"¿Dónde está Tehuel?", tiene un nivel de loop en mi cabeza, que ya dejó de ser sonido con significado directo y comenzó a ser un concepto, plagado de "d" y "t". Un concepto que me advierte, informa, que el mundo es una mierda. El mundo no debería estar listo ni progresar para que entremos, porque nosotres ya estamos adentro. Existimos, resistimos. En medio de un contexto que nos desaparece de todas las formas posibles, nos empobrece, nos caga de hambre, nos olvida, nos niega, nos oculta, ata y mata: ser trans/trava/no binarie/agenero. Somos la fealdad estética de la morbosa moral física. Somos el entretenimiento de un circo heteropatriarcal. Somos la representación de un asqueroso y leve 1 por ciento de inclusión. Somos les maestres obligades del género por les consumidores de la pakinorma negades a ver fuera de su vaso. Somos las probetas de ensayo de les cientifiques de la psiquis que nos siguen patologizando. Somos la decoración de una legitimidad a los Estados que quieren aparentar humanismo a través del asistencialismo. Y si mi máquina de ordenar palabras es un bardo de entender, lo resumo: nos consideran objetos, no humanos, tal vez polvo, y pretenden barrernos bajo la alfombra.

¿Dónde está Tehuel?

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