El Gobierno registró un déficit fiscal primario de 18.184 millones de pesos en marzo y de 41.344 millones en el primer trimestre. El rojo de las cuentas públicas bajó un 10 por ciento respecto del registrado en igual período de 2016. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, presentó ayer los datos del presupuesto y celebró que se pudo cumplir la meta de déficit para los primeros tres meses de este año. La consultora Ecolatina, no obstante, estimó que sin los recursos del blanqueo se hubiera incumplido la meta fiscal en casi 20 mil millones de pesos. El objetivo del Gobierno es cerrar el acumulado del año con un déficit de 4,2 por ciento del PBI, una cifra que, al igual que ocurre con las metas de inflación del Central, pocos en el mercado creen posible. El Gobierno debió pagar unos 29.293 millones de pesos de intereses de la deuda, por lo que el déficit fiscal financiero se elevó hasta los 70.637 millones de pesos. 

Los recursos que embolsó el sector público en el primer trimestre se ubicaron en 467.685 millones de pesos, con un aumento del 41,2 por ciento. Sin efecto del blanqueo, la suba hubiera sido inferior al 28 por ciento, es decir una caída en términos reales de casi 10 puntos porcentuales. Uno de los principales problemas que deberá enfrentar el Gobierno en los próximos meses es cómo incrementar los recursos de la recaudación sin contar con los recursos extraordinarios del a exteriorización de capitales. En los primeros tres meses de 2017 entraron por el blanqueo cerca de 40.000 millones de pesos en la AFIP.

Los gastos primarios, que se componen principalmente por salarios, jubilaciones, obras de infraestructura y subsidios, sumaron 509.029 millones de pesos, con un aumento del 35 por ciento. Las erogaciones crecieron algo menos que la inflación, la cual se ubicó en 36 por ciento, según el centro de estadística de la Ciudad de Buenos Aires. Salarios fue uno de los rubros más castigados, al registrar un aumento interanual del 31,2 por ciento, casi cinco puntos por debajo de los precios, mientras que los subsidios, principalmente para energía y transporte, marcaron una caída de más de 35 puntos en términos reales.

Las erogaciones de capital, es decir obras de infraestructura, tuvieron una expansión del 37,3 por ciento, potenciada por el efecto de la baja base de comparación. El año pasado el equipo económico frenó la ejecución de los gastos de capital en casi todo el primer semestre. Para obras de transporte se destinaron 67,2 por ciento más de recursos, en tanto que los gastos en capital para educación se elevaron en 80,1 por ciento. A diferencia de este desempeño, la infraestructura para el sector energía marcó un retroceso del 59,2 por ciento.  

La resta entre ingresos y gastos primarios implicó un rojo de casi 42.000 millones de pesos, equivalente a 0,4 puntos del PBI. El Gobierno tenía previsto un rojo de 0,6 puntos del PBI para estos meses, por lo que en el Palacio de Hacienda aseguraron que hubo un sobrecumplimiento de la meta. Las declaraciones de Dujovne celebrando los resultados fiscales generaron malestar incluso entre los economistas del establishment, que aseguran que este trimestre tiene elementos muy particulares que permitieron cerrar con un menor déficit al proyectado, pero que la situación no es trasladable al resto del año. Aseguran que en los próximos trimestres desacelerarán los ingresos por el fin del blanqueo y se acelerarán los gastos por la recomposición de salarios del sector público, la necesidad de girar fondos para los subsidios de energía y transporte y un nivel de obra pública que difícilmente se retraigan en un año electoral. 

La consultora Ecolatina hizo las cuentas de cuánto hubiera sido el déficit primario en el primer trimestre del año sin la entrada de recursos del blanqueo y registró un rojo de 0,8 puntos del PBI. Esto implica que el Ministerio de Hacienda hubiera incumplido en 0,2 puntos la meta fiscal para el primer trimestre del 0,6 por ciento.