El neurocirujano Leopoldo Luque, principal imputado en la causa en la que se investiga el fallecimiento de Diego Armando Maradona, se presentó a indagatoria este mediodía ante los fiscales Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, y por la fiscal de Benavídez, Laura Capray. En un escrito que entregó antes de empezar a responder preguntas, Luque negó haber sido el médico responsable de la internación domiciliaria del exfutbolista y deslindó responsabilidades en la empresa de medicina prepaga. "Si bien la realización de la internación domiciliaria fue una sugerencia mía y de la Dra. Cosachov, yo no formaba parte de la misma", sostuvo. 

El médico es el séptimo indagado en la causa y su declaración ocurrió en la Fiscalía General de San Isidro, en la calle Acassuso 476, acompañado por sus abogados, Julio Rivas y Mara Digiuni.  "Lo primero que quiero manifestar es que lamento profundamente el deceso de Diego Maradona. Era mi paciente y mi amigo", sostuvo Luque en la carta que presentaron sus letrados ante los fiscales. 

Los ejes de la defensa de Luque consiste en negar su responsabilidad durante la internación domiciliaria de Maradona y apuntar contra la investigación de los fiscales, por lo que reclamó reclamó una nueva junta médica al sostener que los peritos oficiales hicieron afirmaciones falaces.

"La realidad de los hechos, que además se desprende de la prueba producida en el expediente, es que había un grupo médico de internación domiciliaria completamente independiente y ajeno a mí, el cual contaba con médicos asignados, y no eran, tal como lo plantean los Señores Fiscales meros médicos interconsultores", sostuvo el neurocirujano. 

En la carta presentada antes de su declaración indagatoria, Luque destacó que no contaba con la estructura, habilitación, inscripción y conocimientos para llevar adelante la internación domiciliaria, que estuvo a cargo de personal médico asignado por la obra social que auspiciaba a Maradona, Swiss Medical, y a quienes señaló como responsables. 

El imputado por "homicidio simple con dolo eventual", un delito que prevé una pena de entre 8 y 25 años de cárcel, señaló que su función específica durante la internación domiciliaria "fue el seguimiento neuroquirúrgico del paciente". 

"Tanto el equipo de la internación domiciliaria, como su equipo de salud mental como yo, formábamos parte del grupo de galenos que trataba a Maradona pero no es real que la internación domiciliaria y yo hayamos formado un 'equipo médico tratante'", insistió. 

La estrategia defensiva de Luque

De esta manera, ocurrió lo que se esperaba por parte de la defensa de Luque, que negara ser el médico de cabecera y máximo responsable de la salud de Maradona y ratificará la declaración espontánea que presentó por escrito en diciembre pasado.

En ese documento el neurocirujano contó que conoció a Maradona en 2016 por una consulta por un trastorno de sueño, que pese a que era un paciente "difícil" fue forjando "una relación de amistad y confianza" y que recién en 2019, cuando el "10" volvió de vivir en el exterior, retomó la relación y cuando tenía "alguna dificultad médica" lo llamaban "para que le recomiende algún especialista".

"La muerte ocurrió en forma inesperada, imprevista, en las horas de sueño, sin brindar ninguna posibilidad de tratamiento", sostuvo Luque.

"El hallazgo de Diego en una situación que aparentaba un sueño normal es un indicio indubitable de una muerte repentina", señaló Luque al sostener la teoría de la muerte súbita y cuestionar los resultados de la autopsia.

Sobre la internación domiciliaria en la casa de Tigre para tratar la adicción al alcohol, dijo que era la "única posibilidad" porque la internación en una institución, como sugería Swiss Medical, fue rechazada por "la familia" y "por el paciente", que "no contaba con una restricción legal de su capacidad jurídica".

Agregó que su familia "quería encontrarle un médico de cabecera" y que Swiss Medical se comprometió a brindar servicio de enfermería, acompañantes terapéuticos y ambulancia y que las veces que fue a la casa de Tigre en calidad de médico fue a controlar el posoperatorio.

La acusación del equipo de fiscales 

El equipo creado y coordinado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, e integrado por sus adjuntos, Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, y por la fiscal de Benavídez, Laura Capra, eligió imputarlo por "homocidio simple con dolo enventual" tras seis meses de investigación, en los que concluyó que los médicos de Maradona no solo fueron deficientes, sino que se representaron la posibilidad de que el "10" podía morirse y no hicieron nada para evitarlo.

Cuando lo citaron a indagatoria, los fiscales escribieron que "Luque, en su carácter de médico de cabecera, violando las reglas del buen arte de curar a las que en definitiva despreció porque tenía pleno conocimiento de la sintomatología presentada por el paciente en el último período, evitó asistir y/o al menos propiciar la debida atención médica a Diego Armando Maradona".

"No garantizó su debido seguimiento con controles y estudios cardiológicos, ni convocó especialistas en materia cardiovascular, hepática y renal, conforme su cuadro requería, librando su destino a su suerte", dicen los fiscales.

Además, señalan que "en forma sistemática, ignoró y menospreció los síntomas y signos compatibles con la insuficiencia cardíaca que le eran informados por personas ajenas al equipo médico y que personalmente tuvo la oportunidad de evaluar". También aseguran que Luque no confeccionó "una historia clínica de la víctima" ni asentó "los datos relevantes de diagnóstico, terapia y enfermedad del paciente".