Las expresiones del obispo diocesano de Catamarca, Luis Urbanc, quien en el acto oficial del 9 de Julio dio gracias a Dios por la llegada de la pandemia y aseguró que “El mundo la necesita”, ya que “El tesoro divino es Dios, no la vacuna”, reavivaron la discusión por la necesidad de avanzar en la Reforma de la Constitución provincial, que de acuerdo al último proyecto en curso fija entre sus puntos principales la separación de la iglesia con el Estado.

La necesidad de una reforma parcial de la Carta Magna provincial venía siendo impulsada desde la gobernación de Lucía Corpacci, hoy diputada nacional. El año pasado la diputada provincial Cecilia Guerrero reavivó el tema y presentó un nuevo proyecto que incorpora propuestas agiornadas a la época, como la separación de la Iglesia Católica con el Estado, la paridad de género en el acceso a los tres poderes del Estado, el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas, el respeto a la diversidad y la inclusión e integración plena del colectivo LGTBIQ,  y el reconocimiento pleno de los derechos de la Infancia.

“Nuestra organización institucional ha sido diseñada bajo criterios decimonónicos, muchos de los cuales ya han sido superados, o se encuentran perimidos. Hoy la sociedad tiene nuevas e ingentes demandas, a las cuales debemos estar en condiciones de satisfacer”, expresa el proyecto de Guerrero.

Tras las expresiones de Urbanc, la legisladora publicó en sus redes: “cada vez que lo escuchamos nos convencemos más de la necesidad de separar la iglesia del Estado, y que los actos institucionales nunca más sean usados para la prédica interesada e hipócrita de un representante del atraso cultural y del sometimiento de los pueblos”.

Y es que justamente el primero de los puntos con sello propio en el proyecto de la Reforma presentado por Guerrero inscribe la necesidad de avanzar en “La separación del Estado Provincial de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, sentando el principio de laicidad, habilitando a todo ciudadano, cualquiera fuera su creencia, a aspirar a gobernarnos, sin distinción de credos religiosos ni de ninguna otra naturaleza”.

El texto de la modificatoria al artículo 4, del primer capítulo Principios. Declaraciones. Deberes, derechos y garantías, establece firme la “Separación del Estado de la Iglesia Católica. Supresión del sostenimiento estatal al culto. Consagración del principio de laicidad del Estado Provincial. Igualdad en el reconocimiento y respeto de los distintos cultos”.

Más de treinta años lleva Catamarca bajo la solapa de su actual Constitución. “La Constitución de la Provincia de Catamarca ha sorteado casi treinta y dos años de vigencia ininterrumpida. Sin embargo, en dicho período, y especialmente en la última década, las transformaciones sociales han profundizado con mayor énfasis alcances que la erigieron en una de las más progresistas de la época en que fuera sancionada su última reforma (1988), muchas de las cuales deben ser preservadas y profundizadas. Ya se advierte, desde hace varios años atrás, la necesidad de una adecuación del plexo constitucional”, explican los argumentos de la propuesta de reforma parcial de Guerrero.

El proyecto se encuentra actualmente en la comisión de Asuntos Constitucionales, Judiciales y de Juicio Político. En las últimas semanas hubo nuevos pronunciamientos sobre la necesidad de que sea aprobado, por distintos motivos. El senador del Frente de Todos Maximiliano Brumec, cargó contra la oposición y recordó que “fueron cientos las excusas y las adversidades por las que la oposición no quiso tratar el tema, no habiendo entendido que la reforma de la Constitución no es propia de un partido político o de una persona, sino que es poner en condiciones cuestiones que se han tratado hace muchísimos años, cuestiones que han cambiado, y que necesitamos como sociedad que se modifiquen”.

Proyecto inicial

En septiembre de 2014, por impulso de Lucía Corpacci, el Ejecutivo presentó un proyecto de Reforma de la Carta Magna local que promovía principalmente la imposibilidad de reelección indefinida de gobernadoras y gobernadores, la incorporación de un órgano que reemplace al Consejo de la Magistratura, la extensión del periodo de sesiones ordinarias y la figura del Defensor del Pueblo. El proyecto estuvo dos años dando vueltas y no prosperó, tras lo cual surgieron fuertes críticas a la oposición.

Para Guerrero, tal como señala en su proyecto, con la iniciativa: “retomamos aquel sueño inconcluso pero vigente, que expresara la entonces gobernadora de la Provincia, Lucía Corpacci, y que quedara trunco por imperio de los desencuentros y la priorización de intereses que no se corresponden con los del conjunto del pueblo.