Mientras el gobierno de Chile apuesta por el desconfinamiento gradual del país aferrado a una exitosa campaña de vacunación, profesionales de la salud advierten que es necesaria una tercera dosis de refuerzo. Los dos primeros casos confirmados de la variante Delta en el país encendieron las alarmas de la Asociación Chilena de Inmunología (Asochin), que recomienda comprar vacunas que tengan más efectividad a la hora de evitar contagios como Pfizer, Astrazeneca y Moderna, en lugar de priorizar la del laboratorio chino Sinovac. Otro estudio científico coincide en la urgencia de una tercera dosis ya que la protección contra la infección y la enfermedad grave en mayores de 70 años vacunados se habría perdido. "Las vacunas funcionan y protegen del ingreso del virus, pero su carácter es transitorio. Hoy el número de adultos mayores en las UCI (unidad de cuidados intensivos) de Chile es el máximo de toda la pandemia", asegura en diálogo con Página/12 el biólogo molecular Tomás Pérez-Acle.

"Situación límite" y tercera dosis

"La crítica situación sanitaria actual en nuestro país nos hace reflexionar acerca de por qué a pesar de tener a una gran proporción de la población vacunada, aún nos encontramos en una situación límite de la pandemia", sostienen desde la Asochin. Los expertos chilenos destacan que la estrategia de vacunación mediante el inmunizante de Sinovac "no ha sido eficiente en reducir la transmisión de SARS-CoV-2, y al día de hoy (...) no se observa un efecto de estabilización y/o disminución sostenida en la tasa de contagios".

Por ese motivo la asociación con sede en Santiago advierte que es necesario "enmendar el rumbo" y priorizar el uso de vacunas que hayan demostrado "reducir la transmisión del virus, tal como se ha reportado para las vacunas de Pfizer, Moderna y Astrazeneca". Del mismo modo, entienden que una tercera dosis debería aplicarse con alguna de estas vacunas, evitando la de Sinovac.

En otro tramo de la carta, la Asochin remarca la importancia de evaluar el impacto de la vacunación en el país, para lo cual solicitan al ministerio de Salud que presente "los datos desagregados de pacientes contagiados, ingresados a UCI y fallecidos por coronavirus, en términos de personas vacunadas y no vacunadas, tipo de vacuna utilizada, desagregados por grupo etario, comuna de residencia y adecuadamente anonimizados". Para el colectivo de inmunólogos, esos datos "pueden contribuir a encontrar una salida más rápida a la larga pandemia y evitar prolongar aún más el sufrimiento de miles de personas".

Eficacia de las vacunas

La posición de la Asochin es similar a lo expuesto en un informe sobre la eficacia del proceso de vacunación en Chile desarrollado por investigadores de la Fundación Ciencia y Vida, la Universidad San Sebastián y la Universidad de Valparaíso. El documento concluye que la protección otorgada por las vacunas contra la infección y el desarrollo severo de la enfermedad se habría perdido en el caso de las personas de 70 años o más, y estaría disminuyendo rápidamente entre los de 60 y 69. Por eso, también afirman que "es urgente inocular una tercera dosis".

"Tenemos que avanzar hacia una dosis de refuerzo lo antes posible, particularmente en poblaciones mayores a 70 años, dado que nos estamos enfrentando a la nueva variante Delta que ya es posible suponer que se disperse comunitariamente en el país", plantea Pérez-Acle, quien participó del informe. El subdirector de la Fundación Ciencia & Vida trae a colación un reporte del vocero de Sinovac que indica que la vacuna "pierde tres veces su capacidad protectora frente a la variante Delta, por tanto él mismo recomienda una dosis de refuerzo".

Otro dato que se desprende de la investigación es que, si se siguen priorizando las dosis de Sinovac, no sería posible alcanzar la deseada inmunidad de rebaño incluso vacunando al 100 por ciento de la población chilena, aunque potencialmente puede lograrse frente al desarrollo grave de la enfermedad. "Si realmente queremos lograr una inmunizacion de manada tenemos que movernos a una variante más eficaz que sea capaz de cortar significativamente la transmision", advierte Pérez- Acle.

Variante Delta y desconfinamiento

Alrededor de 3,8 millones de personas salieron este martes de la cuarentena en Santiago, donde los hospitales llevan semanas al borde del colapso sanitario por la pandemia. A partir de este jueves la mayor parte de los habitantes de la capital chilena dispondrá de libre movilidad de lunes a viernes, aunque seguirá rigiendo cuarentena en toda la capital los fines de semana.

La presidenta regional del Colegio Médico (Colmed), Francisca Crispi, reconoció que existe una tendencia a la baja en los nuevos casos de coronavirus aunque se mostró preocupada porque al mismo tiempo se mantiene la alta ocupación de camas críticas (la cifra ronda el 95 por ciento). "Muchas comunas pasan a fase dos y con el pase de movilidad vemos una movilidad altísima, lo que hace tener legítimas dudas sobre si es que pudiera existir un nuevo aumento de casos que sabemos que el sistema de salud no está en condiciones de tolerar", dijo la doctora a radio ADN.

La variante Delta, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya se ha detectado en más de 90 países, enciende las alarmas por su alta capacidad de contagio. En Chile, país que mantiene las fronteras cerradas desde abril excepto para viajes de primera necesidad, la cepa originaria de la India se encontró el jueves pasado en una mujer que viajó desde Estados Unidos. Por esa situación, este miércoles el 7º Juzgado de Garantía de Santiago de Chile autorizó tramitar una querella contra el ministro de Salud, Enrique Paris. Lo acusan de "presunta negligencia" por la falta de controles en el ingreso de la variante al país.

La querella fue interpuesta por el abogado Luis Mariano Rendón, quien indicó que "las autoridades del mismo ministerio de Salud, que debiesen velar por el estricto cumplimiento de la normativa, la violan y exponen a la población a un daño inconmensurable, favoreciendo la propagación de la variante más agresiva del virus". Rendón exigió que el caso no quede impune, y su pedido resonó rápidamente en parte de la oposición chilena.

La diputada del Partido Comunista, Karol Cariola, sostuvo que el ministro de Salud "ha estado acumulando razones suficientes para incluso evaluar una acusación constitucional". Cariola indicó que dentro de la bancada comunista en Diputados analizan esta opción por "la falta de aplicación de los protocolos" que significó el ingreso de la mujer de 42 años, que presentaba síntomas compatibles con el coronavirus, al país trasandino.