La historia del torneo de fútbol sudamericano que comenzará en los próximos días está llena de singulares acontecimientos y, entre ellos, el hecho de haber sido algo así como la sala de parto de la “chilena”, según cuentan Luciano Wernicke en su libro Curiosidades de la Copa América y Pablo Lisotto en Cincuenta grandes momentos de la Copa América, ambas publicaciones de Ediciones Al Arco.

El punto de partida del antiguo campeonato debe ubicarse en Buenos Aires, donde se celebró el centenario de la Independencia con un cuadrangular del que participaron la selección local y las selecciones de Uruguay, Chile y Brasil. 

El 2 de julio de 1916 se jugó en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires el encuentro inaugural entre Uruguay y Chile con 10 mil espectadores en las tribunas, a quienes llamó la atención el juego efectivo de los uruguayos, que terminaron ganando por 4 a 0 y una curiosa cabriola que hizo tres o cuatro veces el defensor chileno Ramón Unzaga. Se trataba de una pirueta que le permitía suspenderse en el aire de espaldas y golpear la pelota con uno de los pies, acción que bautizaron como “chilena”. No sabían que en realidad Unzaga no era chileno; había nacido en España, más precisamente en Bilbao.

El escritor uruguayo Eduardo Galeano también atribuyó la paternidad de la pirueta a Unzaga, pero la ubicó en otro lugar: “Inventó la jugada en la cancha del puerto chileno de Talcahuano: escribió en su famoso libro El fútbol a sol y sombra. “Unzaga llegó a Chile a los 12 años, en 1906. Antes del fútbol, trabajó en una mina de carbón, y era, según su nieto, un vasco con mal genio que en una ocasión tras ser expulsado, regresó al campo pistola en mano y a los tiros terminó el partido”, cuenta Galeano.

En 2014, se levantó en el estadio El Morro de Talcahuano una estatua creada por una escultora local que utilizó 600 kilos de bronce y cobre para inmortalizar a Unzaga haciendo la famosa jugada, pero los peruanos aseguran que la cabriola no nació en Chile, sino en Callao, el puerto más grande del país, y que no se llama chilena, sino chalaca, nombre de la localidad donde el historiador local Jorge Basadre cuenta que en 1892 un vecino inventó la acrobacia en un partido contra marinos ingleses.

Histórico gol de chilena de Enzo Francescoli, a la selección de Polonia en1986 / El Gráfico

Los admiradores del futbolista uruguayo Enzo Francescoli no niegan que Unzaga inventó la chilena, pero aseguran que el que verdaderamente la inmortalizó fue el jugador de River Plate, en un partido amistoso contra la selección de Polonia que se jugó en Mar del Plata el 8 de febrero de 1986. En aquel encuentro, que terminó con la victoria de River por 5 a 4, Francescoli elevó su cuerpo como un ángel y concretó un gol realmente inolvidable, tal vez el primero que recupera la mente de los más veteranos cuando se habla de goles de chilena.