En tiempos en los que las artes escénicas atraviesan una crisis inédita, y mientras se impone apostar a lo posible para sobrevivir, revitalizar la escena parece un desafío doble. Pero la compañía teatral independiente Los Pipis, siempre en movimiento, logra eso y convierte al teatro en una disciplina adaptable a múltiples formatos y estéticas.

El Pipipalooza, festival de lecturas que se desarrolló de manera virtual durante 2020 a través de las redes sociales de Timbre 4, es una de las movidas más importantes de la compañía integrada por Federico Lehmann y Matías Milanese. Y hoy esa iniciativa se sigue expandiendo los miércoles a las 21, en vivo desde Instagram (@teatrotimbre4), mientras este sábado sumará una transmisión especial desde El Cultural San Martín, que se podrá seguir a partir de las 18 en su canal de YouTube: youtube.com/user/elculturalsanmartin

“Este ciclo nació como una respuesta para sobrevivir a la cuarentena. Y es una forma de hacer comunidad”, dicen Los Pipis sobre el festival del que ya participaron más de 200 artistas de la escena teatral, literaria y musical de Argentina y otras partes del mundo, entre quienes figuran Mariana Enríquez, Rafael Spregelburd, María Onetto, Mariela Asensio, Alejandro Tantanian y Santiago Loza.

Allí, los invitados comparten la lectura de un texto personal o de otros autores, y cada edición se convierte en un espacio de encuentro. “El Pipipalooza surge por el simple disfrute de juntarnos a compartir cosas”, aseguran sus creadores.

Cuando los teatros volvieron a cerrar, a mediados de abril, Los Pipis tenían tres obras en cartel (Lo único épico aquí lo hemos robado; Perritos de porcelana y Esta historia está re buena) pero en ese marco, y lejos de suspender actividades, el dúo decidió seguir activo y profundizar también en el lenguaje audiovisual, y así lanzó Pipivisión, una serie de videos cortos caseros que filman en el living de su casa, y que difunden todas las semanas en su canal de YouTube, previo anuncio en su Instagram @lospipisteatro

Con humor, y mucho de código teatral, Milanese y Lehmann se ponen al frente de microhistorias que oscilan entre la realidad y la ficción, y que también apuntan a mantener viva la llama en un momento crítico para el circuito independiente. “Con este proyecto buscamos contactar a artistas amigos que tuvieran ganas de actuar e improvisar sobre sus personajes, para seguir encontrándonos y produciendo en este momento tan difícil para todes. Y la recepción que tuvimos superó ampliamente nuestras expectativas, porque nos encontramos con mucha confianza por parte de colegas que respetamos y admiramos. La idea es que Pipivisión sea una suerte de lado B de nuestra producción teatral, de nuestra relación y de nuestras alegrías dentro del mundo artístico. Por eso, nos encantaría seguir explorando en esta dirección más allá del contexto actual”.

Esta no es la primera vez que la dupla piensa historias para la pantalla. Durante 2020 y parte de este año, estrenaron varios materiales fílmicos (Los años fosforescentes; Lily y el zorro y Relámpago) que pueden verse con acceso libre y opción a la gorra virtual en https://timbre4.tv/.

“Desde que conocemos el teatro, éste siempre se nos presentó como algo cerrado, como si ya tuviese una forma de hacerse a priori, pero nosotros creemos que esta disciplina está en constante modificación en su afán de aportarle algo más al mundo. Por otro lado, ambos pertenecemos a una generación que creció muy ligada a las pantallas, y el cine es algo que nos asombra desde chicos, entonces es imposible pensar que algo así no puede afectar nuestra forma de pensar y crear teatro”, comentan al respecto.

El regreso a los escenarios avanza lento para la mayoría de los artistas. Para Los Pipis, julio será el mes en el que podrán reponer una de sus piezas: Lo único épico aquí lo hemos robado, que se presentará los viernes a las 21.30, con funciones presenciales, en Timbre 4 (México 3554). “En un primer momento fue difícil frenar nuevamente. Casi toda la escenografía, luces y vestuario volvieron a quedar en los teatros. Pero en este tiempo buscamos que todo eso siguiera creciendo y tomamos las herramientas que el contexto nos posibilitaba. Por eso toda nuestras propuestas, como el Pipipalooza o Pipivisión, son formas de seguir creando y generando redes desde lo artístico, para que el regreso a las salas nos encuentre en movimiento, acompañados y entrados en calor para volver a levantar lo que en su momento tuvimos que guardar”.

Prolíficos e incansables, los jóvenes artistas sorprenden por su versatilidad y su capacidad creativa. Además de su amor por el teatro, Milanese y Lehmann comparten un noviazgo de varios años, y todo eso los llevó a fundar en enero de 2020 su propia productora y compañía teatral en la que escriben, dirigen y actúan sus propias obras con una estética que quita solemnidad y aporta frescura a la escena. “Hacer cosas en estos tiempos es un acto de rebeldía y una forma de pararnos frente a la situación que está atravesando nuestro sector”, sostienen. “Con Los Pipis lo que buscamos es encontrar alternativas para contar historias que sean distintas a las formas del teatro más hegemónicas o patriarcales. Creemos en tomar lo que sucede en nuestro cotidiano, eso que nos interpela e interesa, y usarlo como combustible o motor para crear. Hoy, en un mundo donde la realidad terminó de superar a la ficción, valernos de las cosas que nos conmueven o afectan, por más pequeñas o insignificantes que parezcan, es el camino por donde nos gusta ir avanzando”.