El primer ministro sueco, el socialdemócrata Stefan Lofven, perdió este lunes una moción de censura en el Parlamento y ahora tiene una semana para presentar su renuncia o convocar a elecciones anticipadas. La moción aprobada por 181 de los 349 diputados de la Cámara es la primera que pierde un jefe de gobierno sueco y surgió la semana pasada, cuando el Partido de Izquierda decidió retirar el apoyo puntual que le brindaba al Ejecutivo liderado por Lofven. El motivo que originó la moción fue un proyecto, todavía preliminar, sobre una reforma de los precios de los alquileres que la izquierda se niega a tocar por considerarlo un pilar del modelo social sueco.

La moción de censura culmina un proceso iniciado el martes pasado, cuando el Partido de Izquierda le dio un plazo de 48 horas al gobierno para que retire o modifique un proyecto de reforma de la ley de alquileres si quería seguir contando con su apoyo en la Cámara, decisivo para la mayoría. La propuesta, que figura en el acuerdo de gobierno firmado por los socialdemócratas y sus socios de coalición del Partido Verde, prevé alquileres libres para las nuevas construcciones y, por lo tanto, alquileres más caros.

La coalición de centroizquierda asumió las riendas del país en 2019 tras cuatro meses de negociaciones, pero era un gobierno en minoría que no controlaba la mitad más uno de las bancas del Parlamento. Para conseguir la mayoría, Lofven llegó a acuerdos de apoyo puntual con otras tres fuerzas, entre ellas el Partido de Izquierda. Este último suele plantearle ultimátums al gobierno, en particular para protestar contra la flexibilización de los despidos, pero se limitaba a eso hasta que la diputada Nooshi Dadgostar asumió la jefatura del partido en octubre pasado, endureciendo el tono.

Para derrocar al gobierno, el expartido comunista se alineó con las formaciones de derecha, el Partido Conservador de los Moderados y Demócrata Cristianos, y los Demócratas de extrema derecha. Luego de 11 mociones de censura infructuosas en el país escandinavo, Lofven, quien se distinguía por su capacidad de sobrevivir a crisis políticas desde su llegada al cargo el tres de octubre de 2014, se convirtió en el primer jefe de gobierno destituido mediante un voto de confianza.

"Colocar a Suecia en una grave crisis política en este momento no es lo que nuestro país necesita", argumentó Lofven en conferencia de prensa luego de la votación en el Parlamento. "Es el interés del país lo que está en juego" agregó el exlíder sindical, sin dar detalles de si dimitirá o llamará a nuevos comicios. Si el primer ministro renuncia, se le encomendará al presidente del Parlamento la apertura de negociaciones con un partido para encontrar un nuevo jefe de gobierno, quien podría volver a ser Lofven en caso de un nuevo acuerdo político.