La selección juega este lunes con Bolivia. 

Pan comido. 

Si golea diremos que estaba dentro de lo previsible teniendo en cuenta que Bolivia ya había sido eliminada y que hay una enorme diferencia de calidad en los equipos. 

Si gana con lo justo diremos que se cumplió con un trámite, pero plantearemos dudas sobre el futuro.

Si empata o pierde la castigaremos como corresponde porque no toleraremos el fracaso; no se puede perder con un rival inferior. 

Si le gana a Bolivia jugará con Ecuador y diremos que Ecuador es pan comido. Si no gana, le puede tocar Colombia y diremos que Colombia es pan comido.

Si perdemos haremos tapas negras, minutos de silencio, pediremos que se revise la continuidad de Scaloni y condenaremos la idea de tantos cambios.

Si ganamos el partido de cuartos jugaremos la semifinal con Paraguay, Uruguay, Ecuador o Colombia. Pan comido con cualquiera de ellos, diremos en la previa. Si ganamos diremos que está bien, pero hay que ver qué pasa en la final.

Si perdemos haremos tapas negras, minutos de silencio, pediremos que se revise la continuidad de Scaloni y condenaremos la idea de tantos cambios si se hicieron muchos cambios o la idea de no cambiar si no se hicieron cambios.

Si jugamos la final con Brasil diremos que estamos un escalón debajo de ellos, que lo importante es que se cumpla una actuación digna y por lo bajito cantaremos que siga el baile al compás del tamboril y a las 12 de la noche…

Si perdemos con Brasil hablaremos de un nuevo fracaso, recordaremos que la última Copa América se ganó en el 93, diremos que van 28 años de frustraciones, recordaremos las finales perdidas con Chile y con Alemania en el Mundial, denostaremos a los que dicen que cuando se pierde una final se gana una medalla de plata y no se pierde la de oro, alabaremos a aquellos que pregonan que el segundo es el primero de los fracasados.

Si le ganamos a Brasil cantaremos "Brasil, decime que se siente" y pediremos que se venga el campeón de Europa a ver quién la tiene más larga al tiempo que diremos que bueno, después de todo, lo que importa son las eliminatorias. 

Así somos.