“El mundo es un nido; un inmenso poder guarda en ese nido a los seres del mundo”, dijo alguna vez el filósofo francés Gastón Bachelard y la artista Isolda Núñez Portillo lo recrea en una intervención al aire libre en la que se escuchan los trinos de los pájaros y el viento entre las ramas de los árboles. Desde el sábado 26 de julio, la galería externa de La Casona de los Olivera (en Directorio y Lacarra, Parque Avellaneda) se encuentra habitada por estos pequeños universos. Durante todo el mes de agosto podrá verse la intervención desde el espacio verde que rodea la reja perimetral de la Casona en el ciclo Intervenciones en la Galería.

Realizada mediante distintas técnicas textiles (crochet, telar y costura) con materiales ya usados provenientes de tejidos heredados, bolsas de red y plásticos combinados con materiales naturales, Anidar habla de las viviendas y del habitar, de los refugios que humanos y animales construyen para cobijar y descansar el cuerpo, de espacios donde encontrar regocijo y cuidado.

Anidar es una intervención artística que se propone interactuar con el espacio exterior al aire libre, conviviendo con las criaturas del lugar. “Soy Isolda Núñez Portillo, artista visual y les presento mi obra Anidar, una exposición de esculturas-objetos construidos con diferentes recursos: fibras naturales y elementos de desecho, todo material de recupero que pueda transformar en hebras para luego tejer, bordar o atar”, se presenta Isolda mientras muestra los nidos bajo el sol del invierno.

La artista cuenta que está usando el textil como herramienta de construcción escultórica. El trabajo textil siempre fue un reducto de mujeres, desde una salida laboral al único espacio en que muchas pudieron encontrar sus tiempos fuera de las tareas infinitas del hogar, dice Isolda, y durante mucho tiempo es lo que se enseñaba a las niñas a realizar en las escuelas, destinadas al corte y la confección. “Utilizo esos saberes atávicos, metidos en las manos y en el cerebro de siglos de trabajo femenino; vengo de una familia trabajadora y todas las mujeres de mi familia fueron costureras, sastres, tejedoras”, explica Isolda mientras acaricia un nido rojo que cuelga junto a las ramas de un árbol.

“Desde mi lado guaraní, vienen las cesteras y en mi trabajo reivindico el saber ancestral de las mujeres con el tejido y la cestería. Abordo el tema de los nidos como un espacio de cuidado, de regocijo y de encuentro, un espacio a cuidar y a ser compartido en comunidad, levantando el concepto y la bandera del Buen Vivir”, dice la artista. Para llevar adelante su obra, Isolda observó la construcción de los nidos de los pájaros y de los insectos y buscó la metáfora entre el nido y la morada, la casa y el hogar. “Mis obras son pequeñas reflexiones lúdicas sobre la naturaleza, sus funciones en la vida de los seres que habitamos la tierra, el cuidado que deberíamos brindarle y no le brindamos y el abandono a nuestra naturaleza y sus consecuencias”, detalla. E invita a los hermosos jardines del Parque Avellaneda, “esta es una exposición para asistir con niñeces, una obra para tocar, observar y reflexionar, comparar con los animales que anidan, empatizar con la naturaleza buscando el respeto por los seres que la habitan, para llegar a ese buen vivir del que tanto hablan las ancestras”.

La obra se puede apreciar desde afuera de la Casona o escribirle al Instagram de Isolda (Isoldanuñezportilloviuales) para poder ingresar.

Centro de Arte Contemporáneo La Casona de los Olivera.
Directorio y Lacarra, Parque Avellaneda.
Circuito de Espacios Culturales.
IG: @lacasonadelosolivera