Con la urgencia de volver a ganar y mejorar su eficacia y en medio de la tensa situación futbolística entre el club y el delantero colombiano Sebastián Villa, Boca se prepara para el Superclásico de este miércoles por la Copa Argentina y su entrenador, Miguel Angel Russo, intenta definir el once que irá ante River. 

Por el momento el DT piensa en poner una línea de tres defensores en el duelo por los octavos de final del certamen federal, mientras en el mediocampo hay más incógnitas. 

Lo que está claro es que será la mejor oportunidad para el conjunto xeneize de dejar atrás el golpe que significó su salida de la Copa Libertadores, primer objetivo de la institución, y de volver a ganar tras la racha acumulada de siete juegos sin victorias.

Los detalles del esquema de Russo, sin embargo, no tienen demasiado tiempo para afinarse. El plantel practicó en este lunes en el predio de la entidad en Ezeiza; mientras que los que empataron ante Talleres debieron cumplir su labor de ejercicios regenerativos, sólo el resto hizo un táctico de fútbol. "Veremos si ponemos algún chico. Es el cuarto clásico con River que vamos a jugar en el año y no es normal. Sabremos sobrellevarlo", había dicho el domingo el entrenador.

Su idea es retomar una línea de cinco defensores para jugar el Superclásico, dos de los cuales pasan a ser volantes y transforman el fondo en línea de tres, como la que utilizó con distintos nombres ante el mismo rival por la quinta fecha de la Copa Diego Maradona, el 14 de marzo pasado.

La incógnita principal está en el mediocampo, donde Alan Varela y Esteban Rolón pelean por un puesto, y Diego González y el recientemente incorporado Juan Ramírez serán sus acompañantes. 

Otra duda pasa por saber si podrá jugar el peruano Luis Advíncula, quien el sábado tuvo su primer entrenamiento con el plantel, aunque falta que llegue su "transfer" para que esté autorizado. De no poder, lo hará Marcelo Weingandt, de regreso luego de su paso por Gimnasia La Plata.

La falta de eficacia en la red es otra de las preocupaciones de Russo: en los seis partidos oficiales de este semestre, su equipo apenas convirtió un gol en el empate 1-1 ante Unión, en Santa Fe y con un equipo alternativo. "Es necesario que Boca convierta goles, pero confío en que ya van a llegar, porque el equipo crea situaciones. Hay que tener calma", analizó.

A eso se suma la tensa relación con Villa, cuyo paso por Boca ya parece haber quedado atrás, luego de que este lunes sumara su tercera ausencia en medio de su interés por salir del club rumbo al Brujas de Bélgica. En el club de la Ribera son conscientes de que esta vez el colombiano -que tiene contrato hasta el 30 de diciembre de 2024- irá hasta las últimas consecuencias en su intención marcharse de la entidad. 

Al respecto, el viernes pasado, el presidente Jorge Ameal y el integrante de la secretaría de fútbol, Jorge Bermúdez, dejaron claro que el club ya pasó la situación al Departamento de Legales y son los abogados los que se ocupan de esta falta al contrato laboral que está teniendo el futbolista.

En medio de eso, a Russo le toca definir a su once y a sus dirigidos, prepararse para el cuarto Superclásico del año, que sólo entregó empates hasta aquí. La posible formación de Boca será con Agustín Rossi; Carlos Zambrano, Carlos Izquierdoz y Marcos Rojo; Luis Advíncula o Marcelo Weingandt, Diego González, Alan Varela o Esteban Rolón, Juan Ramírez y Agustín Sandez; Cristian Pavón y Norberto Briasco. ¿Podrán los once de Russo llevarse la primera victoria superclásica del año?