La diputada provincial macrista Hebe Casado, de Mendoza, volvió a hacer alarde de negacionismo respecto de las víctimas de la dictadura militar en Twitter.

Lo hizo con un tuit sobre las 90 mil víctimas acumuladas por coronavirus a las que llegó la Argentina, y acotó, en un RT de la noticia: "3 veces 30000".

Las respuestas no se hicieron esperar:

No es la primera vez que Casado provoca de esta manera.

Cuando el país llegó a las 30 mil víctimas por covid-19, escribió en la red social: "Son 30.000, no como los otros 30.000. Un éxito la estrategia del gobierno de científicos, pero como no reconocen errores, en 15 días dicen que seguimos sin derechos a la libre circulación ni a la educación ni a la salud". La repulsa generalizada la hizo borrar el tuit.

También deseó en Twitter que Alberto Fernández, al haber contraído la enfermedad, hubiera contagiado a Cristina Kirchner

"Pretenden que tenga compasión por personas que se saltaron la fila y le manotearon la vacuna a personas de riesgo. Escandalícense por eso. Escandalícense por no haber conseguido vacunas. Escandalícense por haber dejado 6 de cada 10 niños pobres. Escandalícense por los hechos", fue su justificación ante las críticas. Más tarde, la propia Casado se contagió de covid-19.

Casado, quien se presenta como "médica especialista en inmunología", solamente presentó un proyecto en la Legislatura de Mendoza durante 2020, en contra del uso obligatorio del tapabocas. La iniciativa no prosperó.

Casi al mismo tiempo que Casado, otro que salió a provocar comparando las víctimas del coronavirus con las del terrorismo de Estado y minimizando las cifras, fue el economista ultraliberal Roberto Cachanosky.

El economista, que suele fatigar los programas de cable a toda hora con pronósticos que no se cumplen, ya había dicho en Twitter que no recordaba que en dictadura se parara a la gente en la calle como durante las restricciones por la pandemia, cuando en ese entonces regía el estado de sitio. En esa oportunidad tuvo que salir a decir que repudiaba las violaciones a los derechos humanos. Ahora contraataca de nuevo.