El final de la primera parte de Lupin (Netflix) reveló un Assane Diop (Omar Sy) fuera de sus cabales. Faceta desconocida para un hombre que tenía como referente al exquisito y perspicaz ladrón surgido de la mente del escritor Maurice Leblanc. Alguien, por primera vez, se le había adelantado y golpeado muy duro. Paradójicamente, el secuestro de su hijo había sucedido en un encuentro de fans del personaje literario que esta entrega volvió a poner de moda a escala global. “¿Qué haría Lupin en mi lugar?”, suele preguntarse el protagonista y ahora la respuesta asoma con un tono menos juguetón y más personal. “Este es un nuevo Assane. Por eso la segunda parte es más intensa, densa y peligrosa”, asegura el actor francés en un encuentro virtual con la prensa del que participó Página/12.

Desde el próximo viernes, podrán verse los cinco capítulos finales de este auténtico bombazo planetario para el servicio de streaming. Según datos brindados por la propia plataforma, a poco de su estreno en enero de este año, 76 millones de hogares se prendieron con la relectura contemporánea del criminal galo. El deseo de George Kay -su showrunner- no era transponer los relatos literarios de principios de siglo XX, sino presentar un personaje que tiene como modelo a Lupin. “Esta es la historia de Assane Diop y en ese sentido no es una simple adaptación, en términos de tono y estructura se diferencia de otros programas que actualizan un personaje clásico”, explicó el británico en la conferencia de prensa.

El catalizador de Lupin había sido el robo en pleno museo del Louvre de un collar de diamantes y oro de María Antonieta. Bajo la capa de los atracos geniales, por otro lado, aparecía una historia de reivindicación. La intención del senegalés, en realidad, era la de vengar la muerte de su padre acusado de haberle robado una joya a Hubert Pellegrini (Hervé Pierre). El mismo empresario que utilizará todas sus armas para destruir a Diop. Que haya un mayor foco sobre su círculo íntimo, específicamente su hijo Raoul (Etan Simon) y su expareja (Ludivine Sagnier), no significa que se abandonen las hazañas: el mayor golpe se verá al cierre de la temporada en medio de un concierto de música clásica.

Otro personaje con vuelo es el del agente Youssef Guédira (Soufiane Guerrab). El encargado de investigar el caso, al igual que Assane, es un ávido lector de estas historias de hurtos de alto impacto. “Mi personaje simpatiza con los oficiales que tratan de atraparlo. El punto es que siempre se les aventaja. El Lupin de los libros es amigo de un comisionado de la policía y hasta le llega a hacer favores. Mantuvimos esa relación con el agente Guédira que viene a ser su contraparte. Ambos están de lados contrarios de la ley pero los dos son geeks de Arsene Lupin”, explica Sy.

Las pinceladas sobre la coyuntura francesa (el racismo, la situación de los inmigrantes, la vida de los suburbios, cierta presuntuosidad cultural) terminan por configurar un producto destinado al disfrute masivo pero bastante avispada del peso discursivo y simbólico. Assane Diop, en definitiva, se apropia de un orgullo francés mientras convive con la discriminación. “Creo que la manera en que lo hacemos es bastante buena. Tenemos muy en claro que lo primero que buscamos entretener. El mensaje político y social aparece como una herramienta para el relato”, explica el actor que define a su criatura como un héroe. Para Sy, a Assane lo moviliza la injusticia y usa en su provecho el trauma de vivir como un “ignorado e invisible” por la gran mayoría.

El intérprete dice desconocer los motivos del suceso que reavivó el interés por los libros de Leblanc (sólo en Francia se vendieron más de 140 mil libros con sus aventuras). Pero no hay dudas de que parte del éxito se debe a la prestancia, interpretación e imagen de Sy que durante diez episodios anda a sus anchas resignificando el rol del pícaro y glamuroso ladrón “que no es cualquier ladrón”. “Lupin se está preguntando todo el tiempo lo que significa ser francés. Es un personaje muy divertido y muy rico porque las distintas capas sociales de este país están expresadas en él. Él navega por esos estratos. Y además lo hace de una manera muy entretenida”, propone.

-¿Qué implica que en esta parte el foco sea su familia?

-En la primera parte era el maestro del juego. Todos jugaban con sus reglas. Siempre estaba un paso adelante. Ahora es diferente. Ya no es un juego, ni su juego, y las reglas son diferentes. Que su familia esté involucrada hace que lo mental se vuelva más emocional. Antes ejecutaba, ahora responde.

-¿Qué representa el libro de Maurice Blanc en Lupin?

-Es muy interesante que todo surja de un libro. Para Lupin, ese objeto representa una transmisión. Un legado que pasó de su propio padre a él y de él a su hijo.

-¿Cómo fue desarrollar un personaje que posee una imagen tan potente?

-Lupin es un icono con su galera, monóculo y capa. Nuestra intención era que Lupin fuese alguien moderno y simple pero dueño de su estilo. En vez de capa usa un sobretodo que le da un toque de superhéroe; en vez de sombrero usa una boina; no usa zapatos sino zapatillas. Cuando pensás en Lupin, pensás en un look; queríamos lograr lo mismo pero adecuado a estos días.

-Usted tiene una gran presencia y, paradójicamente, su personaje se caracteriza ser el maestro del disfraz. ¿Cómo fue desarrollar ese contraste entre lo físico y el talento de Lupin?

-Fue un desafío pero a la vez permitió desarrollar algo desde lo creativo. George Kay encontró la forma de referirse a quienes en nuestra sociedad nunca se les da demasiada atención, como los trabajadores de limpieza. En los programas y películas, cuando alguien debe desaparecer se usan tecnologías muy complejas, como la máscara de Tom Cruise en Misión Imposible. Acá jugamos con los disfraces como si fuéramos chicos. ¿Cómo puede desaparecer alguien de mi estatura en una habitación? Es interesante desde la acción y así pasa en la vida. No tenés que usar algo muy especial para desparecer. La gente no está muy enfocada en los otros y eso dice algo muy rico sobre nuestra sociedad.

-¿Lupin es un ladrón, un gentleman o un representante de los “sans papier”?

-Ambos. Es todos y por eso lo amo. Ladrón, gentleman y representante de las minorías. Es un tipo normal que puede ser cualquiera. Cuando volvés a los libros es igual: Lupin es nadie y puede ser todos.