Dos días después de la final de la Copa América, el Instituto Adolfo Lutz de São Paulo anunció haber encontrado una variante de coronavirus que no se había registrado nunca antes en Brasil: se trata de la mutación B.1.612, detectada por primera vez en Colombia en enero de 2021. Según informó el organismo, fue identificada en Cuiabá, capital del estado de Mato Grosso, en dos hombres que formaban parte de las delegaciones de Ecuador y Colombia. 

”Los pacientes son ambos del sexo masculino, tienen 37 y 47 años y son provenientes de Ecuador y Colombia, respectivamente. La investigación epidemiológica de los casos está en marcha en el estado de origen de las muestras”, explicó el Instituto en un comunicado, donde aclaró que esta variante ya ha sido detectada en otros países pero “todavía no había sido encontrada en Brasil”.

Los protocolos sanitarios aplicados durante la Copa América no arrojaron los resultados esperados: el Ministerio de Sanidad de Brasil contabilizó 168 casos de coronavirus relacionados con el torneo, incluyendo a 37 jugadores o miembros de los comités técnicos, 5 empleados de la Conmebol y 126 subcontratados. Todos los que habían sido secuenciados hasta el anuncio del Adolfo Lutz, pertenecían a la variante de Manaos.

La debilidad de esos protocolos quedó evidenciada en la final de la copa, en el estadio de Maracaná, donde la Conmebol permitió la entrada de más de 5.000 personas, entre aficionados brasileños, argentinos e invitados (siempre que presentaran un test negativo). Horas antes del partido, la organización informó haber identificado “una cantidad considerable” de pruebas adulteradas entre las presentadas por los hinchas. Las fallas del operativo sanitario también pudieron verse en las escenas de amontonamiento que tuvieron lugar en los accesos al Maracaná minutos antes de que empiece el juego.

Variante colombiana

La B.1.621 fue detectada por primera vez en enero de 2021, en Colombia. Según información de Gisaid, una iniciativa de vigilancia genómica global, representa el 24 por ciento de todas las muestras recolectadas y analizadas en ese país. En algunas localidades, como Córdoba, Bolívar, Atlántico y Chocó, ya está presente en más del 60% de todas las investigaciones genéticas realizadas desde principios de año.

Actualmente, ya se ha extendido a otros 19 países de América y Europa, detalló el sitio web Pango Lineages, que reúne a expertos en vigilancia genómica de diversas universidades y centros de investigación. Por ahora, los lugares con más casos originados por esta variante son Estados Unidos, Colombia, España, México y Holanda.

Por su expansión a lo largo del mundo y las mutaciones que presenta, forma parte de la "lista de alerta" de la Organización Mundial de la Salud junto con otras versiones virales que necesitan ser monitoreadas y estudiadas. Sin embargo, aún no fue nombrada con una letra griega, como sucedió con la variante Alfa (Reino Unido), la Beta (Sudáfrica), la Gamma (Brasil) y la Delta (India).

Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Europa, presenta al menos cinco mutaciones importantes en la proteína de espiga, la estructura que se encuentra en el exterior del coronavirus y es responsable de pegarse en los receptores de las células para dar inicio a la infección. 

Aunque cuatro de estas alteraciones genéticas (E484K, N501Y, D614G y P681H) ya se habían observado en otras variantes preocupantes, como la Alfa, Beta, Gamma y Delta, la mutación R346K parece ser nueva y no se ha descrito en otras versiones del virus. 

Estas mutaciones, advirtió el CDC europeo, pueden hacer que el agente infeccioso sea aún más transmisible que el resto de las nuevas variantes. También existe el riesgo, señaló el organismo, de que la B.1.621 tenga algún impacto en la inmunidad obtenida tanto por infección como por vacunación, aunque esto todavía debe estudiarse.