“No hay reconciliación posible entre víctimas y victimarios, particularmente cuando estos no han dado ni un solo paso en ese sentido” sostiene en una declaración el Grupo de Curas en la Opción por los Pobres (COP) al pronunciarse sobre la iniciativa anunciada por la jerarquía católica de “iniciar un tiempo de reflexión sobre los acontecimientos ocurridos durante la última dictadura militar” que llevaría a la escucha de víctimas de hechos de violencia acaecidos en ese entonces. 

Los sacerdotes que trabajan en medios populares sostienen que no es posible la reconciliación con los victimarios porque estos “siguen afirmando que lo que hicieron fue lo correcto, siguen sin dar información sobre los detenidos-desaparecidos, siguen sin dar información sobre los entonces niños apropiados, siguen en una cadena de silencio y complicidad cuyas resonancias siguen día a día presente en la sociedad”.

En un sentido similar el Colectivo de Teología de la Liberación “Pichi Meisegeier”, afirmó que “nuestros obispos siguen creyendo que el poder religioso está por encima del poder político, que la iglesia es la reserva moral de la sociedad y que su palabra es rectora de la misma”. En la misma declaración estos cristianos se preguntan “¿quiénes son ellos (los obispos) para iniciar un ‘proceso de reconciliación’ cuando hay juicios en curso con todas las garantías constitucionales?”. Y agregan: “¿qué autoridad moral tienen cuando muchos de ellos tienen relaciones espurias con empresarios políticos y jueces que les tapan escándalos varios a cambio de distintas prebendas?”.

Al expresar su “repudio” a la iniciativa oficial de la jerarquía el Colectivo sostiene, en concordancia con lo señalado por los organismos defensores de derechos humanos y con los Curas que “no hay posibilidad de reconciliación sin arrepentimiento ni justicia”.

El grupo de sacerdotes católicos sostuvo también que “si de ‘tiempo de reflexión’ se trata, quizás la CEA (Conferencia Episcopal Argentina) debiera comenzar por revisar sus propios archivos, y convocar a los capellanes militares para conocer de ‘propia mano’ las complicidades y activa participación en un terrorismo de estado del cual varios de sus miembros fueron responsables y ejecutores. Si lo que pretenden es - a 41 años del golpe cívico-eclesiástico-militar - saber qué pasó, seguramente tendrán buen material en sus propios archivos”.

Entienden los Curas que “buena parte” del Episcopado del aquel entonces fue “instigador”, “bendecidor” o “cómplice” del genocidio y por tal motivo “no nos parece sensato que clamen por una reconciliación o encuentro sin comenzar por pedir expreso perdón a las víctimas y esperar de ellas que por propia iniciativa decidan si quieren o no otorgarlo”. 

Los COP critican a los obispos al recordar que  “Cristian von Wernich sigue sin ser expulsado del estado clerical a pesar de haber sido condenado por la justicia independiente por crímenes de lesa humanidad” y señalan que todavía se encuentran con vida capellanes de las fuerzas armadas y de seguridad que tienen  mucho que informar y que fueron “cómplices sagrados de la represión ilegal en nombre de una cultura occidental y cristiana”. 

Tras reiterar su crítica al modelo económico del presente gobierno y a sus actitudes respecto del tema de derechos humanos, los Curas en la Opción por los Pobres reiteran que “toda reconciliación, o encuentro empieza posicionándonos claramente del lado de las víctimas” porque “quedar bien ‘con Dios y con el diablo’ sin duda nos dejaría bien con este y rechazando a aquél”.