En abril de 1980, el entonces obispo de Neuquén, Jaime de Nevares (1915-1995) escribió una carta dirigida a todos los obispos argentinos argumentado su rechazo a una propuesta que el gobierno de la dictadura militar había hecho a la jerarquía eclesiástica para realizar una peregrinación a Luján, prevista  para el 1º de mayo de 1980, en la que participarían  obispos y militares. La iniciativa de la peregrinación finalmente no prosperó, por lo que la carta del obispo no fue enviada. Sin embargo, quedó como testimonio de la postura de quien, junto con los obispos Miguel Hesayne y Jorge Novak, fueron aquellos que dentro del episcopado mantuvieron un firme postura de defensa de los derechos humanos. El texto tiene aún valor testimonial. 

Escribía entonces de Jaime de Nevares:

“Por lo que expreso a continuación ningún obispo debe ir a Luján el 1º de  Mayo: 

Firmado: obispo Jaime Francisco de Nevares.