Vélez sigue sin poder ganar en este comienzo del torneo de la Liga Profesional de Fútbol y, concluida su presentación por la tercera fecha, los conducidos por Mauricio Pellegrino no ofrecieron más que un desabrido empate sin goles en Liniers este miércoles, ante Defensa y Justicia, otro que tampoco cosechó victorias hasta ahora.

En el estadio José Amalfitani, ni los locales ni los dirigidos por Sebastián Beccacece lograron la victoria que les hubiera venido bien para pasar una hoja que todavía les duele: la de la eliminación de la Copa Libertadores, en los octavos de final, que los dejó a ambos sin su ilusión en el plano internacional. Lo cierto es que, a nivel doméstico, están lejos aún de encender la chispa que entusiasme a sus hinchas, y lo que mostraron esta tarde volvió a confirmarlo.

Ni siquiera hicieron evocar los días recientes en los que eran dos de los animadores de los últimos tiempos en el fútbol argentino. Tanto uno como el otro ofrecieron un primer tiempo muy pobre. El arranque mostró a Vélez un poco más ambicioso, pero tras un par de aproximaciones con peligro, tras un cabezazo desviado de Cristian Tarragona y un remate de Lucas Orellano contenido por Ezequiel Unsain, esa iniciativa se diluyó y todo se tornó monótono y mediocre.

La parte final no varió demasiado, con la constante de que siempre Vélez fue el que más intentó, pero con la cruda realidad de haber conseguido aún menos aproximaciones que en la etapa inicial. Los de Pellegrino solo tuvieron una clara posibilidad de abrir el marcador en ese período a los 48 minutos, cuando el juvenil Mateo Pellegrino, hijo del DT, exigió con un certero cabezazo a Unsain, quien en gran esfuerzo evitó el tanto del local. El Halcón de Varela, por su parte, ni siquiera lo intentó demasiado: esperó retrasado y apostó a salir de contraataque, pero con el transcurrir de los minutos se entusiasmó con la posibilidad de traerse un punto de Liniers.

La fría tarde los dejó apenas con un punto más a cada uno -Vélez tiene apenas dos y aún no convirtió ni un gol; Defensa gritó dos tantos, pero solo tiene una unidad- y, ojalá, con un furioso fuego interno para alcanzar la fecha que viene un triunfo que los reencuentre con su mejor fútbol. O, al menos, con un fútbol mejor.