En los comicios del 15 de agosto próximo lo más probable es que la mayoría de los senadores y diputados que resulten electos sean varones. Es que solo 1 de cada 5 listas que fueron oficializadas lleva como primera candidata a una mujer, mientras que las restantes son encabezadas por hombres.

De un análisis realizado sobre la totalidad de los y las postulantes a los cargos legislativos provinciales, surge que solo 15 de las 70 listas presentadas para cubrir las 12 bancas en juego en el Senado llevan a una mujer como candidata. De hecho, hay 4 departamentos de la provincia en los que ya se sabe que su representante será hombre, ya que no hay una sola candidata mujer: Cachi, Guachipas, Los Andes y Molinos.

En esta elección, además, se pone en juego la única banca de las 23 que está siendo ocupada por una mujer: la senadora por La Caldera, Silvina Abilés. Junto a María Lilia Villalba, son las 2 únicas postulantes de ese género; las otras 4 listas del departamento están encabezadas por hombres.

Salvo en el departamento Capital, donde hay 4 candidatas mujeres sobre 10 aspirantes, en los restantes departamentos la diferencia entre postulantes mujeres y varones es abismal. En Cafayate, Sonia Díaz es la única candidata y se enfrenta a 7 hombres; en Rosario de Lerma Griselda Galleguillos es la única aspirante entre 8 varones; mientras que en General Güemes de las 10 listas, 8 llevan candidatos varones.

Algo similar ocurre en la Cámara de Diputados, donde se renuevan 30 bancas. Sobre 87 cabezas de lista, solo 18 son mujeres, lo que representa apenas el 20%. También en este caso sabemos de antemano que las bancas de algunos departamentos van a estar ocupadas indefectiblemente por hombres, ya que en Cachi, Iruya y Rivadavia solo hay varones encabezando las listas.

En otros distritos, las candidatas mujeres que encabezan las listas son claramente una minoría. En San Martín, por ejemplo, la diputada Gladys Paredes es la única mujer que encabeza una lista de un total de 9, y en Chicoana María López compite contra 5 hombres. En Capital solo 3 de los 13 postulantes en primer término son mujeres; en Rosario de la Frontera 2 de un total de 8; en Metán 3 sobre 11; en Cafayate 2 sobre 8 y en Anta 2 sobre 10.

Vale recordar, que de las 30 bancas que se renuevan solo 9 están ocupadas por mujeres, 2 de las cuales accedieron al cargo al ser suplentes de diputados varones que renunciaron a esos escaños. En la cámara baja solo 19 de las 60 bancas son ocupadas por mujeres.

Los partidos más patriarcales

La decisión de poner a mayoría de hombres encabezando las listas no es patrimonio de un sector político, sino que trasvasa las ideologías de la izquierda a la derecha. Pero si se elaborara un ranking de los frentes o partidos políticos que menor participación le dan a las mujeres a la hora de definir quiénes encabezan las listas, sin lugar a dudas el podio sería ocupado por espacios que se identifican con el “kirchnerismo”.

El ganador sería el frente Salta para Todos (la coalición de partidos que se escindió del Partido de la Victoria y que integran Unidad Popular, Kolina, y el Partido del Trabajo y del Pueblo, entre otros), que presentó un total de 21 listas entre candidatos a senadores y diputados, de las cuales solo 1 (el 5%) lleva como cabeza a una mujer. 

Le sigue el partido Frente Grande, con el 8%, que también tiene una sola candidata femenina pero presentó solo 12 listas entre ambas categorías. Más atrás estaría el Frente de Todos (Partido de la Victoria, Felicidad, Izquierda Popular y el Partido Cultura, Educación y Trabajo), que comparte la posición con el oficialista Unidos por Salta (Salta Nos Une, Partido Identidad Salteña, Partido Conservador Popular, Partido Renovador de Salta, entre otras agrupaciones políticas), en ambos casos con el 17% de las listas encabezadas por mujeres: 3 de 18 en la alianza kirchnerista y 7 de 29 en la saenzsista.

La alianza Juntos por el Cambio +, que integran el PRO, la Unión Cívica Radical y Ahora Patria se quedaría con el quinto lugar, al tener una representación del 21% en las cabezas de lista (5 sobre 24) y el frente Gana Salta, que reúne al Partido Justicialista, Libres del Sur, Memoria y Movilización Salta, Frente Plural, entre otros, ocuparía la sexta posición, ya que el 24% de sus postulantes en primer término son mujeres (7 sobre 29). Las listas del Frente de Izquierda y de Trabajadores están encabezadas por mujeres en el 29% de los casos.

En una provincia donde poco más de la mitad de la población es femenina, solo dos organizaciones políticas tienen listas con paridad entre las cabezas de lista: Salta Independiente, el partido de los hermanos Biella, que tiene a casi la mitad de sus listas encabezadas por mujeres (6 de 14) y el Partido Obrero –Mas, que tiene a 4 de sus 6 listas lideradas por candidatas mujeres.

Paridad vertical

“La primera ley de cuota de género que tuvimos en Latinoamérica fue argentina, y fijaba el 30% de piso de la participación de las mujeres en los partidos políticos y en el armado de las listas” explicó a Salta/12 la politóloga e investigadora del Observatorio de Reformas Políticas de la Universidad de México, Luciana Módica. “Después se fue avanzando y se pasó de la cuota a la paridad, y la Provincia de Salta fue una de las primeras en tener una ley de paridad en 2016”, agregó.

Efectivamente, la Ley 7.955 dispone que “la postulación de precandidatos y candidatos deberá respetar la igualdad real de oportunidades garantizando la participación equivalente de géneros para el acceso a cargos electivos”. En ese sentido, establece que “las listas deberán ubicarse indefectiblemente después de cada precandidato o candidato de un género otro del género distinto”, el cual estará determinado “por su documento de identidad independientemente de su sexo biológico”, y exceptúa de la paridad a “los cargos unipersonales o cuando se eligiere un solo precandidato o candidato en la categoría”.

Según Módica, en la práctica, la norma no garantiza esa participación equivalente. “Es una mal llamada ley de paridad, porque solo es una paridad vertical”, explicó, y detalló que tiene dos fallas fundamentales: “la primera es que solamente tiene ámbito de aplicación en los distritos que son plurinominales, es decir, en donde se discute más de una escaño por distrito, como es el caso de diputados, diputadas y concejalías. En cambio, no tiene alcance para senadores, porque se elige un solo senador por departamento”, se lamentó la politóloga, quien aseguró que “la experiencia demuestra que los partidos políticos eligen a varones para que compitan por los cargos uninominales”.

A eso se agrega que la paridad solo opera en la conformación de la lista, pero no en la del cuerpo, o sea que si en un distrito se eligen dos diputados y las dos listas ganadoras están encabezadas por varones, los dos diputados van a ser hombres, aún cuando tengan de segunda candidata a una mujer.

“La segunda es que esta ley no tiene en cuenta la territorialidad, solamente contempla el armado vertical de las listas, pero no tiene en cuenta el armado de las listas de manera territorial, en cada departamento o municipio en el que un partido va a presentar candidatos”, sumó Módica, y relató que “en Latinoamérica existen experiencias, principalmente en México, de lo que se llama la paridad horizontal: los partidos tienen que alternar qué género encabeza las listas en los distintos distritos donde va a postular”. Es decir, que si un partido presenta candidatos a diputados en dos distritos, en uno de ellos la lista debe estar encabezada por un hombre, y en el otro, por una mujer.

Finalmente, Módica consideró que hay que aggiornar estas normas a nuevas disposiciones, como la decisión del gobierno nacional de incorporar en los Documentos Nacionales de Identidad la posibilidad de que las personas que no se reconocen dentro del sistema binario femenino/masculino puedan identificarse con la letra "X". “La paridad no solo se trata de 50 y 50, porque detrás de ese concepto hay una lectura binaria del género. Mujeres y varones estamos invisibilizando a muchísimas otras personas que responden a otras identidades de género”, concluyó la investigadora de la UNAM.