, Cafrune, entre otros.

De MPB , Elis Regina, Gilberto Gil, Maria Bethania, Vinicius de Moraes, Chico Buarque, Luis Gonzaga, Gordurinha, Marinês, Clara Nunes, Beth Carvalho, Dominguinhos, Sivuca, entre otros.

-¿Cómo estás adaptando tu carrera a la pandemia?

-El arte fue sin duda una de las áreas más golpeadas. Además, hubo un cambio muy brusco en la manera de comunicar y de hacer música. De vivir la música. O, más que cambio, diría mejor la totalización de algo que venía creciendo; vivir la música a través de las redes sociales como casi único escenario posible. Ante el encierro, la salida fue conectar con las cosas simples y el misterio de la vida y la muerte. De ahí, la inspiración. Que nació en ese caudal de emociones, de incertezas, de pregunta por el legado en la crianza de mi hijo. Al tiempo, el contacto con la naturaleza se hacía fundamental. Como resultado, me entregué a la composición el año pasado, y este año a la comunicación y la producción de mi proyecto.

-Presentaste hace una semana en streaming Vidala Para Cantar en los Túneles de la Merced ¿Por qué elegiste los túneles?

-En esa búsqueda por lo natural, me encontré a los Túneles. Fue una experiencia hipnotizante, inquietante. Me trascendió los sentidos. Encontré un templo, un lugar único para conectar el espíritu y la voz. Son muchas cosas, ese túnel, la curiosidad, el asombro que me despierta. Su historia que habla de un intento de unir Catamarca y Tucumán.

-¿De qué manera está influyendo Catamarca en tu carrera artística

-Absolutamente en todo. El entorno de montañas, de ríos, de arena, sol y, claro, el viento que atraviesa el cotidiano, por ende el arte.

-¿Qué te dio el feminismo como motivador de tu nueva búsqueda como compositora?

-Tuve la suerte de acompañar desde los inicios al Movimiento Margaritas (Movimiento de Mujeres Músicas de Catamarca), en la lucha diaria por los derechos por el espacio equitativo en los escenarios, compartí tiempo y música con grandes compañeras como Belén Parma, Vane Martínez, Celina Galera (Baladí), por nombrar algunas entre tantas talentosas mujeres de esta provincia, que fueron inspiración para adentrarme en la composición.

-¿Qué ves a futuro acerca de los nuevos modos, adaptados a esta nueva realidad, que a la vez sean sustentables para las y los artistas?

-Es una buena pregunta, por ahora la comunicación en las redes viene siendo una herramienta imprescindible a la hora de hacer música, sin embargo el dinero de allí no sale. Los esfuerzos que viene haciendo el Estado no salvarán la situación definitivamente, el cambio de reglas es muy grande para vivir del arte. Se hacen necesarias políticas más contenedoras en el área de la cultura.

-¿Qué falta como motivador para artistas independientes como vos en Catamarca?

-Sería interesante tener más propuestas de creación desde lo nacional, provincial y municipal. En mi caso, un concurso para creación de una canción por los 337 años de San Fernando del Valle de Catamarca fue el disparador para animarme a poner en práctica el ejercicio de la composición.